Corre II

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—Ya voy de salida —se excusó, aún sorprendido de verla por primera vez en meses—. ¿Estás bien...?

—Huí de Jacob —farfulló, sin creer lo que hizo—. ¡Él se quedó en mi casa y yo salí corriendo...!

Su amigo no supo qué decirle. Su madre lo estaba esperando, y por más que hubiera querido, le era imposible ayudarla. La calmó como pudo y le dijo que se dirigiera a casa de otra amiga en común.

Sin opciones, sin dinero, se fue a vagar por las calles, alerta, esperando perder a Jacob de vista, intentando contactar a alguien que pudiera ayudarla. 

34 microrrelatos tristes para gente tristeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora