Dangerous Place || YoonJin

El Problema 02

—Que día más cansado...

Me tiré a mi cama y aventé a un lado mi maletín. Definitivamente fue bastante agobiante, miré a donde tiré el bolso y de este sobresalía el expediente, suspiré cansado; me levanté para tomarlos y me senté en mi escritorio.

—Veamos... Min Yoon Gi. Al parecer sólo produce para artistas femeninos, qué más... Le interesan ambos sexos y le atraen los rasgos asiáticos delicados, cuerpos delgados y- No, no, no. ¿Por qué yo?

Seguí viendo las demás investigaciones y datos de él, y no-puede-ser, maldición. Me eligieron porque me parezco a sus ex-parejas. Todo estaba planeado, nos llamaron a nosotros sabiendo que Hwa no encajaba pero yo sí ¡Ahg! No querían que fuese su asistente personal, sino que me lo ligase para sacarle información.

Me paré de mi asiento y me empecé a jalarme el cabello, mientras caminaba en círculos. Es que me era imposible, no podría, se iría todo al caño si lo intentase.

—¡AAAAAH!

▲♥▼

—¡Jefe! —Entré sin tocar y... Mala idea.

—¡Mh! Bájate, bájate —cerré la puerta y esperé a que todo terminara.

De la oficina, salió EunHee, una secretaria más de nuestro departamento, de manera desalineada y acomodándose la ropa. ¡Vaya! No esperaba que estas cosas ocurriesen aquí.

—Adelante —Abrí y carraspeé la garganta antes de hablar, aunque ni siquiera lo logré —¿A caso no te enseñaron a tocar, Seok?

—Este, sí, pero yo-

—Olvídalo, ¿A qué vienes?

—A sí, ¡Jefe! Quiero discutir algo sobre mi trabajo.

—¿Ya leíste el expediente?

—Lo hice y es por eso que-

—¿Cuál es tu duda?

—Eso es lo quiero decir pero-

—Aceptaste. El trabajo es tuyo, ahora largo.

—Si, pero no lo había visto... Y- me cerró la puerta. Aah —saqué un suspiro cansado —¿Y hora qué haré?

▲♥▼

Daba vueltas en mi asiento, mientras miraba el techo, pensando en qué haría para acercarme con segundas intenciones, si bien sabía que estaban buscando nuevos empleados pero acercarse, siento que será más difícil de lo que aparenta.

Un toque a mi puerta me saca de mis pensamientos y entra Seonghwa con una bolsa y cafés.

—¡Traje donas!— Dijo alzando la bolsa efusivamente.

—¿No te enseñaron a tocar? —me detuve y le dirigí una mirada escéptica y luego una sonrisa cansada.

—Eso te tendría que decir a ti, ya me contaron lo que hiciste —tomó asiento —¿Quién se mete a la oficina del jefe sin golpear? —mordió una dona.

Y yo agarré una —Pues yo lo hice, además, qué se supone qué hiciera. Nin ghunu mhe lo jabía di- ejpera —tragué y seguí — ¡Nadie lo mencionó!

Se encogió de hombros —Es que era obvio que no aceptarías —desvió la mirada y tragó su dona.

—Era obvio —suspiré desganado y... espera ¿Era obvio?

Me levanté y lo apunté —Tú...

Estreché mis ojos y el me veía mientras tragaba lentamente.

—Yo...