La Profecía

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Miro a través de la ventana. Veo como una gota de lluvia cae sobre una hoja, se va deslizando y se detiene en la punta de esta. Así es como me siento. Como si estuviera a punto de caer de un precipicio y me aferrara con uñas y dientes al borde. Mi cabeza está llena de cosas, de información y problemas que una chica de mi edad no tendía porque afrontar. Y siento que si algo más entra a mi cabeza me derrumbare.

La gota se tambalea y cae. Tengo miedo de eso, de caer y no poder levantarme, de no poder volver a casa, de creer que ellos ya sabían de esto. No se qué hacer, creí que la mariposa me llevaba a las respuestas, no que me guiaba a más preguntas sin resolver.

Una lágrima se desliza por mi mejilla. Hoy al despierta no sabía en donde estaba, no había nadie a mi alrededor y me encontraba en una especie de habitación en la que sus muebles de madera parecían estar tallados, todos, en una misma pieza de madera. Horas después descubrí que así era ya que me encontraba en el interior de un enorme árbol.

Sólo el tronco tenía de diámetro lo de una cuadra de mi ciudad, y la altura de un rascacielos. Todo el interior había sido tallado para formar las habitaciones. Este no esta muerto, de hecho sigue floreciendo tanto fuera como por dentro. Era cómo un palacio, pero adentro de un árbol.

Después de varios minutos de haber despertado entro una mujer con el desayuno que, por su apariencia y por las leyendas que desde niña escuche, debe de ser una ninfa. La mujer era más alta que yo, y eso es muy raro pues de donde vengo con mi metro setenta y cinco soy más alta que las demás. Sus rasgos eran finos y afilados y sus ojos tendían a cambiar del verde más claro al verde más oscuro. Pero eso no fue lo que me impresiono, lo que me paralizo fue ver unos extraños símbolos plateados en su hombro derecho y ocupaban casi todo su cuello.

Ya los había visto en otro lugar. En el rostro de la ninfa. En los tapices de la casa de la tía Annabel.

Muy bien, admito que es mucho más perturbador verlos en mis manos porque, estos son de el color del sol. Parece como si una lámina de oro se hubiera fusionado con mis brazos y dejado estos dibujos en la superficie.

*****

La lluvia sigue cayendo. Hace unas horas vino a verme el "Consejo". La verdad es que no se todavía muy bien como funciona su gobierno. Por lo que entendí ellas son las Señoras y Protectoras de los siete bosques que posee Ilwen. Cada una gobierna un bosque en específico. Sólo la reina de las ninfas tiene más poder que ellas.

Me explicaron el porque estoy aquí. Dijeron que hace veinte años se desato una guerra silenciosa entre la diosa Cira y su hermana la diosa Lilith.

>>Lilith que era la mayor fue comprometida para arreglar los disturbios entre los hombres y los dioses con el Principe de Ilwen, ella codiciosa como era, acepto con tal de acceder al trono y tener poder tanto en el mundo de los dioses como en el de los humanos. Los problemas empezaron cuando los humanos decidieron no rendirle cuantas a los dioses y estos que son los creadores de todo los que nos rodea sentían que merecían respeto y veneración. Hubo tiempos difíciles en los que muchas personas perecieron.

Una vez casados Lilith y Argus, el príncipe, hubo un tiempo de paz y armonía. Pero al morir el rey y subir al trono su hijo, ella comenzó a tramar un plan para deshacerse de su marido y ella y el hijo que llevaba en su vientre quedarán como los únicos soberanos.

Cira vio la maldad en el corazón de su hermana y supo que si el joven rey moría no habría salvación para el reino. Decidió que lo mejor era protegerlo ella misma en secreto. Transformada en un pájaro vigilaba desde las ventanas, día y noche sin que nadie llegara a sospechar que ese pequeño ruiseñor era el protector del rey.

Zenda (La Salvadora de Reinos I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora