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TaeHyung.

¿Quién iba a saber que mandaban un mensaje a tus padres si faltabas a clase para avisarles de tu ausencia?

Probablemente muchas personas, pero por desgracia, yo no estaba entre ellas. Tal y como temía, esa misma tarde mi padre me esperaba sentado en el sofá con un mensaje del centro iluminando su pantalla del móvil y varias opciones de castigos preparados para su único y querido hijo, es decir, yo.

Al menos, para compensarme, HoSeok se ofreció a acompañarme hasta mi casa después del colegio durante una semana entera. Me negué en un principio, pero insistió alegando que le vendría bien pasear estos días para despejar la mente.

Además, él podía seguir haciendo lo que quisiera con total libertad porque no le habían castigado. Es lo que tenía poner su propio número de contacto en la ficha escolar en vez del de sus padres.

ㅡ ¿Y se van todo el fin de semana?

ㅡ Todo enterito ㅡel pelinegro me miró levantando una ceja, expresando muchas cosas con la mirada que yo no llegaba a entender del todo. ㅡ¿Estás intentando decirme algo?

ㅡ¡Que te saltes el castigo, TaeHyung por dios!

ㅡAh ㅡasentí varias veces, comprendiendo su punto de vista. Quizás tenía sentido para él que no conocía toda la situación, al contrario que yo. Obviamente incumplir el castigo que me habían puesto mis padres de no salir hasta el lunes, estaba fuera de cualquier opción. ㅡNo puedo.

ㅡ Pero si me has dicho que no van a estar.

ㅡ Ellos no, pero Yongsun sí ㅡrecordé aquella maligna sonrisa que había puesto mi encantadora hermana mientras aceptaba el soborno de mis padres. Definitivamente ella tendría un ojo sobre mí desde que pusiera un pie en la casa. ㅡSi salgo se lo dirá a mis padres. A cambio ellos prometieron comprarle todas las temporadas del dorama al que está enganchada. No la culpo.

ㅡPues yo sí la culpo. Podrías haber venido a mi casa. Odio cuando tengo que recurrir a Jin como compañero de videojuegos, siempre quiere poner Mario Bross.

ㅡPodrías llamar a NamJoon ㅡpropuse sin pensar. Era la única persona en todo el colegio aparte de mí y su hermano que tenía contacto con mi amigo. Su tercera, última y única opción si no quería terminar odiando al fontanero llamado Mario.

ㅡTambién podría raparme las cejas y pegarme martillazos en los pies, pero no lo hago.

ㅡ¿Eso no te dolería mucho?

ㅡMuchísimo ㅡasintió y golpeó despreocupadamente una pequeña piedra que llevaba arrastrando desde hacía dos calles. ㅡNo podría aguantarle más de un minuto sin tener que recurrir a un hospital.

ㅡMe refería a lo del martillo.

ㅡAh ㅡse encogió de hombros y volvió a propinar una suave patada a la piedra. Por desgracia se desvió lo suficiente como para abandonarla a un lado de la calzada. Fue triste, la había cogido cariño. ㅡSupongo que resultaría molesto, pero nada en comparación a lo otro.

ㅡ¿A raparte las cejas?

ㅡNo idiota, a NamJoon.

ㅡPero si contigo es muy simpático.

ㅡ¿Vamos a volver a tener esta conversación, TaeHyung? ㅡno supe que responder, así que se me adelantó. ㅡMe cae como la mierda. Le quiero pegar con un ladrillo en la espalda. Es un imbécil y no lo soporto. Fin.

ㅡPero a él le gustas.

ㅡ¿Y? ¿Tu saldrías con alguien que no te gusta solo porque tú a él o ella sí?

Mírate «MinV»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora