【ｓｅñｏｒｉｔａ】 minv

ρ я σ ́l σ g σ

Quiero empezar esto con explicar que es una persona transexual, les dejare en si varios conceptos, cual les venga mejor. Quiero aclarar también que no hago esto con el fin de ofender a nadie, solo es ficción. Tampoco estaré metiéndome mucho dentro de esto, por que como dije, no lo hago con el afán de molestar/insultar/dañar a alguien.
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transexual 
Es aquella persona cuya identidad de género no se corresponde con el sexo que se le asignó al nacer.
  Se define como una ‘persona que se siente del sexo opuesto, viste y se comporta en consecuencia y aspira a adquirir o ha adquirido los caracteres físicos correspondientes mediante tratamiento hormonal o intervención quirúrgica’.
Se manifiesta por una identificación persistente con el otro sexo, con un sentimiento en el cual se identifica con el sexo opuesto a su sexo biológico.

Sin más que agregar, espero disfruten de la lectura.
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Puede que las demás personas piensen que soy una persona anormal por ser quien soy o que me hice como soy por puro capricho o moda, en realidad no fue así como llegue a lo que soy actualmente. Mi vida no fue fácil, no me apoyaron y mucho menos me mandaron al hospital por que creyeron que era una enfermedad y por sobre todo, tampoco asistí al psicólogo por qué mis padres hayan creído que estaba enfermero mentalmente, no, ellos no son ese tipo de padres. Jamás han sido buenas personas, incluso antes de que yo naciera, ellos han hecho cosas horribles, no es como si ellos me lo hubieran  contado, nada de eso. En realidad todo comenzó cuando cumplí los seis años y yo ya tenía un poco de uso de conciencia. Quería salir, quería disfrutar todo lo que un niño disfrutaba, justo como en la televisión que veía en casa. Si es que un sótano dentro de un lugar abandonado era una casa. Quise salir de ahí sin querer hacerlo con la intención de afectar a mis padres, solo quería salir. Solo quería aire y correr por todos lados como los niños de la televisión lo hacían. Era un niño, y solo pensaba en divertirme. Pero eso mis padres jamás lo iban a entender, ellos no estaban preparados para mantenerme económica ni amorosamente.
Ese día aparte de salir por primera vez de aquel sótano, también fui golpeado por primera vez con una tabla de madera en mis piernas, según mis padres eso me enseñaría a no volver a caminar por donde sea y cuando quiera, por qué yo no tenía derecho a moverme de ese lugar.
Tiempo después, cuando apenas cumplía los once años, comprendí que yo no debí nacer, a mi corta edad ya entendía muchas cosas. Comprendía que mis padres no me amaban y tampoco lo harían, que yo jamás iba a salir de ahí, que los amigos de mi padre seguirían tocandome aún que yo le dijera que se detuvieran, que iba a seguir recibiendo golpes con esa tabla si yo volvía a intentar huir de ahí o golpear a los amigos de mis padres por tocarme.

Mientras veía la televisión, cuando ya tenía los trece años, los amigos de mis padres llegaron, como siempre. Esta vez llevaban a alguien que parecía tener la misma edad que yo, así que por unos segundos creí que podría hacer un amigo y que él vendría a conmigo siempre y que jugariamos como cualquier niño. Gran error.

Nuestros padres nos presentaron y él me sonrió, mi pecho dolió y mi garganta ardió. Sus ojos eran de un color tan claro como la miel y su piel bronceada brillaba, lo hacía brillar tanto que creí que podría quemarme. Sus cabellos llevaban un color rojizo que quedaba tan bien con su piel que no sabía explicarlo. Esos hoyuelos que salían a relucir cada que escuchaba reír a nuestros padres y él sonreía como si entendiera lo que decían. Yo solo me dediqué a admirarlo sin escuchar lo que realmente dialogaban. Al menos no hasta que Hoseok me miró, ese era su nombre. Sentí que podría desmayarme ahí mismo cuando lo hizo, cuando su sonrisa desapareció y su semblante se volvió más serio. Fue en ese momento que sentí escalofríos y comencé a temblar cuando mi padre me empujó al cuarto y se deshizo de mi camiseta dejándome semi desnudo hacia la vista de él, que hasta ahora caía en cuenta a que habían venido. Jung Hoseok, con quince años de edad e hijo del matón más famoso de corea iba a quitarme la virginidad. Mi padre la había vendido por una gran cantidad de dinero a ese señor usando a su hijo, que a pesar de su corta edad ya estaba metido en todos esos negocios y que tenía la misma mente de depravado, y asqueroso que todos los demás presentes ahí dentro. No sabía qué hacer, lo mire y me mire.
Aún a pesar de su corta edad en fuerza él me ganaba así que no pude oponerme en ningún momento, mi cuerpo estaba demasiado delgado por qué mi comida se basaba en cosas muy ligeras y una vez al día si es que tenía suerte. Odiaba mi vida.