Secuestrada Por Unos Psicópatas

Prólogo

-¡¡Patri!! - mi hermana pequeña gritó mi nombre.

-¡Ya voy! - salí de mi cuarto corriendo y entré al suyo.

-¿Que ocurre Emily, estas bi... - me paralizé al instante en el que vi a tres hombres con cubrebocas parados al lado de la ventana.

Era de noche, no se veía mucho pero hize todo lo que pude para agarrar a la pequeña del brazo y correr hasta salir de la casa.

-Mierda, me he dejado el móvil en mi cuarto.

No podía avisar a los vecinos, porque los únicos que teníamos estaban de vacaciones y nuestros padres murieron hacía ya dos años...

Dejé a Emily escondida entre unos arbustos, asegurándome de que no me hubieran visto y entré de nuevo.

Con cada paso que daba más me atemorizaba encontrarme con alguno de esos seres despreciables, el miedo que sentía era como fuego quemándome por dentro, pero pensé en mi hermanita y recobré las fuerzas. Lo daría todo por ella. Y pensar que nos acabábamos de mudar a Corea del Sur...

Entré en mi habitación haciendo el menor ruido posible y divisé mi móvil en el escritorio.

Justo cuando me disponía a salir por la puerta alguien me puso contra la pared y sujetó mis manos con las suyas por encima de mi cabeza, para luego así posar sus labios en los míos dejándome totalmente acorralada, no tenía la suficiente fuerza para desprenderme de él por lo que le mordí la lengua hasta que comenzó a sangrar.

Me soltó las manos, separé sus labios de los míos y rápidamente le di un rodillazo en su entrepierna, mientras se retorcía de dolor en el suelo aproveché para recoger mi móvil y escapar.

-Joder, joder... - mi corazón iba a mil en ese momento, ese había sido mi primer beso y fue con ese asqueroso, me entraban nauseas de solo pensarlo.

Decidí dejar todos esos pensamientos para después y centrarme en lo que de verdad importaba ahora.

Bajé las escaleras apresurada olvidándome completamente de que había más como él.

Uno de los hombres que se infiltró en mi casa apareció por detrás mía, sin yo darme cuenta, me puso un paño en la boca, sin yo poder hacer nada, desesperada por qué no encontraran a Emily, quedé profundamente dormida en un abrir y cerrar de ojos