Àlex se pasó por mi casa al cabo de dos días, llegó a eso del mediodía, con una guitarra en la espalda, su cabello estaba recogido desordenadamente vestía ropa negra y llevaba una rosa roja en la mano y esa sonrisa radiante.
- Hola – me dijo
- Hola – respondí – pasa, por favor.
- ¿Cómo estás? – me pregunto.
- No sé muy bien cómo responder eso – admití - estoy intentando recuperar poco a poco los 18 años de vida que perdí.
- Debe ser difícil para ti.
- Mucho, y más si tus padres tienen la ilusión que seas la de antes.
- Todos estamos agradecidos – admitió – de que estés con vida. Ese accidente era para que salieras muerta.
- No quiero hablar de eso. – sugerí – ¿Tienes hambre?
- Sí, no he almorzado.
Fuimos a la cocina, donde mientras yo hacía unos sándwiches, él me contaba sobre mí. Lo que sabía, que era muy poco a comparación con Sofía y Nicole.
Nos conocimos en la universidad, éramos amigos, cuando rompió con su novia Hope, yo fui la mejor amiga que pudo haber deseado en esos momentos difíciles, con el tiempo había nacido algo más dentro de ambos. Un día que fui a su casa para hacer una tarea, nos terminamos besando. Él quería acostarse conmigo, pero le dije que no, que no podía. Estábamos comiendo en la isla ya para entonces, cuando le pregunte porque no quería acostarme me dijo que porque era virgen (de la impresión de mi propia mentira, toda la gaseosa quedo regada en el piso de la cocina).
- Dios mío Atemis – se asustó - ¿estás bien?
- Estoy bien – dije mientras tocia.
- ¿Qué te ha pasado? – preguntó
- No lo sé – dije riendo con la esperanza que no hiciera más preguntas.
Me canto unas canciones mexicanas malísimas, eran más para reírse que para cantarlas, me hizo unos trucos de magia (Si, Àlex era mago, y uno muy bueno) hizo algunos con cartas, otros con vasos.
- ¿Quieres que haga uno con las bolas? – pregunto reído.
- ¿Perdón? – dije asustada – con... ¿con las bolas? – pregunté dudosa.
Se inclinó para sacar algo de su mochila. Que no sea un condón, rogué para mis adentros. Cuando se volvió hacia mí, en su mano había tres pelotas de color rojo como la nariz de un payaso. Respire de alivio.
- Son tus favoritas – dijo quiñándome el ojo.
Me conto que siempre que estaba molesta con él me hacía e trucos de las bolas y me ganaba con eso. Yo solo me reía y luego entendí porque lo decía.
Eran ya las cuatro de la tarde cuando paso algo muy interesante. Se inclinó en el sillón y me beso, sus labios eran suaves, carnosos y reclamaban mis labios a gritos.
Le seguí el beso que se hizo mucho más intenso; me senté a horacadas sobre él y me estaba besando el cuello y tratando de quitarme el sostén cuando recordé la advertencia de mis dos nuevas mejores amigas. ES UN PERRO.
Me bajé de su regazo y le hice una pregunta.
- Alex... - dije - ¿Qué has hecho mientras estuve en el hospital después del accidente? – pregunté por fin.
- Salí con una amiga, estuve trabajando y fui a la universidad - dijo relajado.
- Ah – intente sonar lo más normal posible - ¿Cuándo fue la última vez que tuviste...
- El lunes – admitió.
- ¿Con tu amiga?
- Si.
- ¿Y quieres acostarte conmigo ahora? – pregunte
- Sí, tengo ganas desde que fuiste a mi casa aquella vez.
- ¿Tú solo me quieres para eso verdad? – dije molesta – Yo me enamoré de ti, pero tú no, ¿solo soy la amiga incondicional verdad?
- No se supone que habías perdido la memoria – dijo tratando de disminuir la tensión.
- Me importa un carajo – grite – tengo amigos a los que parece les contaba todo, y hable con dos de ellos hace unos días, me advirtieron de ti.
- No me conocen – dijo defendiéndose
- Yo diría que te conocen lo suficiente - admití – vete por favor.
- Te lo advertí – dijo - aquella vez que fuiste a mi casa, te dije lo que podía pasar si te enamorabas de mí. Soy un cerdo sin corazón.
Me quede ahí, en la sala de mi casa hecha una furia, y a la vez confundida por como hablo de sí mismo. Hable con Sofía y Nicole esa misma noche. Me dijeron que hice lo correcto.
Me senté en el balcón de mi cuarto, a mirar el cielo estrellado, y miré mis fotos con Andrew, mientras escuchaba música e hice una pregunta al viento... ¿Dónde estás?
Se me rompe al corazón ¿a ustedes no? siganme en mi instagram @Skarlet_Serrano
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Un Chico Diferente - Secuela de Una Chica Diferente
RomanceLa vida de Atemis cambia cuando su mejor amigo y amor de su vida se muda con su familia a Canadá, pero su vida empieza una nueva etapa sin el, y pasan muchas cosas interesantes. conoce buenas y hermosas personas que ocuparan un gran espacio en su vi...