Capítulo 5: Recuerdos difusos.

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La mañana hizo aparición con tintes grises coloreando los cielos, Konoha estaba despertando después de un aguacero de aquellos. Sin embargo, aún caía una pequeña llovizna que continuaba humedeciendo todo a su paso y manteniendo relente al país del fuego.

Los vestigios de la hoguera ya consumida permanecían en la chimenea, muertos, apagados. La ropa de Shikamaru estaba casi seca, desparramada por el suelo y en el futón, aún había dos cuerpos. Fue Temari quien se removió primero, con pereza. La resaca que sentía le tenía aun dando vueltas el cerebro y el frío que sentía le hacía temblar. Abrió los ojos e inmediatamente su subconsciente advirtió sobre el brazo que le sostenía por la cintura, Temari alarmada se volteó observando a Shikamaru dormido, a su lado, con el torso desnudo y el pelo alborotado.

Su estómago se contrajo. Tenía poco claro todo los acontecimientos del día anterior debido a lo mucho que Ino le había hecho beber- porque sí, la culpaba a ella- y en su cabeza no recordaba cómo había llegado... Ni menos que demonios hacia el menor desnudo, abrazándola.

Se analizó: tenía la yukata bien puesta eso quería decir que no estaba desnuda. Su cuerpo le dolía, pero era consciente de que se habían dado bastantes golpes contra el suelo antes de poder llegar a casa, eso no se le había olvidado. La rubia apartó el brazo del ajeno y se sentó sobre el futón. Sintió su cuerpo, en busca de pistas y entonces una lluvia de imágenes borrosas que parecían más un sueño que algo real le comenzaron a llenar la mente. Ella se sonrojó, se atrevió a mirar bajo las sábanas para comprobar si el contrario estaba desnudo, pero para su alivio Shikamaru tenía en su cintura y cubriendo sus partes nobles un boxer negro.

— Mier...da... — susurró aún sin saber qué carajos había sucedido y dejó caer las sabanas.

Se inclinó hacia delante dispuesta a levantarse y fue entonces cuando un resentimiento en su entrepierna le hizo caer en cuenta de lo que había sucedido. Su feminidad estaba delicada, no era un dolor intenso pero sentía una molestia en la zona lo cual solo indicaba una cosa: Ella y él lo habían hecho.

Un gruñido le hizo salir de sus pensamientos de un momento a otro, miró la procedencia y notó que Shikamaru había despertado.

— Mi cabeza... — bufó mientras estiraba los brazos y alongaba su anatomía.

Cuando por fin sus ojos azabaches se encontraron con los verdes de ella, él se quedó petrificado mientras analizaba la situación.

Cuando por fin sus ojos azabaches se encontraron con los verdes de ella, él se quedó petrificado mientras analizaba la situación

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Dentro de la cabeza de Shikamaru había miles de teorías. Lo seguro en todas, era la ebriedad de ambos, pues no podía recordar ni diferenciar los extractos que rondaban su mente como una realidad o una ficción. Tenía opciones: podía ser que Temari le dejara dormir ahí por la lluvia o por lo borracho que estaba. En segundo lugar habían dormido juntos por el frío o en defecto, porque no existían más lugares. Y en tercero, no llevaba su ropa puesta porque esta estaba totalmente mojada por la lluvia. Todo tenía sentido.

Todo florece en primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora