Encuentro

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Alemania.

Habían ido a recojer leña, como cada tarde, para mantener la hoguera encendida y que su calidez invadiera lentamente los rincones de su casa.

Rojaflor propuso ir a otra parte del bosque a la que siempre iban. Blancanieves aceptó recelosa, pues no pensaba que era una buena idea, pero no encontraba razones para negarse.

Marcharon hacia una dirección distinta y desconocida. La hermana menor, Rojaflor, iba dando saltitos animada. Blancanieves, en cambio paseaba tranquilamente, balanceando levemente el cesto con manzanas rijizas que colgaba de uno de sus brazos, sonriendo por la alegría que irradiaba su hermana.

Aunque el bosque iba tornándose espeso a medida que avanzaban encontraron un claro. No encontraron madera bien cortada y apilada, pero se olvidaron de ello inmediatamente al ver una figura, parecido a un perro o un lobo, tendida en el suelo con un charco de sangre en el suelo. La sangre fluía lentamente desde un costado del animal, tiñiendo parte del pelaje hasta depositarse en el suelo.

Las dos hermanas no dudaron en ayudar al pobre. Mientras Rojaflor iba a buscar unas hierbas para desinfectar la herida su hermana dejó el cesto de manzanas y sacó un pañuelo, que siempre traía consigo, al que presionó sobre la herida, que no parecía demasiado grave, pero podía llegar a llevarse una vida si se infectara.

Blancanieves no alejó jamas su mirada del rostro del herido, que descansaba sobre la hierba. Ese tenia una mueca de dolor que no cambió en ningún momento.

La chica se sorprendió al poder admirar tanta belleza en un animal. No solo su precioso pelaje gris, sino que su cuerpo eran de una hermosura anti-natural. Se quedo embelesada admirando al ser que se encontraba al otro lado de su mirada.

Rojaflor volvió con un manojo de hierbas y flores que ayudaron a detener la hemorragia, cubriendo la herida y, con la ayuda del pañuelo atado alrededor de la cintura, pudiendo así cargar con en animal a duras penas.

* * *

Cuando el animal herido despertó se encontró que estaba en un cómodo sillón ámplio, al lado de la chimenea, con su cintura cubierta por vendas, por las que se podía distinguir aun un rastro de sangre.

Levantó su cabeza para poder reconocer el entorno, aunque no esperaba ver a una hermosa muchacha, durmiendo a pocos metros de él, en un sillon enfrente la chimenea encendida, con un libro abierto de par en par, que descansaba sobre su regazo delicadamente. Había un bol con unas cuantas manzanas rojizas cerca del alcance de aquella chica.

Blancanieves [FanFic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora