Unos pequeños rayos de luz entran a través de la persiana de la gran ventana en la habitación del rubio.
Alec se gira para evitar la luz y se encuentra con el rostro de Cristian quien dormía plácidamente. Alec no pudo evitar sonreír levemente mirándolo. Ese hombre era hermoso y haber pasado la noche entre sus besos le había encantado y quería seguir así todo el día. Abrazados y dormidos.
Al recordar lo que había pasado en la noche sus mejillas se llenaron de un leve tono rojo. Hacía un tiempo que no disfrutaba de algo así. Se sintió tan bien...
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De pronto un pensamiento cruzo por la mente del rubio.
"Me estoy ilusionando demasiado rápido, apenas llevamos 6 meses de relación ¿Quién dice que esto no se terminará antes del próximo mes?" La sonrisa se desvaneció ante ese pensamiento y luego soltó un suspiro.
Alec se giró y se acomodo para intentar volver a dormir pero cuando estaba por lograrlo los brazos de Cristian lo rodearon por la cintura provocandole un leve sobresalto.
-Lo siento, no quería asustarte- dijo este entre una risita para luego besarle la mejilla- Buenos días ¿Como dormiste?
-Yo bien- dijo fingiendo una sonrisa- ¿Y tu que tal?
-Muy bien, tu cama es muy cómoda. Creo que podría acostumbrarme a dormir aquí ¿Qué te parece la idea? Dormir todas las noches con este dios griego.
-Pues no suena tan mal- dijo el rubio para luego soltar unas risas y en un rápido movimiento quedar sentado sobre el regazo del contrario.
Sus miradas se cruzaron y acercaron sus rostros lentamente. Cristian quitó unos mechones de cabello del rostro del contrario para acto seguido besarlo. Ninguno podía resistirse a los labios del otro.
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El beso era lento y dulce pero poco a poco se hizo más intenso y las manos del pelirrojo comenzaron a recorren el cuerpo del rubio y su boca ataco el cuello del Alec para comenzar a besarlo y dejar marcas.
Leves gemidos comenzaban a escaparse de la boca de Alec. Las manos de Cristian llegan al trasero de del rubio y comienza a apretarlo con una divertida sonrisa en su rostro mientras que el contrario no podía hacer mas que gemir leve.
-¿Que tal un mañanero?- dijo el rubio con una leve sonrisa y besar al contrario con pasión.
-¡Papi ya llegue!- se escuchó desde abajo la voz de Victoria
-Mierda- dijo en voz baja el rubio para bajar de encima de Cristian y comenzar vestirse rapido- Ya voy cariño- Al terminar de vestirse baja hasta la sala donde la pequeña lo recibe con un abrazo. -¿Como estas mi princesa hermosa?- dice correspondiendo el abrazo.
-Bien- responde ella con una sonrisa- Fui una buena niña en la casa de la tía Liz.
-¿Eso es cierto hermana?- Alec mira a la mayor con una leve risa.
-Asi es- dice ella acercándose- Fue todo un angelito como siempre- le deja un beso en la mejilla a la rubia quien ríe leve.
-Buenos días- dice Cristian quien está en calzoncillos en la escalera con una sonrisa. Al terminar de bajar se acerca a Liz para saludarla y abrazar a la pequeña.
-Parece que tuvieron una noche algo loca- dice Liz para reír provocando en su hermano un sonrojo.
-Papi, ¿Que es una noche loca?- dice la pequeña con inocencia, a lo que Cristián no pudo evitar reír un poco.
-Pues...es-
-Es algo que a tu papi le gusta mucho- dice Liz sonriendo.
