Perdón 🏰

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El estruendo se expandía por todo el pasillo. Muchas personas se habían acercado molestas para pedirme que me detuviera, lo entendía, era molesto. Sin embargo, no me podía quedar fuera, sentía que tenía que entrar. La puerta se abrió por fin, ahí estaba, de pie bastante asustada, asustada por mí. Corrí dentro buscando en el cálido hogar, ella caminaba detrás de mí sin tener muy en claro lo que buscaba. "¿Dónde está?" Pregunté perdida en mi propio mundo mientras lloraba. Me miró con lágrimas también, lo entendía ahora. "No es la persona más fiel, se marchó en cuánto la alarma sonó, probablemente esté con el papeleo". Todos lo habían hecho, estaba en las noticias, era probablemente la única oportunidad. Aún así, esperaba despedirme, no la vería después.

La tarde avanzó en una escala de colores impresionante en el cielo. Yo miraba por la ventana en silencio mientras ella hacía cosas en distintas habitaciones.

—Wen...Yo. Ya es tarde y yo...

—Perdón -dije, estaba consciente de las horas que habían pasado-. Lamento haberte hecho todo esto.

—No -dijo seria-. Fui egoísta, pero no sabía lo grave que era tu enfermedad yo...

—No te arrepientas -dije seria-.

—¿Qué?

—Si lo haces entonces pensaré que eres buena, pensaré que eres cómo yo porque ella te dejó, pero no quiero hacerlo porque te odio -sonrió frustrada-.

—Supongo que tienes razón.

—Aún así... Quiero decirte algo antes de irme -me puse de pie, estaba segura de lo que le diría-. Yeri, no era para nada fiel a ti. Sí, tampoco lo era conmigo, pero de quién estaba enamorada era de mí. Tú... Ella dormía conmigo mientras vivía aquí, incluso me contó todo de tu familia. ¿Huérfana? Probablemente esa sea la razón por la que quisiste hurtar alguien que ya tenía un hogar -me miraba incrédula, mi expresión fría al decirle aquello le hacía incrementar su furia-. No fuiste la única a la que le fueron infiel. Por lo menos yo tengo el alivio de que me amó, tengo el alivio de que incluso después de haber encontrado a una modelo para complacer sus placeres siempre pensó en mí. En cada beso, en cada abrazo, todos ellos me pertenecían a mí...

—Vete -dijo molesta-.

—Es la verdad. Incluso después de abandonar este piso pensaba en mí.¿Qué es lo que tienes ahora?

—¡Vete! -gritó en llanto-.

—¡Tú te lo merecías! -dije siguiéndole-.

—¡Cállate y vete! ¡Déjame sola! -me empezó a dar de empujones sacándome de aquel piso-. Ustedes dos -dijo antes de cerrar la puerta-, deberían irse al infierno -para posteriormente azotarla-.

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Miraba fijamente por la ventana. Todo parecía un poco más claro para mí ahora. Escuché cómo lentamente la puerta se abría, no quise mirar porque sabía quién era, se había abstenido de venir.

—¿Quién es ella? -me preguntó, porque aparentemente ella sólo habló para decir que yo sabía quién era-. Taeyeon está pensando en correrla fuera con unas cuantas provisiones. Así que habla, podría significar poner en riesgo la vida de alguien.

—No quiero hablar ahora SeulGi -dije fríamente-.

—Bien.

Entró y se sentó en una orilla de la cama. Suspiraba pesadamente, estaba molesta por lo que le ocultaba.

—Eres una persona racional la mayor parte del tiempo. No entiendo porqué ahora importa tanto mantener un secreto de esta manera. ¿Qué fue lo que pasó? -pero no respondí-. ¿Serás así conmigo?

—Necesito hablar con ella.

—¿Y qué peleen de nuevo?

—Yo no estaba peleando, ella trató asesinarme.

—¿Por qué? Es lo que quiero saber Wendy. Porque... -suspiro-, siempre decimos la verdad y no entiendo que puede ser tan grave como para que lo ocultes así...

—Necesito hablar con ella -repetí seriamente, ella me miró con decepción-.

—Está bien, cómo quieras -dijo para marcharse-.

Por la tarde Lisa vino a mi recámara para llevarme con la pelinegra. Además de mí, Lisa y Jennie también parecían distantes, Rosé la miraba con tristeza todo el tiempo y Jennie se había quedado encerrada el día entero. No era la única que guardaba secretos, tal vez SeulGi debía recordar eso. Llegamos a una habitación muy escondida, la rubia sacó unas llaves y cuándo abrió la puerta pude notar cómo no había nada. Sólo estaba tirado en el suelo un colchón, la luz estaba apagada, pero cuando mi guía la prendió me di cuenta que era así por decisión de la pelinegra. En el colchón estaba ella sentada, parecía aburrida, pero no misteriosa o distante cómo antes. Cuando me vió no se notó sorprendida, parecía que me estaba esperando, que entendía que hacía ahí.

—¿Te divertiste anoche? -sonrió-.

—¿Por qué lo hiciste?

—Claramente intentaba matarte -se acomodó-. Tal vez no recuerdes todo, yo aún tengo algunas lagunas mentales, pero son menos.

—¿Qué debería recordar?

—Entonces sí olvidaste todo... -ríe-. Tú -me miró fijamente-. La mataste. Mataste a Kim Yerim.

—Dios mío -suspiré-, deja de delirar.

—No estoy delirando. Fue todo culpa tuya. ¿Acaso no recuerdas más allá de tu relación fallida? -negué en silencio-. Son Seungwan de 27 años. Física matemática y astrónoma. Eras joven pero tenías talento. Fuiste contratada por la institución que construía las naves masivas en el continente asiático. Tu trabajo era verificar los soportes, y mantenimiento. Todo ese trabajo estaba a tu cargo, pero de repente enfermaste de gravedad. Fuiste internada en el hospital y caíste en un coma inducido. Nadie podía sustituirte, todos tus estudios, cálculos y demás se quedaron en la caja fuerte de tu departamento. No había nada que hacer y se arriesgaron a lanzar la nave sin los últimos arreglos. ¿Quieres un spoiler? -burlona-. Todos los que iban a bordo murieron, las naves que estaban estables fueron derribadas por las otras. ¿Ya me puedes decir que no los mataste?

—Mientes -dije temblorosa-.

—No, no lo hago -sonrió-. Mentir no es lo mío.

—Yo... No recuerdo nada de eso.

—¿Culpable? Supongo que sí, eras tan desconfiada para dejar algo así en manos de otro científico. Incluso sabiendo que estabas enferma y que te dejarían... Supongo que debe sentirse mal.

—No te creo -dije llorando-. Yo...

—Intenta recordar. ¿Crees que tú nueva novia te salvará de todo eso? Dudo que quiera estar a lado de una genocida.

—Yo... -no podía hablar, mi garganta se cerraba y mi pecho dolía-. No mientas...

—Ya te lo dije. Las mentiras eran cosa de Yeri. Yo soy Sooyoung, pero de eso sí te acordarás. ¿Entiendes por qué también deberías morir?

"¡TODAS!" Gritó Taeyeon en el salón. Veía borroso, no entendía que pasaba. Yo... Yo...



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Ya mero acaba amigos. Denle estrellita y apoyen está historia hasta el final. Los hamo 💕
AreMF.

Empty World. (SeulDy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora