Atte: Desde el closet

¿Por qué?

¿Por qué yo?

Es en lo único que podía pensar: ¿Qué probabilidad había de que a mí me tocara ser de esta manera? 

Crecí en una familia estable y conservadora. Mis papás siempre me enseñaron la importancia de formar una familia (claramente hombre-mujer) conocer esta verdad sobre mí sólo hacía las cosas difíciles.

Algunos dicen que Dios lo decide, que a cada uno nos manda pruebas que por muy difíciles, soon superables; otros dicen que es la ciencia que desde el momento de la concepción: genéticamente estamos determinados a tener ese tipo de inclinaciones. Ni a Dios ni a la ciencia podía reclamarles lo que pasaba conmigo

¡Dios! Si es que estás en algún lugar, ¿por qué yo? -Querer a una chica iba en contra de todo lo que me habían enseñado y de lo que mi familia representaba -¿Que acaso eso no va en contra de lo que predicas? Ser de esta manera me llevaría directo al infierno ¿es acaso esa tu voluntad?-

Solo lograba rezarle al silencio, era deprimente no tener respuesta... dicen que Dios actúa de maneras extrañas, y yo no logro entenderlas. Probablemente hay un Dios que todo lo ve, probablemente no ¿quién soy yo para decidirlo?

Estadísticamente solo el 6% de la población está predispuesto genéticamente a ser homosexual... así que ¿Por qué a mí? ¿Qué malditas probabilidades había que me tocara a mí ser de esta manera que yo no elegí? De entre tantas personas ¿porque pasó esto genéticamente? Habiendo tantas familias que aceptarían a sus hijos...

La naturaleza es sabia, y por ende la ciencia no actúa al azar, ¡Al diablo con eso!, ¿Que tiene de sabio predisponer mis genes a amar a alguien de mi mismo sexo teniendo la familia que tengo?

¿Que arreglaba gritándole a libros de estadística y genética? Nada, absolutamente nada. Ahí no conseguiría respuesta... al menos no la que buscaba.

Pero mi problema no era con Dios o la ciencia,  porque si así lo fuera, esto se habría arreglado, de eso podía estar segura. Mi problema era conmigo: me deprimía no tener a quien culpar por lo que me sucedía, de saber que aquel descubrimiento cambiaría mi vida.

Por ello estoy triste, por no poder saber ni preguntar a nadie el porqué.

Atte: Desde El Clóset