____ P.O.V
Estaba en la puerta esperando a Daniel.
Jack no vino estos días al instituto. Era raro de su parte.
A lo lejos, veía una moto -parecida a las de moto cross- negra, con un chico con un casco completamente negro y una chupa de cuero. Era Daniel, lo reconocía a quilómetros.
*****
Ya en mi habitación (fuera mentes sucias xD), saque la güija de encima del armario, puse el puntero -o flecha- y nos sentamos con velas al rededor nuestro.
-¿Listo?- pregunté.
-Sí.
Los dos colocamos los dedos en el puntero. Nos miramos el uno al otro y comencé a preguntar.
-¿Hay alguien con nosotros?- pregunté. Estaba nerviosa. La voz me temblaba. Unos 3 minutos después de nada, Daniel habló:
-¿Sabes que es todo una trola?- quitó el dedo y se levantó, me levanté junto a él.
-Fue real, sabes que nunca te miento- empecé a apagar velas. Daniel me ayudó. Después de apagarlas todas y quedarnos con la luz mínima de la habitación, él se sentó en la cama, con las manos en sus rodillas -Dani, ¿cuándo te he mentido yo?- él me miró a los ojos.
-Lo sé, pero no te libras.
-¿De qu...?- me interrumpió haciendo cosquillas -¡DA-DA-DANI!- reí -¡PA-PA-PARA!- intenté decir -¡DA-DANIEL!- él paró. Pero quedamos en la misma posición: él encima mía, ahora con sus brazos a mis costados. Los dos nos miramos a los ojos. Él empezó a acercarse lentamente.
Cuando noté su aliento mezclarse con el mio, un temblor procedente del suelo hacia una madera hizo llamar nuestra atención. Era la güija.
Esta se había movido, como temblando, haciendo un poco de ruido. Miré a Daniel, que él miraba el puntero. Este empezó a moverse hacia el centro. El puntero tiene un agujero en medio, y este quedó en medio de la calavera que había.
Abrí los ojos a más no poder. ¿Qué significaba eso? Miré a Daniel, que él aún seguía mirando el puntero.
-Daniel...- susurré. Lo miré y él a mi. La luz comenzó a fallar.
Una adrenalina, mezclada con miedo, recorrió cada vena de mi cuerpo. Una por una. Trague en seco. Me levanté lentamente a por la linterna de mi escritorio. Y justo cuando estaba a medio levantar, la luz se fundió. Mis padres y mi hermano se habían ido por el pueblo. Caminé lentamente hacia el escritorio, y justo cuando quedé a dos palmos de la linterna, noté una mano en mi cintura y en mi boca para que no gritara.
-Shhh, no grites, sino, tu amiguito sufrirá las consecuencias...- susurró una voz ronca a mi oído. Esa voz me sonaba, pero no sabía de que.
El extraño chico que me agarraba, comenzó a agarrarme más fuerte de la cintura, pero sin apretar, no me había dañado en ningún momento. Noté la respiración en mi nuca, eso significaba que se había alejado un poco de mi. Poco a poco él me iba girando. Cerré mis ojos fuertemente, y cuando me di cuenta, una lágrima solitaria recorrió mi mejilla. No quería verlo. Tenía miedo. El olor de sangre recorría mis fosas nasales. Más miedo recorrió mi cuerpo.
-Abre los ojos- obligó. Negué sin movimientos bruscos -Vamos nena, abrelos- volvió a mandar. Los abrí lentamente, primero uno y después otro. No pude ver nada. La luz de la luna estaba en su espalda, y la luz no llegaba a su rostro. La mano que estaba en mi boca, comenzó a moverse hacia mi mejilla, y la de mi cintura, seguía ahí. Con la mano que posaba en mi mejilla, limpió una lágrima -Shhh, no llores...- agache la cabeza y el me la levantó del mentón. Secó otra lágrima y susurró con voz ronca:
-Eres solo mía.
Y todo se volvió negro.
ESTÁS LEYENDO
No te fíes de donde vives... (Jeff The Killer y tú)
RomantikDespués del terrible accidente en casa de los Woods, nadie alojó nunca más esa vieja casa, ahora chamuscada por el accidente. Años, muchos años después, la familia Swan se muda a una nueva casa, en el terreno de los Woods, donde antes, habían habita...