—Una semana después—
Lena caminaba de un lado a otro en la tienda, era un día concurrido, los turistas entraban uno tras otro lo cual era perfecto para las comisiones y ganancias en general, pero eso restaba tiempo a la hora de comida, por esa razón estaba de mal humor, aunque sabía fingir ante los clientes. Ella ansiaba ver a Zor-El, no había logrado verla desde el día en que estuvo en su casa, por su trabajo y la rubia era increíblemente comprensiva, pero le enfadaba que no fuese insistente, quería ser asediada un poco, pero evidentemente no sucedería de esa manera.
-Oh dios, estoy muriendo—dramático Mike, jadeando como si hubiese corrido por todo Memphis— Y aquí vienen más—sin aliento señala a la puerta con ambas manos.
-Sonríe Mike—sugiere Lena— Yo también estoy agotada, pero el aniversario luctuoso de Elvis es en pocos días-
-El rey del rock causa revuelo aun muerto-
Niega exagerando al sonreír y acercarse a los clientes, Lena suspira cansina admirando la fuerza de su amigo, pero sabía que le iría bien en la paga, por esa razón se esmeraba al vender y también para ganarle al molesto de Winn, tal hecho le causa gracia. Así continúa la mitad del día, y agradecía haberle dado tiempo para desayunar o de otro modo ya estaría famélica, aunque podía notarlo en Mike y Winn, así que al primero que le permite salir a comer es a Winn, así habría un poco de paz, sin tener que oír sus quejas. La fija para la caja registradora ya no era tan larga como en la mañana, y esperaba aminorara la entrada por salida de cada cliente, para tener algunos minutos en los cuales podría respirar, estaba cobrando saludando casi por inercia, y al observar unos guantes familiares que dejan un Disco de Elvis, alza la vista y por primera vez sonríe genuinamente, pues Zor-El le sonreía tímida al otro lado de la caja, vistiendo una blusa ajustada de cuello alto y mangas largas en color rosa, cabello suelto ondulado y puede ver que está usando ligero brillo labial, se veía hermosa tan distinta a como suele vestirse.
-Hola—Lena no cabía en su felicidad— ¿es todo lo que llevarás?—La rubia asiente—perfecto, son $50 dólares—Zor-El le entrega el efectivo y ella la bolsa con el disco dentro—gracias por su compra-
La rubia achica los ojos al sonreírle y antes de permitir la continuidad en la fila, desliza una nota a Lena, quien rápidamente la coge, ganándose un guiño de parte de Zor-El quien abandona la tienda después de la compra. Mike al otro extremo de la tienda hace una mímica de enamorado formando corazones en el aire, mofándose de ella, Lena sonrojada le saca la lengua y continúa cobrando ante las miradas de los clientes, unos sonreían cómplices y otros solo querían rapidez. En la tarde cuando al fin había paz en la tienda y Mike se había ido a comer, dejando a Winn limpiando algunos aparadores, se permite al fin leer la nota, desde que Zor-El se la dio estaba demasiado ansiosa por saber lo que ha escrito.
El resplandor de la Estrella Polar penetra por la ventana norte de mi cámara. Allí brilla durante todas las horas espantosas de negrura. Y durante el otoño, cuando los vientos del norte gimen y maldicen, y los árboles del pantano, con las hojas rojizas, susurran cosas en las primeras horas de la madrugada bajo la luna menguante y cornuda, me siento junto a la ventana y contemplo la estrella.
—Polaris - H. P. Lovecraft—
Pd: Te espero fuera de la tienda en cuanto termine tu horario laboral, también extraño conversar contigo.
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Alas De Cristal
Детектив / ТриллерMe enamoré hasta de las letras de su nombre, de su ternura disfrazada de frialdad. Eso me atrapó, me enloqueció, y definitivamente fue mi perdición. Desde esa noche todo en el mundo me pareció poco a comparación del formado en ella, tan solo debía e...