¡Papá-teme es mío~ttebayo! |NaruSasu/ EDITANDO|

Temporada 2. Capítulo 7

Incluso cuando la verdad sale a flote, los huecos nunca se reparan.

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La noticia detrás de tan imponentes empresas fue escuchada en cada espacio, Sasuke no se atrevió a escuchar nada al respecto porque su alma le dolía mucho más que su marca, era agonizante recordar tiempos que ahora era de lo menos quisiera tener en la mente.

Sasuke y Naruto recibieron una remuneración, por el maltrato que llegó a sufrir el azabache y desconocimiento de una de las partes de las empresas que merecía como legítimo sucesor, como también Naruto, fue invitado a tomar cargo por su madre, cosa decidió dejar en otro tiempo por pensar.

No quería ser parte en absolutamente nada de una empresa manchada por agonía de tantas personas, pero sobre todo, de su Sasuke.

Suspira, sofocado por la constante desesperación que llega a inundar todo su ser. No llevaba mucho el Uchiha en quirófano, con la idea peligrosa de poder extraer parte infectada de la herida.

Pero la soledad del pasillo poco ayuda al temblor de sus piernas, revuelve su cabello cuando nota el tiempo pasar tan rápido que parecen minutos los que pasan.

Nada espera, nunca lo hizo; sin embargo, ruega con cada fibra de su ser una mínima esperanza para la quebrantada existencia del Uchiha, que nunca debió sufrir por algo similar.

Que si tan solo, por un poco de tiempo menos, unos meses tal vez, que hubiera llegado a su vida, el daño no sería tan grave como en ese punto.

No obstante, hasta su propia mente le traiciona, le recuerda constantemente que también es parte de esta tragedia.

Porque lo olvido.

Desecho cada memoria que compartió a su lado, a la calidez que vagamente recuerda en sus mejores sueños que se desvanecen como humo y nunca pueden ser tan claros, borrosos, tan inexistentes como la historia que tiene con Sasuke.

Ni tiempo ha tenido para preguntarle quién era, por qué la vida los tiene tan ligados, con tanta fuerza que es lo único que mantiene a Sasuke todavía ligado a este mundo, tan frágil.

¿Por qué no podía regalarle el universo un tiempo más?

Era un castigo que no sabe el motivo mucho menos explicación alguna.

—Necesitas calmarte.— la voz de Obito resuena en el solitario lugar ofreciendo una botella de agua para re confrontar las lágrimas que parecen con tantas ganas de liberarse.— Es fuerte, vivió un infierno durante años... esto no lo va a detener.— confiesa, sentado a lado suyo y ofreciendo una sonrisa.

Cosa que simplemente dejó pensativo al rubio, sabía que Sasuke lo protegió, ¿Cómo puede regresar semejante esfuerzo?

—No quiero perderlo... tampoco puedo entender por qué me duele tanto si no recuerdo nada de él, más que viejas memorias que poco puedo distinguir en ellas.—

—Es tu alma gemela, ¿todavía no lo notas?— era un término muy grande, demasiado incontrolable para él que lo llena de miedo, no sabía que podía manejar tanto en la vida de Sasuke, también, hasta en su corazón, grabado para toda su infinita esencia; como un relato que parece jamás tener fin.

—¿No puedo hacer nada?— suspira la persona a lado suyo, negando con su cabeza. La situación de Sasuke es más delicada que ya nada puede controlarse, a pesar de tener ahora a Naruto a su lado.