IV- Llorar

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Leonore no le contó a sus amigos la conversación que había tenido con Connor, pero se había tentado a contarles, aunque claro, nunca pensó en hondar mucho en detalles.

      Remus los había arrastrado a la biblioteca a estudiar para un examen que tenían el día siguiente.

—Esto es muy difícil— se lamentó Leonore. Estaban estudiando para Transformaciones.

—Debes concentrarte— aconsejó Remus. Notaba que ella estaba más distraída que de costumbre.

—Remus tiene razón, estás distraída. ¿Ocurre algo, Nore?— ella le sonrió tiernamente al escuchar su apodo.

—No es nada.

—Vamos, confía en nosotros.

—Es difícil, y estoy muy cansada— mintió.

—El examen es mañana, Leo.

—Lo se y lo siento. Es que no puedo.

—Mira, di el hechizo y apunta a las tazas— dijo Remus, animándola.

Epoximise— exclamó, apuntando con la varita. Las tazas se movieron, pero no hubo efecto.

—Es imposible— se rindió.

—No es imposible, inténtalo de nuevo. Se que puedes— susurró Sirius. Remus estaba de nuevo leyendo su libro, Peter admirando a James y James... siendo James. Leo sonrió al saber que estaba casi sola con Sirius.

—Si tú lo dices— murmuró.

Epoximise— volvió a intentar. Esta vez, el resultado fue diferente. Había conseguido realizar el hechizo.

—¡Si! Gracias— exclamó, abrazando a Sirius. Este se sorprendió, pero sonrió.

Se separó de Sirius y siguió estudiando. Luego pudo hacer todos los hechizos.

Cuando tenían que ir a cenar, los chicos se adelantaron y quedaron solos Leonore y Sirius.

—Gracias por la ayuda, Sirius. Sin ti no hubiera sido posible.

—No tienes porqué agradecer. Tómatelo por una disculpa por molestarme por Moore.

—Si, fuiste un completo idiota— dijo ella, riendo. Mientras caminaban por los pasillos.

—Es que odio que hables con chicos que no seamos nosotros.

—¿Por qué?

—Tengo miedo que descubras que puedes hacer mejor amigos que nosotros— susurró, desviando la mirada. Se sentía incómodo por haber confesado parte de la verdad. Ella sonrió.

—Puede que haga otros amigos, pero ninguno se comparará contigo, Sirius— confesó Leo, rozando su mano.

Sirius le mostró una amplia sonrisa. No podía creer que ella le estuviera diciendo algo así. Sintió un calor abrazador que de repente envolvía su cuerpo. El resto del mundo no le importaba, sólo ella.

Sujetó suavemente su mano. Leo le sonrió. Ella se sentía asombrosa. Era como una felicidad que le impedía sentir otra cosa.

—Hola, Sirius— dijo una chica, al pasar junto a ellos.

—Marlene— saludó el, sin despegar la mirada de Leonore.

—Ayer lo pase genial. ¿Cuando lo repetimos?— Sirius rodó los ojos, molesto.

—Lo siento, estoy ocupado, nos vemos luego— dijo él. Marlene sonrió y se fue.

Leonore percibió como si toda su felicidad desapareciera de la nada y fuera reemplazado por tristeza, decepción.

—Lo siento, Nore— dijo Sirius mirándola. Vio que ella estaba rara.—¿Pasa algo?

—No, claro que no— respondió ella fríamente— acabo de acordarme que tenía cosas más importantes que hacer, adiós— comentó y salió corriendo.

«¿Cómo pude ser tan estúpida?» pensó, «¿Cómo Sirius iba a sentir algo por mi?». Llegó a la sala de menesteres, e hizo lo que nunca había hecho: llorar. Se sentía muy tonta por llorar por amor, y más por un chico como Sirius, pero, ¿qué podía hacer? Llevaba enamorada de él hace años, y siempre ocurría lo mismo. Por más que no quisiera llorar, ya no aguantaba más.

Llevo las piernas a su pecho y lloró.

—¿Estás bien?— preguntó una voz. Ella se sobresaltó. Limpio sus lágrimas y levantó la vista.

—Si— murmuró. Su voz salió como un susurro.

—No me mientas.

—Si sabes la respuesta, ¿por qué preguntas?

—Lo siento, supongo que tienes razón— dijo y se sentó a su lado.

—Perdón, Connor, no tendría que haberte hablado así.

—Está bien. ¿Quieres contarme que te ocurre?— ella lo meditó por un minuto. ¿Debería contarle su secreto, que nadie sabía, a un chico que acababa de conocer? Ella quería hacerlo, ya que confiaba en él, aunque apenas lo conociera. Pero no quería hacerlo porque no sabía cómo reaccionaría.

—Es que no le gusto a quien me gusta.

Leonore PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora