Capítulo 6

2.5K 170 13
                                    

Aún siento sus caricias, sus besos, aún veo sus sonrisas, su lengua en mi piel y claro no estaría pensando en el si no fuera porque lo veré todos los días.
Veamos, en mi vida me he acostado con varios hombres. Y eran de una noche, si repetiamos era muy rara vez, solo era sexo, nos despediamos y adiós, talves no nos veíamos nunca más. Pero saber que voy a tener que estar trabajando como si nada hubiese pasado será raro.
Lo admito el me ha puesto nerviosa desde que llegue. Esos hermosos ojos azules, aunque su mirada fría, distante y seria, hace que todo sea normal entre ambos.
Mentiría si dijera que no he dormido bien, porque realmente estaba exhausta después de un largo día de trabajo y una ronda de sexo, si que cansa a una persona.

Aún sin muchas ganas me levanto cuando suena la alarma, odio esa alarma, la apago y me siento encendiendo el foco de mi habitación, me dirijo a abrir las cortinas, porque vamos quien deja sus cortinas abiertas cuando sabe que la luz molesta por las mañanas, yo no.
Ahora sí hay claridad en este lugar, la ciudad a estas horas se ve iluminada por algunos rayos de sol, aunque con un aire fresco, lo que hace el día perfecto. Bostezo y me estiro, paso tomando lo necesario para tomar un baño, espero de esa manera se me valla el sueño.
El agua caliente me relaja, hace que el estres se valla de mi cuerpo, y que me olvide de todo por un momento.
Como todas las mañanas me visto con un pantalón y una camisa, no cambiaré mi forma de vestir por nadie a menos que yo quiera realmente.
Ya lista voy hacia la cocina, me sirvo un plato de frutas y me preparo un licuado, cuando he terminado me lavo los dientes y ahora sí al martirio que me toca hoy, mejor llevaré una pastilla para dolor de cabeza. Ya me veo echa un manojo de nervios, asi que si mejor sí me llevo una pastilla.

-Hola Lexi- me saluda Melissa, quien se encuentra cerrando su puerta la cual queda justo frente a la mía

-Hola Li, hola Lulu- la saludo a ella y a su hermanita, quien parece aún estar dormida, lo cual me causa un poco de risa

-¿Lista para otro maravilloso día de trabajo?- su sarcasmo se nota en su voz

Conocí a Melissa cuando llegue a vivir aquí, ella y su hermanita se habían mudado hacia pocos meses. Al principio creí que nunca llegaríamos a hablar puesto que las dos eramos muy serias, pero con el tiempo me di cuenta que realmente es una persona maravillosa y fuerte. Ellas perdieron a sus padres en un trágico accidente de auto, sus familiares les quitaron lo poco que tenían, tuvo que salir adelante con su hermanita. Pasaron 2 meses y un día la vi en la recepción de la empresa Levrige, nunca la había visto puesto que yo llegaba antes, no le tome importancia, hasta que nos encontramos en el elevador hacia nuestro piso, decidí ayudarla con sus bolsas las cuales al tratar de darmelas se cayeron haciendo que ambas rieramos por nuestra torpeza, así inicio nuestra amistad.

-Por supuesto- exclamé rodando los ojos y subiendo al elevador

Todos los días nos hibamos juntas, ya era una costumbre.
Diez minutos después pasamos a dejar a su hermana a la escuela, para continuar a nuestro laborioso trabajo.

-¿Porqué no salimos esta noche?, digo hace tiempo que no salimos juntas por unos tragos

Y era verdad, yo casi siempre me encontraba llena de trabajo y cuando no prefería quedarme en casa a limpiar o descansar. Aunque si creo que hoy si sería buena idea despejarme y relajarme.

-De acuerdo vayamos, pero y Lulu con quién se quedará?- no pensaba dejarla sola, ¿verdad?

-La dejaré con la señora Maya, sabes que ella ama a mi hermanita- simpre pensando en todo

-Jaja bien me convenciste- ambas reímos

Cuando llegamos a la empresa aún casi no ha llegado nadie, nos despedimos y cada una va a sus respectivos lugares. Sigo pensando que pasará cuando vea al señor Levrige, tengo que lucir seria, pero mis mejillas me traicionan, se tiñen de rojo cuando recuerdo lo que pasó. Suena el elevador indicando que he llegado a mi piso, bajo y camino rápidamente. Voy con la cabeza gacha pensando tantas cosas, hasta que escucho un carraspeo, levanto la mirada de inmediato y lo veo.
Su típico traje negro que combina con su cabello, lleva camisa blanca sin corbata y unos zapatos negros.
Me mira de manera seria con esos ojos azules tan lindos.

PROHIBIDO ENAMORARSE!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora