Capitulo 4: El aborigen imperial 1:situación critica

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Una nueva mañana comenzaba en la capital, me encontraba en mi dulce hogar a las afueras de la cuidad y todo estaba como siempre, soy de la tribu de los diversos aborígenes de la zona; mi nombre es "coptzol" y pertenezco a la tribu "chichua", invadida y esclavizada por el imperio caído del norte, ahora estamos establecidos en la capital de este lugar, la famosa "tierra de los ocho colores" y en deuda con sus ocho gobernantes, ellas nos salvaron de la esclavitud del imperio caído ya hace como 6 años que cayo definitivamente.

En cuestión varios integrantes de la tribu, les encantaba la forma de lucha, armadura y técnica del ejercito salvador, pero como yo, solo algunos fuimos recibidos como tal, en mi caso, use el estilo de lucha "chichua", ademas de ser los mejores agricultores de la zona del imperio, conocemos mejor que nadie los territorios inexplorados por el imperio, así que el soldado imperial "chichua" se volvió vital, en mi caso serví solo dos años, era conocido por toda mi tribu como un héroe para ellos ya que había luchado alado de la general morada, una de las ocho gobernantes; pero solo era un simple campesino que tuvo mas valor que los demás, así que me conocían como el "mercenario chichua", pero me había retirado de eso, mi arte nunca debía ser usado mas que para defensa, nunca ataque intencional, pero no pensé que volvería a ser el mismo de antes...

En esa misma mañana me encontraba en la entrada del mercado, a entregar una carga de fruta, sin embargo se acercaba alguien por sorpresa, no sabia quien era, pero por el paso suave pero experimentado, concluí que era una mujer, mercenaria quizá, trato de desenfundar mi machete, pero al voltear a ver quien era, mi cara aparentaba molestia. Se trataba de la persona mas absurda que me pudiera encontrar el día de hoy, la dama morada, a diferencia de las demás, ella no carga con asistentes o guardias que la cuiden o ayuden; al ver todo ya mas "claro" enfundo mi machete y le pregunto -¿que tratas de hacer, general?- ella corresponde con su clásica sonrisa de "no paso nada" -solo quería saludarte, o... ¿acaso ya no puedo?...- tan risueña y bromista como siempre, así que correspondo a su pregunta bromista -no es eso, solo es que ya sabes que no me gustan tus saludos de sorpresa, le darás un infarto a cualquiera un día de estos, ¿sabes?...- ella aun mas alegre me responde -pero no te quedes ahí parado... ¡ven... y dame un abrazo "anciano gruñón!- al momento de decir eso la abrazo como símbolo de nuestra amistad, después mando a mis trabajadores a entregar la carga, y todo comenzó ahí, con esa platica que me daba la general morada.

Después de todo eso, voy con todo, mi postura seria decía lo molesto que estaba y ella lo noto rápido, así que le pregunto -¿ahora que sucede?, ¿que necesitas de mi?-, el rostro de ella decía que era algo bastante serio como para no jugar y ella corresponde a mi pregunta -ya que mencionas, necesito que hagas algo por mi...- yo no aceptaría, así que me negué rotundamente, pero ella persistía -vamos, es de vida o muerte...- al decirme eso note que había un ligero llanto, note algo de verdad en aquellos ojos suyos que me miraban, era algo serio, así que que ya siendo un poco mas flexible le pregunto -¿de que se trata?... que veo que no lo puedes manejar sola- ella responde de inmediato -ven conmigo, no hablare, al menos no aquí- y la seguí hasta el palacio de todas ellas.

Al llegar ya como tal al lugar me topo con una vieja conocida de todo el imperio, la hermana del loco de Gabriel, Vanessa o también conocida como la "dama de las tres espadas", lo cual me perturbo un momento ya que a ella no le gusta meterse en asuntos de las demás emperatrices; el silencio hacia que se intensificara el suspenso, así que me atrevo a hablar -bien... ¿para que me necesitan a mi exactamente?- la dama negra me responde -el imperio del noroeste; Gizart quiere atacarnos, creemos que tienen un arma divina con un portador igual de poderoso que el general Gabriel, así que necesitamos que explores el terreno que usaran, iras con morada y un grupo mercenario de alto élite, en el grupo encontraras desde magos de categoría alta, hasta matones de sangre fría- al escuchar ya la supuesta misión digo -solo me llamaste para explorar terreno que ellos usaran...- morada responde -aparte de eso; sabemos que eres el mejor en cuanto se trata de explorar la tierra y demás lugares recónditos de las afueras del reino, y asumimos que atacaran por el lado donde esta tu tribu, no solo necesitamos que veas el terreno, también que si es posible, defiendas tu aldea- mi rostro cambio de molestia a preocupación, así que pregunto de manera exaltado -¿que?, ¡¿como sabes que atacaran por ahí?!- Vanessa me corresponde -ven conmigo, querrás ver esto...- la seguí, e íbamos a un área donde hay una serie de catacumbas subterráneas y vi que tenían a lo lejos a alguien encerrado, era un espía del imperio Gizart y al verlo me preguntaba que hacia aquí, la misma que me había traído aquí me mira en mi profundo silencio que se rompía por la respiración agitada del prisionero, y me dice -este es el espía, el subgeneral Samael lo atrapo, ya lo hizo hablar, pero tanta es su lealtad a su gobernante que su identidad es aun desconocida, así que en resumen, sabe magia y sabemos sus intenciones, pero no su nombre, así que lo tengo paralizado con agujas espinales de nivel mágico, por el es que supimos que atacaran ahí tu aldea, también sabemos que el ejercito de ataque del imperio Gizart ya se mueve, así que decide que el tiempo apremia y necesitamos que vayas, tu armadura y armas aun están aquí resguardadas como pediste, solo decide por favor... "gran chiu"- mi mirada no dejaba de señalar al espía, por mi aldea haría cualquier cosa con tal de mantenerla segura, así que cuando me dijo "gran chiu", mi apodo como soldado, no lo pensé mas, mi mente solo decía una cosa -"imperio Gizart, quieres retar al imperio que te ayudo hace años, pues tendrás que despertar otra vez a un monstruo, aquí lo tienes, ha despertado el monstruo..."- así que susurro y la "dama de las tres espadas" me escucha -"dame mi armadura"-.

Imperio, Vol.1: La gran capital.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora