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TaeHyung.

Ahora entendía porque el pelinegro no tenía amigos. Era como un perro rabioso que mordía la primera mano que se le acercaba.

Desde que nos habíamos empezado a llevar, presencié mil y unas veces en las que HoSeok respondió de forma maleducada o insultó a alguien que quería entablar una conversación con él.

Según su opinión, "todos eran idiotas y una pérdida de tiempo", aunque por suerte yo me sentía como una excepción.

Pasábamos todos los descansos juntos, siempre yendo yo a buscarle ya que era de dos cursos menos. Incluso en alguna ocasión su hermano vino a comer con nosotros. También era muy agradable, y siempre se preocupaba de que estuviéramos a gusto.

— ¿No tienen un sustituto? — preguntó dándole una última calada al cigarrillo que se estaba fumando. Era el segundo, y la cabina del baño parecía que iba a explotar por la cantidad de humo que había. Quizás influía el hecho de que lo primero que se había fumado no era un cigarro, o al menos eso me había dicho él.

— No tenían profesores libres, así que nos dijeron que saliéramos al patio y pasáramos ahí la hora.

— Jodida suerte la tuya —tiró la colilla al retrete y mientras el agua se la tragaba, apoyó su frente en la pared de la cabina. Parecía muy cansado. — Y yo ahora tengo que volver a Historia. Genial.

— Quédate conmigo lo que queda de hora.

— Podría, pero se supone que estoy meando y seguro que mandarían a alguien a buscarme. De hecho me extraña que no lo hayan hecho ya.

— Puedes decir que te encuentras mal e ir a enfermería.

— Ni en broma — negó varias veces al tiempo que abría la puerta. Todo el humo empezó a disiparse, quitando la neblina de en medio. Yo me quedé dentro, observando como desaparecía, mientras HoSeok se echaba agua en la cara. — La clase de NamJoon está antes de llegar. El otro día cuando me vio yendo allí, fingió sentirse mal y a los dos segundos apareció en la camilla de al lado.

— ¿Quería curarte?

— Sí, claro — se rió, aunque no parecía una risa sincera. Era como esas carcajadas que soltaba mi hermana cada vez que yo insistía en que se quería casar con MoonByul. — Quiere curarme el culo con su pene.

— ¿Insinúas que quiere follarte? — quería asegurarme y no entender nada errado.

— Sí, Tae.

— Ah — nos quedamos varios segundos en silencio. Yo mirándole desde el interior de la cabina y él apoyado en el lavabo, mirándose al espejo. — ¿Y tú no quieres? — me miró levantando una ceja, con obviedad, y eso me ayudó mucho a saber la respuesta a mi pregunta.

— ¿Tú que crees?

— ¿Qué no?— hizo un redoble de tambores sobre la encimera y luego me señaló con los índices, soltando un sonido de victoria y sonriendo durante un breve segundo, para inmediatamente volver a colocar su cara de cansancio. — ¿Vas a irte a clases?

— Que remedio — volvió a echarse agua en la cara y se secó con la manga de la camisa, mojando y haciendo que esta transparentase su piel. De igual forma le tendí un trozo de papel, el cual usó a pesar de que ya tenía casi todo el rostro seco. Luego lo hizo una bola y de un solo tiro encestó en la papelera. — Luego te veo para comer.

Se despidió y yo asentí, quedándome de pie, quieto y sin saber qué hacer, en medio del baño. Porque efectivamente era eso, que cuando HoSeok se iba yo no sabía qué hacer. Cuando él estaba todo era mucho mejor, nadie me molestaba, y aunque me mirasen, ya no se reían en voz alta.

Mírate «MinV»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora