Harta.
Esa era la palabra para definir mi estado de ánimo en estos momentos.
Mis padres me trataban, mínimo, era una inválida que no podía valerse por sí misma. No me malinterpreten, amaba que me prestaran atención, (y mucho más si pierdes tu memoria) pero me desesperaba por completo el hecho de que no me dejaran hacer nada, ni siquiera, caminar sola.
Hacía una hora que me habían dado de alta en el hospital e iba camino a mi casa. Miraba por la ventana del auto todos los arboles meciéndose al compás del viento tranquilamente. Eso era lo que amaba del lugar donde vivía, que era cerca de la playa y que, en las tardes, era fresca la brisa. Claro, si estábamos cerca del mar, no en la barriada donde vivo.
Finalmente llegamos a mi casa, no recordaba ese color en la fachada. Si bien era cierto, tampoco es que me acordara mucho en donde vivía. Me bajé del auto y mi mamá me miró acusadoramente.
- Atemis... -
- ¿Qué? – la miré sin expresión alguna. – Puedo caminar sola, estoy bien.
- Eso sí que no lo has olvidado, lo tozuda que eres... - rueda sus ojos y me ayuda a entrar a la casa.
La casa se siente diferente, es como si este lugar no hubiese sido mi hogar durante muchos años. Miro a mi alrededor, hasta el aroma ha cambiado. Mis hermanitos están donde mi abuela, así que por eso mis padres está aún más pendientes de mí.
- ¿Tienes hambre? En la nevera hay un poco de fresas, puedo hacerte un batido mientras cocino.
- No, pero estaría bien. – asiento con mi cabeza mientras subo a mi habitación. – iré a cambiarme la ropa, ya vuelvo. – aviso para que no se pongan más paranoicos de lo que están.
Camino a pasos cortos hasta la habitación y giro el pomo de la puerta. Tomo una respiración profunda y entro silenciosamente. El olor a desodorizante ambiental inunda mis fosas nasales, ha de ser que mi mamá roció un poco, no me molesta, pero es algo picoso en la nariz.
Mis ojos se adaptan a la poca luz de la habitación, enciendo el interruptor y miro a mi alrededor... giro hasta el escritorio donde pongo mis cosas de la universidad, una foto de un señor moreno y algunos libros. Un sobre mal puesto entre un libro llama mi atención. Una carta.
La leo y a medida que voy leyéndola mis ojos se llenan de lágrimas. Una canción, una fiesta, una noche maravillosa...
Mis rodillas caen en el suelo y lloro hasta que mi alma no duela más. No sé por qué me duele tanto pero ese nombre no sale de mi mente, resuena una y otra vez...
Andrew.
***
Una vez me calmé, bajé como si nada a la sala y tomé el batido que mi mamá me ofreció. Ellos sabían que había estado llorando, mis ojos estaban algo rojizos cuando bajé, pero, aun así, no me dijeron nada. Sabían que es difícil para mí el hecho de no poder recordar nada.
En mi mente resonaban las palabras de aquella carta que estaba en mi habitación. En mi pecho había un gran dolor que me quemaba lentamente. Sentía que me hacía falta una parte de mí, pero, ¿Quién es Andrew? ¿Por qué mi mente no deja de recordarme su nombre?
- Mamá... - decidí arriesgarme. - ¿Quién es Andrew?
- Era tu mejor amigo, cariño. – me sonríe con ternura. – eran muy unidos.
- Ah, - admito distante - y ¿sabes dónde está?
- Según lo último que sé, está en Canadá. No ha regresado. – mira hacia un punto indefinido. - ¿Por qué? ¿Has recordado algo? – me mira esperanzada.
- No, solo que su nombre llegó de repente a mi mente. – miento. No le diré sobre la carta.
- Ah. – se desilusiona. – Atemis, quiero que sepas que cualquiera duda que tengas, quiero que me digas. No tengas miedo de decirme lo que sientes. Confía en mí. – Me da un beso en la frente, no siento nada.
- Sí, claro mamá. – sonrío con los labios apretados. ¿Por qué no siento confianza hacia mis padres? Es extraño, pero no me nace decirles acerca de ese recuerdo mío con Andrew.
Se repite una y otra vez en mi memoria. Aquella noche en donde estuve con Andrew; no entiendo, si fue una persona importante para mí, ¿por qué se fue?, ¿por qué no estoy con él?... Espero saber la verdad a esta incógnita que me está matando.
Díganme en sus comentarios que debería hacer Atemis.
YOU ARE READING
Un Chico Diferente - Secuela de Una Chica Diferente
RomanceLa vida de Atemis cambia cuando su mejor amigo y amor de su vida se muda con su familia a Canadá, pero su vida empieza una nueva etapa sin el, y pasan muchas cosas interesantes. conoce buenas y hermosas personas que ocuparan un gran espacio en su vi...