El Problema 03

81 19 4
                                    


—HweJun, venga acá, rápido.

Siendo sincero, aún no me identifico con el nombre, así que eso molesta a mi nuevo "jefe", puesto que tardo en responder, hasta que me acuerdo que yo soy HweJun.

—¿En que le puedo ayudar?

—Se me ha derramado el café debajo de mi escritorio, límpielo.

Asentí y me dirigí con un trapo, que está de más decir que es de uso diario; me arrodillé y me incliné hasta llegar a la mancha. A quién se le derrama café ahí, es que me era imposible, ningún alma es capaz de-... y una fuerte nalgada me sacó de mis pensamientos.

Bueno, bueno, no hay que adelantarnos, volvamos a nuestro segundo día de trabajo, que es realmente el inicio de esto. Como dije todo fue normal el primer día, pero quién diría que mi tragedia empezaba el día siguiente.

Todo comenzó normal. SeongHwa pasó por mi reporte, desayunamos, se fue y yo me alisté para irme. Usé la entrada principal, portando el anillo, así que mi acceso fue ¿Fácil?, me dirigí a recepción por mi nueva placa, para luego dirigirme al estudio donde se encontraba Min.

▲♥▼

—Toma. Te será de ayuda, acomódalo dentro de tu bolsillo de manera ordenada.

Objeto desbloqueado: Un trapo rojo.

Que alegría...

—¿Por qué un trapo?

—Ya lo usarás.

Bueno, ese era el peor pretexto para mirar culos, porque sí señores, a alguien definitivamente le gustaba que me empinara todo el tiempo. En los momentos que "limpiaba", trataba de buscar algo que lo relacionara con las cosas, pero era algo complicado puesto que limpiar implicaba tener su mirada fija en mí.

Por lo menos el jefe acertó con lo de su tipo, lo malo es que yo era el cebo.

—Choi.

Lo peor de todo esto es que, no me podía separar de él, lo que me hacia extremadamente difícil recopilar información.

—¡Choi!

—¡Mande!

Debí de practicar con el nombre, diablos.

—Le llevo llamando desde hace un rato —me miró molesto. Podía ver sus venas marcarse, aún no quiero ser despedido.

—Ah, si. Lo que pasa es que... —mientras buscaba un pretexto, él se limitaba a verme inquisitivo desde su lugar —Yo... —lo tengo —Ya me acostumbré a que todos me llamen por mi nombre de pila —rasqué mi nuca nervioso. Vaya mierda que he dicho, espero y la trague.

—Oh. Supongo que si me da esa confianza, usted igual puede llamarme por mi nombre.

Oh no. No quiero que piense que hay confianza y que estoy ligando.

—Pero, Sr. Min, usted es mi jefe y le debo respe-

—No importa —se apresuró a decir. Porque siento que si importa.

—Bueno, está bien, ¿YoonGi?

▲♥▼

—Fue horrible, jamás me había sentido tan acosado.

—Puff y lo que te falta, Seok.

Hwa y yo, nos encontrábamos bebiendo un par de cervezas y comiendo una pizza. Me sentía tan agotado, pero su presencia aquí es reconfortante.

Hablamos sobre intentar meter algún micrófono o equipo de grabación, pero meterlo a ese edificio, era jugar con fuego.
Apenas dieron las 12am, él se marchó. Por lo menos mi reporte ya lo había avanzado en mi celular, aunque no sé si meter la parte de las miradas y nalgadas.

▲♥▼

Día 4. Siento que voy a morir.

En primer lugar, era un mal detective, definitivamente no sirvo para esto. No tenía pistas, evidencias o algo incriminatorio. Al parecer lo que se hacía en este edificio era sólo eso, música. Todas las personas que entraban a verlo eran más productores y/o ceos, para negociar. Y yo estaba parado ahí, sólo para ser un maniquí.

Aquí es donde realmente empieza todo. El verdadero acoso. Las juntas. Yo estaba obligado a ir y tomar notas para Min, lo malo es que aquí empieza el toqueteo mal disimulado; la primera vez sólo me abrazó ligeramente por la cintura, pero luego empezó a bajar, bajaba y bajaba cada vez más el perro.

—HweJun, acércate. Te presento. Él es mi mayor socio —y... blablabla ¿A quién le importa lo que dice? En lo que él hablaba, deslizaba su mano por los bolsillos traseros de mi pantalón. Yo sólo me limité a estrechar mi mano, sonreír y anotar.

¿Desde cuándo ya hay estas confiancitas?

Esa fue la primera de muchas otras, en el día. Pasaba cerca y me tocaba, sólo roces y nada de estrujamientos. Lo cual me alegraba... La parte del acoso, no.

Realmente no era nada serio, entiendo que es parte de mi trabajo, pero me llega a incomodar y lo peor es que no me puedo quejar, porque desde el inicio, tuve el perfil.

▲♥▼

—¿Qué insinúa, jefe?

—Si ya viste que ahí no jay nada, metete a su vida personal. O sea, sal con él, gana su confianza.

—¿Me pide que me relacione personalmente con un mafioso? —me crucé de brazos y piernas, pensé en lo qué el quiso decir, definitivamente no me habían elegido por buen detective, sino porque me parezco a sus ex-parejas —¿Si me le insinuó?

—Veo que si piensas —dijo sarcástico.

Rodé los ojos y seguí cenando, era domingo ya, el lunes empezaría con la nueva etapa ¿Meterme a su vida personal? Suena difícil, pero veo que el tiene cierto interés en mí, lo podría usar a mi favor y manipularlo a mi antojo, demonios ¿Qué estoy diciendo? Hablo como una zorra.

—Básicamente serás una zorra —sorbió su pasta, sin mirarme.

—¡¡Mierda!! ¡¿Lees mentes?!

Dangerous Place || YoonJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora