Capítulo 10: Mi Chris.

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Amaia Pov's

Algo me molesta, no sé qué es pero se siente incómodo. Algo pesado está sobre mí, y me duele bastante mi costado derecho. Cuando unas manos tocan ese lado, suelto un grito y abro los ojos.

-Amor, ¿estás bien?- distingo a mi emisor, y juraría que estoy soñando. Esos hermosos ojos mieles me miran fijamente, Chris tiene cara de preocupación, me toca el rostro suavemente y me alejo de él, hago una mueca por el dolor y él intenta acercarse a mí. Sigo evitándolo hasta que caigo.

-¡Amaia!-las lágrimas ruedan por mis mejillas, me duele mucho mi costado, no sé por qué. Lo siento levantarme y dejarme en la cama de nuevo, su piel choca con la mía, es cálida, bastante cálida. –Bella, ¿por qué lloras? ¿Te duele algo? No me digas que fui muy grosero contigo anoche, amor discúlpame, si te hice daño no fue mi intención.

En ese momento me doy cuenta que ambos estamos desnudos, Chris limpia mis lágrimas y ahoga un grito cuando su vista se fija en mi costado.

-¡¿Qué te hiciste?!- enseguida sale disparado y se coloca un bóxer y un pantalón, saca del armario mi ropa interior y un suéter enorme que uso para estar en casa pues es como un vestido, y Chris odia que ponga eso en la calle. –Te ayudo y vamos al hospital, estoy seguro que anoche cuando nos dormimos no tenías eso. Amor, ¿qué pasa?

Me duele ver su expresión aterrada y confundida, quisiera decirle algo pero las palabras mueren en mi garganta, Chris me viste rápido y me coloca unas ballerinas negras y él termina de vestirse y cuando menos me doy cuenta, estamos en el auto.

Chris me deja en el asiento del copiloto, me abrocha el cinturón y enseguida da la vuelta y se sube él. En el trayecto al hospital, me veo por los espejos del auto. Luzco más joven, mi cabello castaño presenta las raíces rubias. Miro mis manos y no tengo mi anillo, tampoco mi tatuaje.

Volví cuatro años atrás.

Miro a Chris y él tiene el cabello largo, cuando para en el semáforo trata de atárselo en una coleta. Se coloca bien los lentes y le faltan tatuajes.

Llegamos al hospital, cuando atravesamos la sala de emergencias, Chris me deja en una camilla, llama a gritos a algún doctor y una enfermera viene a atenderme, el dolor es punzante, e insoportable. Mis ojos se cierran.

-¿Qué le pasa?-oigo que dice Chris, siento que levantan mi suéter y ahogan un grito. -¡Amaia!- no logro oír más. Todo está negro.

Todo se siente tan mal, no veo, no siento, no escucho nada. El miedo se apodera de mi ser y quiero abrir los ojos, no quiero estar más en oscuras. Lucho por abrir mis ojos, algo me lo impide.

«Chris, ayuda»

No sé cuánto tiempo ha pasado. Me he acurrucado en un rincón, mis brazos me rodean, tengo frío y miedo. No entiendo que pasa, quiero abrir mis ojos pero no puedo.

«Accidente automovilístico» «Cálmese joven, ella estará bien» «Necesitamos mantenerla en cuidados intensivos» «Ella estaba bien ayer, porque fuimos a cenar por nuestro noviazgo»

Todas esas frases son las que he oído a lo largo de este tiempo, las primeras son voces desconocidas para mí, la última es de Chris, pienso que ha llorado. Quiero estar entre sus brazos. No quiero estar sola.

-Amor.- escucho que me habla, su voz se escucha apagada.- Maia, tengo miedo, me dicen que has tenido un accidente y juro que no lo sabía, ayer estabas bien, salimos a comer y a bailar. Hicimos el amor, y dormiste entre mis brazos. No sé qué pasa, estoy tan confundido y asustado. Tus papas vienen ya, han tomado el primer vuelo desde Chicago. Pedí permiso para no ir al tour, cuidaré de ti como lo has hecho conmigo. Abre los ojos, baby, quiero ver tus ojitos grises. –y solloza.

Nos volverá a pasar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora