!NO COMMITMENTS! (No hay Compromisos) Michael -5sos

CAPÍTULO SIETE

LAUREN POV:

-No comentes a nadie lo que sucedió –habló Mikey, yéndose a donde estaba sentado cuando llegamos –lo negaré

 

Y ahí estaba nuevamente el Michael que conozco

-No tengo ganas de decirle a nadie –sí estaba algo cabreada

-Lauren, hablo en serio, no debió pasar –me miro y yo voltee siguiendo mi camino. Estúpido

No debió pasar..porque lo dice de esa manera? Me detuve un momento

-Tienes razón, no debió pasar

Baje las escaleras lo más rápido que pude hasta donde encontré el ascensor, voltee para ver si venía tras de mí, pero no lo hiso. Llegue al primer piso y observe muy bien las calles, tratando de recordar cómo llegar a casa. Solo camine, de paso eso me ayudaría a relajarme. Como no iba a estar tensa, si me había besado con Michael y él al segundo lo arruino todo.

Divise el parque, claro lo tenía cerca al departamento, ya me faltaba poco. Había llevado caminando una hora y media, mis pies me pedían descanso pero solo quería estar en casa y dormir, olvidar todo lo de hoy.

-Por qué tan sola? –su voz conocida me hiso voltear a mirarle. Su sonrisa perfectamente dibujada me tranquilizó de gran manera

-Luke!! –exclamé emocionada, realmente me agradaba haberlo encontrado.  –Que haces por aquí? –baje mi emoción para no verme desesperada.

-Salí a caminar un rato y me encontré con una dama hermosa –sonrió de lado

-Sí? –yo pensé que él no tenía a nadie, pero al parecer me había equivocado. Ahora tenía que quitarme su mirada y sonrisa de la cabeza. – Es tu novia?

Soltó una carcajada antes de contestar –No, aún no, supongo que pronto. Vas a casa? –agradecí que cambiará el tema.

-Sí –conteste cortante

-Vamos entonces –ofreció

Pero por haber caminado tanto tiempo, no aguante un paso más y me pare en seco, provocando que Luke hiciera lo mismo.

-Tanto caminaste? –se había dado cuenta

-Sí, no sé cuánto, pero creo que en una hora y media hay mucho recorrido –sonreí, pero él se sorprendió

-Eso, sí es mucho pero por..-un vendedor ambulante nos interrumpió

-Joven no me compra uno para su señorita enamorada –dijo señalando a los algodones de azúcar que tenía.

-Claro, quieres uno? –me miro sin negar que era su novia al vendedor y yo asentí  -Coge el que te gusté más –agarré uno rosa y él uno azul. Los típicos colores de “niño y niña”