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Era estúpido estar nerviosa. Mi esposo estaba parado frente mío mirándome con preocupación y asombro. Una sonrisa se asomó por mis labios y como instinto alce mi mano para acariciar su mejilla. Cerré los ojos por un momento soltando un suspiro y empezando a golpear su rostro una y otra vez, las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas mientras golpeaba su pecho con fuerza. Sus frías y suaves manos tomaron las mías y simplemente me abrazo mientras yo intentaba golpearlo.

-¡Te odio Caius! -le grite entre llantos. El solo se mantenía quieto y me abrazaba -¡Te odio.. juro que lo hago!

-Shh lo siento tanto Hunter.. -dijo en mi oído mientras acariciaba mi cabello. -Lo siento tanto.. pero ya estuviste mucho tiempo sin mí y yo te necesito.

-¡No me necesitas Caius, no me necesitas porque cuando me engañaste solo esperaba que me buscarás y abrazaras pidiéndome perdón jodido imbécil! ¡Y NO LO HICISTE! -le grite intentando separarme de el.

-No sabes nada Hunter, déjame explicarlo por favor amor, por nuestra hija.. por nosotros.

-¡No quiero oírte! -le grite. Estábamos en casa de Charlie solos ya que Alex se había quedado con los Cullen porque mañana llegaban los neófitos y Charlie estaba con Sarah y Billy. -¡Tu.. solo... ¡Argh!

Sus fuertes brazos rodearon mi cintura.

-Aro creía que estaba loco cuando imagines empezaron a posarse en su cabeza. Así que estábamos tensos por qué alguien de nosotros tenía un don superior y no lo había dicho y el no lo sabía. Ese día estaba agotado mentalmente y solo necesitaba estar contigo así que entre a la habitación y ahí estabas tú.. juro que no sabía hasta que Jane entro a la habitación el logré recuperarme y ver a Athenodora en mi cama donde debías estar tu.. amor juro que te iba a buscar pero sabía que te había dolido y necesitabas tiempo así que Demetri y Félix te cuidaban de lejos. Te amo y tú yo merecemos ser felices. Eres la única que puede controlar a esta bestia que te ama tanto... -su cabeza se hundió en la curvatura de mi cuello y lo mordió suavemente de forma de no beber de mi ni de convertirme fue una rica mordida antes de lamer el lóbulo de mi oreja. Me estremecí. El me estaba excitando.

-Caius no.. -dije cuando su mano subió a mi pecho y la otra hacia presión sobre mi coño que ya se empezaba a humedecer. Un gemido salió de mis labios junto a un suspiro.

Lo excitante y delicioso de esto era que Caius cuidaba su fuerza cuando hacíamos el amor, lo que lo dejaba insatisfecho y tenías sexo duro. Era normal entre nosotros.

-Caius.. -mi intento para detenerlo sonó como súplica o por lo menos así lo entendió el cuando desabrochó el botón del pantalón y metió su mano dentro de mis pantis. Por inercia mis piernas se abrieron y gemí de placer. -Caius no podemos..

Sabía que había perdido así que cerré mis ojos y me deje llevar por las caricias de mi esposo. Escuché el ruido de mis pantalones y bragas siendo arrancadas a gran velocidad y abrí los ojos mirando a Caius con reproche. Sus ojos rojos estaban oscuros por la excitación al igual que los míos. Sus frías manos se posaron en mi espalda apegando me a el sintiendo su dura polla. Le sonreí de lado con picardía y el no dudó en sonreírme con esa hermosa sonrisa se sexo que me decía lo duro que me daría y lo mucho que me amaba. Pase mis manos por su pecho y las baje hacia su pantalón que desabroché con prisa mientras miraba su rostro. Me agache le quite los pantalones junto a ese exquisito boxer. Disfrute de la vista pasando mi lengua por mis labios secos y levanté la vista, el me observaba desde arriba con una sonrisa pícara y llena de locura. Volví a mirar a su miembro tomándolo con mis manos apretándolo y acariciándolo de arriba a bajo. Oí como soltaba un delicioso jadeó haciéndome sentir a control. Mientras lo aguantaba con una mano metí la punta a mi boca y la comencé a acariciar con mi lengua.

Su mano agarró mi cabeza con fuerza mientras el movía sus caderas follandome la boca. Abrí más mi boca y con mi mano empecé a jugar con sus testículos. Lo oía gemir y eso hacia que me excitara más y aceleraba los movimientos de mi boca. Cuando sentí que el empezaba a perder el control golpeaba su mano y el volvía a calmarse un poco.

-Hunter -dijo mientras jadeaba -tesoro aléja..

Le apreté los huevos haciendo que se corriera en mi boca. Alce la vista con los ojos llorosos dándome cuenta que se había quitado la camiseta dejando al descubierto esa hermosa barra de chocolate como yo solía llamarla. Empecé a levantarme besando la V en sus caderas y besando su delicioso pecho llegando a sus labios. Nuestras lenguas empezaron a pelear por poder. A velocidad vampírica me agarró por la cintura y me sentó sobre la encimera sus manos arrancaron mi camiseta volviendome loca. ¡El me volvía loca!

Hunter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora