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Capitulo treinta y tres

Sofía

Este último mes fue una locura, reuniones de trabajo, abogados y llevamos un tiempo en Suecia buscando un nuevo hogar y para sumar a todo eso, hoy será anunciado nuestro compromiso en el palacio real, estoy muy nerviosa.

Me coloqué un vestido rojo simple, pero que lucía mis curvas quería que las mujeres vean que mi príncipe ya no está disponible.

Nos sacaron varias fotos y mis futuros suegros sonreían todo el tiempo, nuestra relación había mejorado considerablemente y estaba haciendo cursos de protocolo y vestimentas con los asesores del castillo para que nadie tenga nada que decir.

A la mañana siguiente estábamos por toda la prensa del mundo, odiaba estar tan expuesta, pero sabía que al enamorarme de un príncipe mi vida iba a dejar de ser privada.

_Buenos días hermosa, te tengo una sorpresa

_Buenos días, ¿cuál?

_Cámbiate que te quiero llevar a un lugar.

Él manejaba, nos alejamos bastante de la ciudad hasta que empezamos a entrar en un lugar muy verde. Frenamos delante de una impresionante casa, se veía una gran casa principal y una pequeña extensión al lado.

_Que maravillosa

_Bajemos

Cuando entré tenía una gran biblioteca y unos sillones enormes, lo mejor era la cocina y su enorme comedor.

_Esto es enorme

_Lo sé

Se acercó a mí y me beso, puso su frente sobre la mía

_Bienvenida a casa amor

Decidimos estrenar la cocina, no sé cómo terminé sentada sobre el mesón con mis piernas en su espalda gritando su nombre, pero él hacía eso que mi deseo se haga incontrolable, todo de él era hermoso y sexy y poderoso que hacía agua mi mente y otras partes de mí.

5 meses después...

Hoy tenía la prueba del vestido y ya había llego mi amiga Emma para acompañarme.

_Te ves hermosa

_Tú también, amo verte embarazada

_Estoy feliz, somos una familia feliz y ahora seremos cuatro.

Abracé a mi amiga ella fue la única que estuvo siempre y verla así tan brillante solo hace alegrar mi corazón.

_Basta de abrazos o arrugaras mi vestido, ahora dime como me veo

_Como toda una princesa

Mi vestido era simple y blanco con mangas y encaje por todos lados tenía una gran cola y mi peinado seria recogido, ya estaba todo listo para mañana, hoy no vería a mi novia ya que deberíamos estar separados para descansar más.

Estaba en nuestra nueva casa y decidí salir a caminar por el patio, era verano, hacía calor y las estrellas brillaban, extrañaba un poco el mar pero este patio lleno de flores amortiguaban pon poco la tristeza, yo no tenía a nadie que me llevara al altar, solo tenía a mis amigos, así que le pedí a mi suegro si él tendría el honor de llevarme, se emocionó mucho y me contesto que estaría encantado, eran una buena familia.

Me senté en un banco cerca de un gran árbol a pensar, cuando sentí que taparon mis ojos.

_Te extrañe

_Federico que haces aquí? no deberíamos vernos hoy, tu madre nos matara.

_Moría por verte. Ven aquí

Me senté sobre sus piernas y puse mi cabeza en su cuello, olía tan bien.

_Yo también, pero esa no es la razón, ¿estas preocupado no?

_Bueno, si un poco

_ ¿Crees que huiré?

_No, bueno no que huiras sino me da miedo que sea mucho para ti.

_Lo es, si es un poco mucho, las reglas, los vestidos, la forma que tengo que sonreír, pararme, hablar, uf no lo sé es un poco avasallador pero te amo no huiré, nunca te haría eso.

_Eres maravillosa, soy el tipo más suertudo del mundo.

_Vamos tipo suertudo, porque no me recompensas por tu suerte.

_Eres una princesa muy dispuesta, no

Comenzó a darme besos en el cuello y a morder mis labios, hasta que recordé que estábamos en medio del patio y quería que rogara por mí. Corrí mis piernas para quedarme enfrentada a él, agarré su pelo y comencé a besarlo apasionadamente, sus manos bajaron hasta mi trasero y comenzó a apretarlo y a llevarme más y más cerca de su erección, lo sentí muy duro.

_Mierda eres tan hermosa

Subió sus manos a mis pechos y los masajeaba muy fuerte, este era el momento en que o seguía y terminaba gritando su nombre o lo dejaba con todas las ganas.

Separé mi boca y con la poca fuerza de voluntad que me quedaba, me separé de él.

_Hasta mañana Príncipe, solo volveré a ser tuya cuando digas acepto.

Le di un suave beso, me levanté y salí corriendo a la casa antes que me atrapé.

_Serás mía y me vengaré Sofía.

Le tiré un beso a aire y cerré la puerta.

Dentro de unas horas seriamos marido y mujer, para siempre.

Amor RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora