Mi corazón se detuvo. Era Andrew. El chico que aparecía en mis sueños, de pronto pensé que también podía tratarse de uno, así que cerré mis ojos conté hasta tres y los abrí nuevamente. Nada.
No estaba soñándolo, él estaba ahí, estaba delante de mí. Mi boca se había secado de pronto, y tenía un nudo en la garganta que no podía deshacer. Un ruido me sobresalto. Era mi celular, estaba sonando, era Mar.
- Hola – conteste sin dejar de mirar a Andrew.
- Te me has perdido, estoy en Gran Morrison – dijo entusiasta – te espero, encontré el libro que estaba buscando.
- Obvio iba a perderme, saliste corriendo, literalmente – dije riendo – voy en dos minutos.
Colgué. Y seguí mirándolo, por lo que pareció una eternidad. Hasta que él hablo.
- ¿Nos quedaremos así todo el rato? – dijo sonriendo.
- Lo siento – dije – es que, aun no puedo creer que estés aquí.
- Sabía que te encontraría aquí – se explicó – jamás te perderías una feria del libro.
- Sonrío - debo buscar a mi amiga, si gasta todo lo que la mamá le dio estaré en problemas – me excuse.
- Entiendo – me da la mano – es mi número telefónico, llama cuando quieras salir a hablar – se inclinó y me dio un beso en la mejilla.
Se dio media vuelta y se fue, aun con el corazón en la boca, me dirigí a donde se encontraba Mar. Cuando la vi, llevaba cuatro libros apretados contra su pecho rumbo hacia la caja a pagarlos.
- Oye... oye... – empecé – tu mama dijo que ocho libros como máximo, llevas toce contando estos. – dije señalando a Harry Potter en tapa dura.
- ¡Lo sé – dijo con un puchero – pero están en descuento y en TAPA DURA! – dijo eufórica – sabes lo difícil que es encontrar eso hoy en día.
- Si... como encontrar a un buen hombre – bromee.
Ambas nos reímos e hicimos la cola juntas, pagamos y dimos una vuelta más, la cual fue un reto para mí, porque la tipa quería gastar más y más. Era como ir con un niño a la juguetería.
- ¿Por qué demoraste tanto en venir? – pregunto al fin – Estabas pálida cuando volviste, como si hubieras visto a un fantasma.
- Ahogue una risa – sí que lo vi – respire hondo – me demore porque choque con Andrew.
- ¿Andrew? – dijo atónita – ¿está aquí?
- Si, al parecer vino desde Canadá – el pulso se me aceleraba y los ojos se me humedecían – olvide todo, pero lo veo en sueños, y ahora lo vi, estuvo enfrente de mí. El chico de ojos café, estuvo delante de mí.
- No puedo creerlo – expreso sorprendida – es tan... romántico.
- Lo se querida.
Mar y su madre me llevaron hasta mi casa. Fue chistoso escuchar la discusión entre ellas. Hice lo que pude señora, fue todo lo que dije, me reía para mis adentros y pensaba en Andrew y nuestro breve, pero importante encuentro. Mirando por la ventanilla del auto, tratando de recordar su rostro: labios color rosa y carnosos; ojos cafés claro, tez blanca, cabello marrón claro.
Al llegar a casa, mire las fotos que tenía con él, y parecía que todo era parte de otra persona, me veía sonriente en las fotos, en otras Andrew no miraba a la cámara por mirarme a mí; saque la guitarra del closet y toque torpemente las cuerdas; me quite el colgante que él me regalo y me quede mirándolo un largo rato. Hasta que finalmente me quede dormida. Junto a todos sus recuerdos.
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Un Chico Diferente - Secuela de Una Chica Diferente
RomanceLa vida de Atemis cambia cuando su mejor amigo y amor de su vida se muda con su familia a Canadá, pero su vida empieza una nueva etapa sin el, y pasan muchas cosas interesantes. conoce buenas y hermosas personas que ocuparan un gran espacio en su vi...