Rescue

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— 27 horas después —

Alexandra comenzaba a desesperarse, Kara no hacia acto de presencia y en su afectada mente, imaginaba que la rubia había declinado, abandonando a Lena. Esto por supuesto le enfadaba pero no solo porque no asistiría para llevar a cabo el trato, sí no que su ausencia demostraba nulo amor a la pelinegra quien dormía en la cama semi desnuda frente a ella. Siente más que deseo por Lena, ella la ama aunque nunca supo apreciarla y demostrarle el sentimiento, y eso generó la obsesión y el repudio de la pelinegra hacia ella, no obstante, prefiere tener una parte de Lena, aunque sea una mentira, que pueda amarla.

Lena despierta y la ve hacer una mueca de dolor, consecuencia del golpe que le dio la noche anterior, ambas no han comido nada, Alexandra sin embargo, se pone de pie y cautelosa, le deja una sopa instantánea fría al lado, en la mesita de noche, y regresa a su puesto de vigilancia en la silla, sentada nuevamente, mirándola como sí fuese lo más importante en el mundo, en su mundo quizás.

-Tú novia no ha aparecido en todo el día, y como puedes ver, ya es de noche nuevamente-

-En realidad espero que no venga — Lena nota que ya no está atada y como no quiere morir de inanición, decide comer la sopa fría.

-Ella vendrá sí su amor por ti es real, y sí no lo es... — ladea la cabeza sonriendo — Bueno... no es necesario decirlo, ¿oh sí?-

-Kara tiene todo el derecho a deslindarse de mí, por culpa tuya la traicioné, no me sorprende que no haya decidido acudir a tu estúpida reunión-

-Sé que te afecta — recarga los codos en sus piernas para mirarla fijamente — Has estado acosándola estos días — ríe.

-La acoso porque ella me importa, y no dejaré de insistir hasta que ella me acepte de nuevo-

-Es justamente lo que yo pienso cuando te acoso — endereza la espalda — Insistir hasta que me veas como la mujer que debe estar a tu lado-

-Con la diferencia de que yo no le haría esto a Kara — señala sus pies atados y deja el recipiente vacío de la sopa a un lado.

-¿Segura?-

Lena iba a responder hasta que tres golpes a la puerta de entrada se oyen, Alexandra mira la hora en el reloj en la pared, y sonríe con malicia hacia la pelinegra quien trata de no verse angustiada por la presencia de Kara, sabe que la pelirroja tiene un plan.

-La princesa perdida llegó-

Camina a paso lento y antes de abrir la puerta, se asoma por la merilla, viendo a Kara vestida de blanco, desde el gorro en su cabeza, hasta sus converses, era algo extraño pero decide dejarlo pasar, y abre, ganándose de inmediato la mirada azul de un lobo artico y por unos instantes siente escalofríos, sin embargo no permite exteriorizarlo, y saca un arma de bajo calibre de su espalda, apuntándole a la cabeza.

-No es necesario que me apuntes con un arma — dice Kara con voz gélida.

-Entra — Alexandra retrocede para dejarla entrar sin bajar el arma, Kara entra y la empuja — Ella está en la primer alcoba-


Kara al entrar, mira con sorpresa a Lena, tensa la mandíbula y contiene la ira recorriéndole el cuerpo aprisionándola en sus puños fuertemente cerrados, al verla semidesnuda, Lena niega en silencio y eso le permite suspirar, sintiendo la punta del arma en su nuca.

-No cuestionaré tu vestimenta, o que hayas venido desarmada, porque no me interesa, así que solo has lo acordamos-

-¿Por qué está semidesnuda? — cuestiona y oye la risa de Alexandra.

Alas De CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora