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NamJoon andaba a mi lado, hablándome sobre no sé qué cosas a las cuales no prestaba ningún tipo de atención.

Acababa de sonar el timbre de última hora, y aprovechando que TaeHyung se había quedado a terminar de copiar todo lo escrito en la pizarra, yo iba a hablar con MinHo. Ni siquiera sabía por qué quería hablar, pues sabía de sobra que no iba a conseguir cambiar las cosas, pero es que necesitaba gritarle. 

— ¿Me estás escuchando? —miré a NamJoon, y le acaricié la cabeza un par de veces mientras aumentaba el ritmo de mis pasos. Seguro que MinHo ya estaba en la entrada junto a los demás del grupo. —¡JiMin, te estoy hablando!

—Y yo te estoy oyendo.

— ¡No me haces caso! —rodé los ojos y le miré más atentamente, desviando mi vista de la entrada durante un segundo, dándole a entender a NamJoon que tenía toda mi atención, aunque no fuera cierto. En mi cabeza solo estaba encontrar a MinHo y descargarme sin que me viera TaeHyung. —Te decía que quizás no sea tan buena idea que salgas con el rarito.

— ¿Eh? —le miré extrañado, analizando lo que acababa de escuchar. —Primero, juraría que nunca te lo he contado, pero eso me da igual, así que mejor, ya lo sabes —crucé la puerta de entrada, abriéndome paso entre una oleada de estudiantes con ganas desesperadas de salir. NamJoon apareció a los dos segundos, sacando la cabeza entre varias espaldas con el uniforme de la escuela. —Ah, y tu idea es una mierda. 

— ¡Pero JiMin!

—Pero nada, me gusta TaeHyung y punto. Tú estás con un emo y no te he dicho nada. Y podría decir muchas cosas, hazme caso —me miró asustado y yo sonreí con diversión ㅡla mayoría serían chistes, no te preocupes. 

— ¿Puedes dejar de meterte con mi novio y valorar la gran idea que te estoy ofreciendo? 

— ¿Puedes dejar de intentar que rompa con TaeHyung?

— ¡Pero que te importa! ¡Tú te quedas soltero, y HoSeok no me amenaza con darme! 

— ¿Y qué gano yo quedándome soltero?

— ¿Follar más? —preguntó tanteando el terreno. Sabía de sobra que no tenía ninguna razón, básicamente se chocaba desesperadamente contra la misma pared una y otra vez. Ni en broma dejaría a TaeHyung. —Vamos, hazlo por tu gran amigo. 

— ¿Por qué no me dejas en paz y le ofreces el culo a HoSeok de una vez? 

— ¡No voy a ser pasiva de un niño más pequeño que yo! 

—Son de la misma altura. Y le sacas dos años. Te doblará el cuerpo en unos meses, amigo.

— ¡Jamás! 

—Piensa lo que quieras —me encogí de hombros y giré la puerta de entrada, dirigiéndome a donde nos solíamos reunir el grupo siempre.

Efectivamente a lo lejos se encontraba MinHo entre todos los demás, como siempre con un cigarro entre sus manos y risas en su boca. De nuevo estaban pelean JiSung y HyunJin, porque este último tenía el ceño fruncido y cruzaba los brazos con indignación. No me paré ni un segundo a escuchar sobre que discutían esta vez, simplemente fui a lo que iba desde un principio, por MinHo.

Le agarré del cuello de la camisa y lo estampé contra el impecable muro de la escuela.

Hubiera preferido que tuviera hendiduras o algún ladrillo mal colocado para que le doliera más el golpe, pero no fue el caso. Y por si fuera poco, él se limitó a sonreírme y soltarme el humo de su cigarro en toda la cara.

— ¿Ocurre algo, JiMin? —fruncí el ceño y reprimí mis impulsos de pegarle. Aún era pronto, primero debía hablar. Calmarme y hablar. —¿Vas a enseñarme a pasar el humo o tendré que pedírselo a TaeHyung? — Sinceramente, a la mierda lo de hablar. 

Mírate «MinV»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora