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–Steve... –Susurro para ella misma pero aún así yo la escuche perfectamente, entonces dirigí mi mirada hacia ella intentando entender todo.

–Como pasó?. –Me levante de donde estaba sentada y me acerqué a abrazarla, ella correspondió mi abrazo y la dirigí al sillón para que me contara lo sucedido.

***
Habíamos pasado el resto de la tarde hablando y viendo como íbamos menencionarle esto a su familia, logre que se tranquilizara, ya que desde que llegó su angustia era demasiada, cuando paro de llorar, hablamos y decidimos que le tendria que decir a su familia antes que a alguien más, eran las seis de la tarde y completamente habíamos perdido la nocion del tiempo, no nos habíamos dado cuenta de eso hasta que el sol comenzo a ocultarse y unos faros quedaron inmóviles frente a la casa, de algún modo sabíamos quien era y eso hizo que Laura entrara de nuevo en pánico y comenzara a llorar.

–Debes esconderme no me siento segura aún para decirle a nadie. – Estaba retrocediendo de mi, mientras su respiración se volvia agitada.

–Ni siquiera sabemos quien es, calmate.–Estaba intentando acercarme a ella para tranquilizarla, pero nuestro inesperado invitado ya estaba pasando a la cochera, acercándose a la casa.

–Laura te hemos estado buscando toda la tarde, que haces aquí?. – Óscar entró lentamente por aquella puerta y en cuanto vio a su hermana al borde de las lágrimas se acerco a ella. –Que ha pasado?. -

Laura no  contestaba las preguntas que hacia su hermano y mucho menos lo podía mirar a los ojos, él había empezado a verme para que  de algún modo yo contestará su pregunta pero sabía que esa no era mi obligación.

–Lo siento yo no puedo responderte eso, creo que ella tiene el deber de hacerlo. – Iba a subir las escaleras para darles privacidad pero Laura me miraba para que no la dejará sola.

–Tal vez deberíamos todos sentarnos en la Sala. – Sabía que la noticia no pondría Muy feliz a Óscar así que era mejor que se sentará.

–NO, AHORA MISMO ME VAN A DECIR LAS DOS QUE DIABLOS ESTÁ PASANDO!!. –Mire mál a Óscar y aún desesperado por no saber que pasaba se dirigió al sillón para sentarse.

–Laura, tienes que decirle. – le susurre al oído.

–Pero así no lo habíamos planeado. – Dijo mirándome indefensa mientras nos sentamos frente a Óscar que estaba batallando para no gritarnos.

–Lo sé, pero así pasó, no hay otra opción más que decirle. – estaba presionandola para decirle ahora, pero sabía que se lo tomaría peor si se lo dijéramos después.

–Estoy embarazada... – No pensé que se lo dijera tan directo, cerro los ojos en cuanto lo dijo, esperando que Óscar explotara y gritara frente a nosotras, pero no lo hizo, solo hubo un silencio donde solo se escuchaban nuestras respiraciones.

–Mamá me mando a buscarte, supe que estabas aquí, ahora vámonos a la casa.– Laura se levantó sin decir nada y se fue detrás de Óscar, ninguno de los dos dijo algo o se despidió solo se fueron en silencio y yo después de una atareada tarde quede sola en casa.

La resaca que tenia en la mañana se había esfumado con mis visitas y no tenía cabeza para pensar en otra cosa más que en Laura y en que pasaría con Óscar, y su familia. Óscar había controlado la situación bien, y eso me hacía sentir segura, ya que esperaba no le dijera nada hiriente, ella estaba asustada y el enojo y desprecio de su familia solo la pondrian peor. Me dispuse a hacer la tarea que no pensaba entregar mañana pero para distraerme me senté en la mesa para trabajar eran las 10 de la noche y yo estaba haciendo los deberes, pude haberme ido a dormir pero la intriga no me soltaba y aún no podía irme a dormir. Había empezado a llover un poco y esperaba que este clima tan deprimente me ayudará a dormir, iba subiendo las escaleras  cuando luces de afuera llamaron mi atención, en éste momento no podía saber ni tener sospecha de quien era pues depués del día de hoy todo iba a ser una sorpresa.
Nuestro invitado estaba goteando y entró en casa lentamente, a éste punto lo que comenzó como una pequeña llovizna se había convertido en un diluvio.

–No sé que pensar... – Entró completamente a mi casa y se quedó parado entre los muebles con la mirada perdida en algun punto fijo.

–Que pasó? Estas bien?. – Me acerque lentamente e intente hacer contacto visual con él, cosa que fue imposible. Siguió mirando aquella pared blanca que obtenía toda su atención. –Te traeré una toalla. – ya que debido a la lluvia él estaba empapado. Comencé a retirarme de él pero me tomó de la mano.

–Si hubiera querido estar solo, no hubiera venido no crees?. – Por fin pude ver sus ojos, en ellos había confusión e ira, el segundo sentimiento estaba muy bien disimulado en sus ojos pero lo conocía lo suficiente como para saber que pasaba por su cabeza.

–Solo iré por una toalla para que te seques o si no te enfermaras. – Si, completamente estaba evitando el tema de su hermana, no sabía cómo iba a reaccionar Óscar por eso tenía miedo de preguntar, lentamente soltó mi mano y yo me dirigí por una toalla para que Óscar se secara.

–Lo siento, creo que moje tus muebles. – Cuando regrese a la Sala, Óscar estaba sentado en el sillón mirando hacia la ventana que reflejaba el clima de afuera.

–No te preocupes, ten la toalla, iré por ropa de Rodrigo para que te cambies. – No le di tiempo de responder o reaccionar pues empecé a subir la Escalera en dirección a aquel cuarto que era él más frío de toda la casa. Entré rápidamente y con la respiración agitada por hace mucho no entrar ahí, saque de los cajónes lo primero que encontraba pues la Misión era fácil, un pantalón, una camiseta, y listo.

–Esa era su camiseta favorita, sabias?. –Me sobresalte al escuchar su voz proveniente de la puerta, y al girarme lo ví recargado en la puerta mirando la prenda que tenia en las manos.

–No, intento no pensar en él desde hace mucho. – Cerré el cajón de donde saque la ropa y me dirigí a la puerta para salir de él cuarto que sentía que se estaba haciendo pequeño. Él enojo que ya se me estaba pasando con Óscar volvió a mi en cuanto entre a ese cuarto.

–Puedes olvidar tu enojo conmigo por un  momento, necesito de tu apoyo en esta situación. –  Ambos dejamos el cuarto de Rodrigo y nos dirigimos a la Sala.

–Lo siento, pero no entiendo para que me necesitas a mi, teniendo a tus diferentes amigos. – Tomé asiento y esperé a que él entrará en el baño para cambiarse de ropa.

-Porque tú de alguna manera me das tranquilidad. – Dijo mientras salía del baño. - Y necesito estar tranquilo si no queremos que cometa dos asesinatos. –

–Por qué dos asesinatos? Señor asesino serial.– A pesar de lo sería que era la situación yo buscaba darle algún tono humorístico.

–Mataría a Steve, y a Alejandro por permitir que nuestra hermana se relacionara con los asquerosos de sus amigos. – Dijo con un tono de enojo.

–Tus amigos no son mejores que los de Alejandro. – Solté a la defensiva si darme cuenta de lo que decía. –Lo siento, yo no quería.... perdón. –

-No te preocupes lo entiendo, nunca hemos aclarado ese tema. –

-Y no quiero hablar de ese tema, sinceramente no me importa, te he dicho que intento no pensar en él. – Ambos estábamos mirando al suelo cada uno perdido en sus propios pensamientos.

–No está bien que te cierres y mantengas tus sentimientos escondidos. –

-Los sentimientos son estúpidos. –

-Bueno podemos hablar sobre Laura?. – Evadió completamente mi comentario y cambio de tema rapidamente.

-Okay, como lo tomaron tus padres y hermano?. – Pregunte realmente curiosa por aquella situacion.

-No muy bien, obviamente, la regañaron un poco pero la apoyaron, Alejandro salió de la casa después de esa plática, yo no quise estar ahí, pues ya lo sabía. – Me levanté en busca de mi teléfono en cuanto dijo que Alejandro había salido. Pues podría estar en cualquier lugar y lo más importante, podría estar enojado, y perfectamente sé que la familia de Óscar no es buena con el control de sentimientos.

Confusiones (2da parte de El mejor amigo de mi hermano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora