La vida es injusta

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-Te recomiendo que colabores... no tengo ganas de pelear...- Los otros dos chicos me tomaron de los brazos por la espalda, esperaría a que ellos den el primer golpe, ya habíamos llamado la atención de un grupito de gente, por lo cual, si ellos empezaban, no me caería una sanción por parte del tío Mephisto. Al ver que no iba a colaborar, el chico frunció el seño y los otros dos apretaron el agarre. –Tú lo quisiste...-

Dio el primer golpe en la boca del estómago, dejándome sin aire, instintivamente me incline hacia adelante y me tomo po los pelos, haciendo que lo mire, a lo que simplemente sonreí, aquella era mi señal. Con un movimiento rápido combinando el codo y las muñecas, liberé mis brazos, y antes de que pudiera reaccionar di un puñetazo certero al mentón, de abajo hacia arriba. Sólo cayó inconsciente como bolsa de papas, no era la fuerza, si no la técnica y donde golpear lo que lo hacía efectivo. Miré a los otros tres, casi como diciendo "¿Quién sigue?" pero ambos salieron corriendo, era de esperarse algo así. Sólo agarré mi mochila y me fui del lugar, ignorando absolutamente a todos los que me miraban asombrados por lo que había hecho.

No pasaron muchos minutos hasta que escuché la voz de mi tío Mephisto llamándome por los altoparlantes. Si antes estaba de malhumor, ahora era algo de otro mundo, sumado a todo eso, el dolor de cabeza regreso. Qué remedio, sólo suspiré y dirigí mi camino hacia la sala del director, me gustaría saber quien fue tan rápido de ir a contarle lo que había pasado.

-Ah... Sobrino querido... -Dijo Mephisto en ese tono burlesco, hoy no estoy de humor para soportar que me tome el pelo.- Veo que te has metido en problemas... es una lástima en un expediente tan limpio tener una suspensión.-

-¡¿EH? ¡¿Por qué una suspensión?! Si ellos han comenzado, no yo, y hay varios testigos... y...-

-Que expresión tan divertida... -dijo con una sonrisa de lado, me quedé callado- Pero veraz... te has peleado con el hijo de un importante empresario, y es un secreto público que tu padre es mi medio hermano, si no te castigo, dirán que estás acomodado.-

-¡¿Pero qué cosas dices?! Si he rendido el examen de ingreso como todos para entrar aquí, todo esto fue por mérito propio.-

-A veces la vida es injusta, de cualquier modo ya le avisé a Rin, tu padre no respondió los llamados, parece que tiene mejores cosas que hacer...pero ten...-me entregó un papel con la suspensión- regresa en tres días y procura que alguien lo firme.

En ese punto quería decir muchas cosas, pero me limité a suspirar de mala gana. –Está bien señor Pheles...-él sólo sonrió.

-Que parecido a tu padre...-Clavé mis ojos en él con un odio inmenso y me abalancé sobre el escritorio, tomándolo por el cuello de su traje.

-¡Yo no soy como Yukio! ¡Atrévete a repetir aquello! –Le grité liberando en parte un poco de la tensión que acumulaba, en eso se abrió la puerta, era el tío Rin, que se apresuró al ver la escena.

-Shiro, tranquilo...- sentí la mano de Rin en mi hombro y lo aparte con un gesto brusco, volví mis ojos a Mephisto y sólo apreté con furia su ropa, empujándolo a la silla, estaba muy furioso y sentía como el dolor latía en mis sienes y frente, cada vez era más punzante, algo que nunca había sentido. Miré a Rin como diciendo "No digas nada porque para vos también hay"

Nos fuimos, ninguno dijo nada, creo que hoy había sido el peor día de toda mi vida, todo mal había salido, pero todo era culpa de Yukio, si no hubiese dicho lo de esta mañana, si no hubiésemos peleado... argh mi cabeza. En mitad del camino le pedí perdón a Rin por mi reacción, él dijo que no importaba, que lo comprendía, pero que no me deje llevar por la furia.

Cuando llegamos a la casa, la tía Shiemi no paró de besar mis mejillas y preguntar como estaba, si me habían lastimado y todo un cuestionario medio entre lágrimas, que mujer más intensa y exagerada, sólo dije que quería descansar un poco, que me dolía la cabeza, de paso aprovecharía que mis primos siguen en la escuela y que podría dormir sin los sonidos de disparos de los juegos de Kai. Rin le hizo un gesto a Shiemi y yo me dirigí al cuarto, me tomé un Ibuprofeno y me tiré en la cama a ver si paraba el dolor, por suerte me dormí de inmediato.

No recuerdo que soñé, pero lo primero que sentí fue a Jane intentando despertarme, que ya era la hora de la cena y diciendo cosas como que era un dormilón. Sentía mi cuerpo adolorido, incluso peor que antes de dormirme, el medicamento no había hecho nada de efecto, parecía lo contario, me limité a sentarme en la cama mientras ella se iba hacia la cocina. Miré la hora en el reloj, ya eran casi las seis treinta de la tarde, suspiré y fui hacia la cocina también, ya estaban todos sentados.

-Lo siento... creo que estaba un poco cansado...-dije forzando una sonrisa, la tía me invitó a sentarme, pero el olor de la comida me dio náuseas, no sabía porque, no parecía que Shiemi lo haya hecho, más bien...

-Hoy cociné yo, así su madre descansaba... ah hacia mucho no comíamos Yakiniku ¿Verdad?- dijo Rin animado, ¿Qué me pasaba? ¿Por qué me sentía así?

Intenté comer, pero al tercer bocado sentía que iba a vomitar, no estaba feo, pero tenía el estómago revuelto, fue cuando recordé el golpe, seguro es eso... disimulé como pude, pero la tía y Rin lo notaron, aunque no dijeron nada.

Al terminar la cena me ofrecí a ayudarlos a lavar los platos y juntar todo mientras mis primos se iban a preparar para acostarse, ya en la cocina suspiré, no podía preocuparlos, ellos ya hacían demasiado por mí, no quería ser una molestia, tenía que pensar excusas.

-Shiro... ¿Te sientes bien? Apenas has comido... ¿No te gustó?- Dijo la tía mientras me alcanzaba los últimos platos para que lave.

-Oh... no es eso, es sólo... que he comido de más al medio día... y estaba un poco lleno, no es nada, estaba delicioso, la comida del tío siempre es deliciosa... por cierto... debo ir a casa a buscarme la billetera, hoy a la mañana salí apurado y la olvidé...-

-Yo te acompaño...-dijo Rin en un tono extraño, como muy neutro para ser él, quizá me pareció. La cosa es que intenté decirle que no hacía falta, pero insistió y me gano fácil, no tenía ánimos de pelear.

Fuimos caminando, no quedaba lejos, yo tenía llaves, así que no había problemas. Pero cerca de la casa, Rin habló –Así... que comiste demasiado, pero olvidaste tu billetera eh Shiro...- Lo miré, estaba agarrado, abrí la boca como para inventar algo, pero no me dejó hablar.-Y no me digas que llevabas plata suelta en la mochila, tu expresión lo dijo todo... ¿Por qué has mentido?-

.......

Pobre mi Shirito ;;3;;

¿Por qué tengo la manía de hacer sufrir a la gente de mis historias?

Ah, sí, que soy una drama queen uwur

Gggg

Nos vemos el domingo que viene, que mañana arranco la Uni again maldita sea

No Sabía Nada De Ella... (Ao No Exorcist) 1ra TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora