Desde que te vi

II

Tomo mi chaqueta que se encontraba sobre el respaldo de la silla de mi habitación, una gorra que había comprado como souvenir en Buenos Aires y mis lentes obscuros con los que ya estaba acostumbrado andar.

Salgo de mi habitacion lo más silenciosamente posible para que nadie se de cuenta. Escucho ruido detrás y veo a Connor entrar a su habitación, estuvo algo cerca.

Tenía ganas de salir sin mi seguridad o sin alguien que me dijera que o que no hacer, camino fuera del hotel a la "Macroplaza" y me siento en el pasto, puedo ver a un grupo de chicas que se me quedan viendo por unos momentos.

Mala idea.

Decido retirarme de ahí, tomo mi celular y camino hasta llegar a una fuente, me quedo apreciando cada detalle que tenía, el agua no era la más limpia que digamos pero había niños jugando con hojas de papel en forma de barcos, es así como me choco con una persona haciendo que esta caiga al piso.

—¡Ten más cuidado!. —No entiendo lo que dice pero por su expresión puedo notar que esta enojada... muy enojada. Le ayudó a levantarse.

—Lo siento mucho, no ví por donde iba. —Me disculpo, quito mis lentes para poderla observar mejor.

—Gracias. — Le suelto la mano y sonrío. —Y siento por haberte hablado así, solo hoy no es mi día... por cierto mi nombre es Natalia

—Mi nombre es... Peter. —Digo dudoso. Bueno tampoco estoy mintiendo—. ...Si Peter

De pié la puedo observar un poco mejor, una chica no tan alta, quizá un metro sesenta, su cabello negro azabache y unos ojos cafés oscuros con un brillo hermoso en ellos, su cara es pequeña y la adorna un pequeño lunar en su mejilla derecha, su piel es morena que me hace recordar a Camila, sin duda es latina, sus rasgos hablan por sí solos.

—Mucho gusto Peter ¿eres nuevo en la ciudad?

—No... digo si... es decir no... estoy de viaje.

—Oh ya veo, tu inglés te delata, ¿estás perdido?

—Soy de Canadá y no... mi hotel esta cerca, esta... creo que no me acuerdo donde está mi hotel. —Digo un poco sonrojado—. Soy muy malo con las direcciones.

—Okey no te preocupes. —Rió—. Yo también lo soy, pero creo que te puedo ayudar, tampoco soy de aquí pero conozco la ciudad como la palma de mi mano.

Le sonreí.

—Cuentame ¿de donde eres? —Pregunté poniendome otra vez los lentes.

—Tamaulipas, específicamente en una ciudad que es frontera con Estados Unidos... vine a pasar vacaciones con mi familia y a un concierto que tiene mi hermana el día de hoy.

—Oh ya veo, yo también vine a un concierto ¿Shawn Mendes?

—Mmm no lo sé, la verdad no me gusta su musica y se ve una persona un poco egocéntrica.

—¿No crees que eres un poco dura al juzgar sin conocer a una persona?

—Lo sé, trabajo en ello. —Me sonrió y yo también le sonreí—. ¿Por cuánto tiempo vas a estar aquí?

—Llegué ayer por en la noche, se supone que debería estar durmiendo en estos momentos. —Ella rió, una risa tan delicada y bella—. Pero estaré hasta el jueves... creo

—Pues si tu quieres puedo enseñarte un poco la ciudad, no es como que conozca todo Monterrey, pero si te puedo mostrar lo más importante.

Me quedo viendola un momento pensando un poco hasta que fui interrumpido por unos chasquido de dedos.

—Peter ¿estas bien? —Pregunta preocupada.

-—Estoy perfecto.

—Pinche Peter me espantaste.

—Lo siento no te entendí.

—No importa. —Sonrió.

—¿Te puedo invitar un helado o algo?

—El clima esta frío para un helado así que te acepto un café.

—De acuerdo vamos.

(...)

Paso alrededor de dos horas platicando con Natalia que no me percato de la hora que es.

—¡Oh por Dios debe ser super tarde Andrew me va a matar! —Tomó mi gorra y me levanto de la silla—. ¿Qué hora es?

—Son las tres cincuenta

—No, no, no, me tengo que ir, me la pase super bien contigo ¿me podrías dar tu número y así nos vemos entre los días que estoy aquí?

—Si claro es este. —Me entrega una servilleta con un número y rápido lo guardo—. También me caiste bien Peter y eres con la primera persona que puedo hablar inglés sin trabarme.

—Espero verte antes de que me vaya a Canadá.

—También espero eso.

—Nos vemos después. —Le extendí una mano para despedirme pero ella me dió un beso en la mejilla. Sentí mi cara arder.

—Adios Peter.

—Adios Nat.

(...)

—¡Qué parte de no salir sin seguridad no entendiste Shawn!. —Gritó mi mánager.

—Andrew solo fueron tres horas. —Traté tranquilizarlo pero se molestó más.

—¡Como que tres horas!

—¿Lo siento?

—Cambiate rápido que llegaremos tarde para el meet and greet

—Ya voy.

No podía dejar de pensar en Natalia, la acabo de conocer y siento que me algo en ella me atrae, me gusta estar en su compañía, me agrada su forma de ser, congeniamos el muchas cosas, sabía que ella sería alguien especial