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Ambos chicos se voltearon, la luz de la luna que entraba por la ventana no era lo suficientemente buena como para reconocer sus rostros y las capuchas que llevaban no ayudaban tampoco. Kiara tomó mi brazo con su mano y apretó muy fuerte, tanto que creí sentir sus uñas clavadas en mí.

Cinco pasos nada más, solo cinco pasos bastaron para que esa noche todo cambiará radicalmente.

-¿Qué... Diablos?-musité al ver sus rostros. -¿¡Qué diablos!? -grité ahora. Ellos salieron de su estado de sorpresa porque los encontramos robando leche de mi nevera y rieron de una manera escandalosa que me pareció molesta por un segundo. - No es gracioso en lo absoluto- reclamé.

-Lo siento muchísimo, cariño.- logró pronunciar luego de su exagerada carcajada intentando no morir ahogado.

-Luke, ¿Eres consciente de que pudimos haber muerto de un paro cardíaco en el corazón?

-Kiara, cariño, los paros cardíacos solo suceden en el corazón- Se burló Steve mientras se acercaba hacia ella.

Luke se acercó a mi riendo y tomó mi rostro entre sus manos, luego habló:

-¿Podrías, por favor, regalarnos un poco de leche?

-No.

-Niña, no seas caprichosa y egoísta.

-Niño, no seas invasor y muerto de hambre. -repliqué y él fingió indignación.

-Oye, no seas grosera. - habló empujandome ligeramente hacia atrás. -Yo no soy invasor.. -completó causando risa en los demás.

-Realmente estaba cagada-confesó Kiara luego de unos segundos.

-¿Kiara asustada? Joder, eso es algo que tuve que haber visto. -se lamentó Steve fingiendo llanto.

-Te habrías divertido muchísimo, su cara era digna de una foto. -conté y todos reímos nuevamente.

Me acerqué a la pequeña meda que se encontraba ensala sala y tomé el reloj que yacía ahí.

4:27 am.

-Okey, es hora de seguir durmiendo.-dije casi sacando a los chicos de mi casa.

-Eh. Shh. No nos saques así. -reclamó Steve. Seguidamente ambos chicos se miraron con complicidad y tomados de la mano comenzaron a correr hacia las escaleras.

-Genial.

-¿Puedo dormir con Steve? - pregunta Kiara tomándome de sorpresa.

-¿Dormir o DORMIR? -pregunto ahora yo haciendo énfasis en el último "dormir"

-Dormir... O tal vez DORMIR. -responde imitándome.

-Adelante, niña. -digo alzando mis cejas j dejándolas allí por un par de segundos.

Juntas subimos a la habitación y encontramos a ambos chicos en mi cama jugando.

-Luke... - le llamo-Luke... LUCAS MURPHY.

-¿Señora? - responde rápidamente causándome una risa que intento reprimir con éxito.

-A su casa.

-No. -contradice acostándose en la cama y abrazando una almohada. -A tu cama. -completa.

-Yo... Me voy yendo. -Se levanta Steve e intenta salir de la habitación. Kiara lo detiene.

-¿Te vas yendo? -dice en tono de burla.

-Sí, es una expresión. -se defiende.

-No es una expresión, Esteban.

-Steve.

-Para mí, Esteban.

Kiara salió y Steve se fue tras de ella, muy probablemente a reclamar su nombre.

Luke estaba en mi cama y era un hecho que de ahí no se iría, así que decidí ir a hacer lo mismo al lado suyo.

—Te estás abusando... - bromeo.

—Y eso te gusta. -molesta también él.

—Tal vez.. —continuo y ambos reímos.

Luke besó mi frente y me acercó más a él, me abrazó por la cintura e hizo que yo le abrazara su torso. Estuvimos así por un rato hasta que él habló nuevamente.

—De verdad quería leche. —se queja haciéndome reír.

—No puedes venir a las cuatro de la mañana a robar leche de mi nevera, Lucas.

—Si puedo.

—Te sale mal, Murphy.

—Touché. — admite y luego reímos.

Nuevamente abrazó mi cuerpo.

—¿Quieres que te cante una canción?

—A ver...

—Te vas a enamorar. —anunció con un toque de ego en su voz.

—Eso espero, ya estoy harta de esta farsa. —bromeo.

—Eres una grosera.

— Tienes razón.

Cuando estaba con Luke, tenía la seguridad de que al tenerle cerca todo lo malo desaparecería mágicamente, a su lado tenía la sensación de que estaba flotando y que no había gravedad que me hiciera caer. Lucas Murphy era capaz de hacerme sentir como una de esas tontas princesas que en solo día se enamoraban de un príncipe que las salvaba de una torre embrujada.

Algo que nunca imaginé sentir.

Algo que en el fondo siempre quise sentir.

Ese día, solo quería contemplar su rostro y cada centímetro de él, quería recordar que nos pertenecíamos de una manera romántica y no de una posesiva. Sólo quería entregarme a él y que él se entregara a mi. Podía pensar en mil cosas, pero realmente solo quería una...Quería ser suya.

No era típico en mi que estos pensamientos me invadieran, solamente que este chico realmente había llegado a cambiar mi mundo y a llenarlo de muchas maneras distintas. Cada día a su lado me hacía darme cuenta de que era una persona suertuda por haber coincidido con él, por haber aprendido a amarlo tan fácilmente y por ser amada de una manera que nunca creí merecer.

También tenía miedo.
No quería dejarle.
Curiosidad.
¿Qué será de él cuando me vaya?
Y más miedo.
¿Seguirá viviendo su vida de una manera feliz?
Realmente espero que sí.

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⏰ Última actualización: May 15, 2022 ⏰

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