CAPITULO 1.-

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¿Cuánto tiempo necesitas? ¿Cuándo tengo que dejar de esperar y seguir adelante? Tal vez si te hubiera preguntado eso cuando me pediste tiempo todo hubiera sido más fácil, pero vamos cuando la vida ha sido de esa forma nunca ¿verdad?

Todos dicen que la vida era fácil cuando pequeños, pero es solo porque han olvidado los problemas que tenían a esa edad, tengo que admitirlo yo también lo he olvidado.

En realidad la vida nunca ha sido fácil es solo que uno va teniendo problemas más y más grandes cuando uno va creciendo, en otras palabras los problemas van creciendo contigo.

Pero bueno creo que aún no me presento, mi nombre es Kira Anderson tengo 17 años se puede decir que no soy rica, para nada en realidad, pero no es que viva en condiciones precarias en realidad, podría decir que mi vida es demasiado simple por no decir cotidiana.

Aun asisto a la segundaría me queda este año y otro para la universidad, no es que quiera decir que estoy presionada, pero así es como todos se siente, cuando ya no te queda nada para el próximo problema que se viene, que es "el definir tu futuro" dicho de esta forma tan dramática, puesto que eliges una profesión para seguir con tu vida, y es que ¿Cómo sabes que no te arrepentirás de lo elegiste a esa edad? No es acaso –eres muy pequeña aun para saber eso- es lo que dicen tus padres cuando les dices que estas enamorada.

-aun eres muy pequeña, no sabes nada de la vida-dijo soltando un pequeño suspiro cansado-solo olvídalo, no sabes nada del amor Kira aun no te tienes que preocupar por eso-es lo que dijo mi madre cuando a los quince años le dije que estaba enamorada de mi compañero de curso, entonces como quieren que a los dieciocho años decida mi futuro.

-Señorita hemos llegado al terminal de buses tiene que bajar-dijo el chofer con la intención de llamar mi atención, alce la cabeza soltando un suspiro de frustración y mire por la ventana viendo que efectivamente ya estábamos en el terminal y como las veces anteriores por ir haciendo el trabajo a último minuto me había pasado de mi secundaria y había recorrido por lo menos cinco paraderos más de los que en realidad necesitaba.

-Disculpe iba distraída, dios debería haber bajado hace cinco paraderos-dije al chófer quien me miraba con una sonrisa amable mientras yo reunía mis cosas para descender del bus-Seria tan amable de decirme en donde puedo tomar un bus que me lleve de regreso-le dije sonriéndole con timidez y demasiado vergüenza ya abajo del bus.

-Claro señorita-dijo el terminando de salir-Solo tiene que esperarlo en la parada que está al frente de esta calle-dijo el señalando la caseta de color rojo que había al otro lado de la vereda-El próximo bus sale en dos minutos-dijo mientras miraba el reloj dorado que llevaba en su muñeca.

-Gracias es muy amables-grite mientras ya iba corriendo, sé que tal vez eso haya sido descortés de mi parte pero ya iba tarde y no quería perder el próximo bus, al llegar a la parada espere el transporte mientras arreglaba mis amados audífonos y me los ponía.

Cuando al fin subí al bus esta vez no me senté solo me quede mirando por la ventana mientras que una y otra canción pasaba toque el timbre de este cuando divise mi destino y baje de este, corrí dentro de la institución y cuando llegue al salón de literatura frene en seco para arreglar uno que otro mechón de mi cabello revuelto y regular un poco mi respiración agitada por haber corrido de esa forma.

Puse mi mano en forma de puño y me digne a tocar la puerta que tenía delante de mi nariz cuando escuche el adelanté del profesor me abrí paso dentro del salón.

-Señorita Anderson-dijo cuándo me escaneo de pies a cabezas-¿Se puede saber el porqué de su retraso?-levanto sus lentes hasta la altura de su frente y alzo la ceja.

¿Cuánto tiempo necesitas?Where stories live. Discover now