Todo comenzó en los Mundiales de Quidditch [Tomarry]

III. ¿Te enlazarías conmigo?

2002: Final de la Copa Mundial de Quidditch entre Brasil y Alemania con sede en México, vencedora del último Mundial de 1998.

Decir que Brasil estaba recibiendo la paliza de su vida era decir poco. Los marcadores estaban muy dispares: los auriverdes con sólo noventa puntos y los tricolores con la aplastante cantidad de trescientos veinte.

—Ah... Lamento decir esto pero ni aunque el Buscador Da Silva atrape la Snitch, Brasil no ganaría el partido, ¡tendrán que esforzarse más!

Miles de seguidores de los brasileños tenían el ceño fruncido en indignación, los trigueños iban en cabeza de serie en el Mundial y ahora estaban perdiendo fuerza...

Era para no creérselo.

—¡El Golpeador Camilo Sousa se ha estrellado accidentalmente contra el Guardián Dan Schneider! ¡Los dos caen al suelo estrepitosamente!

En esos momentos el sonido de un silbato emitió un potente ruido, indicando tiempo muerto por petición del entrenador alemán, que fue corriendo a socorrer a su jugador.

—¡Ya han oído eso, brujas y magos, tendremos tiempo muerto hasta nuevo aviso!

Caras tristes y alicaídas, otras indignadas y otras sencillamente impactadas por la inminente pérdida de Brasil no se hicieron esperar, sólo la algarabía que mostraban los alemanes mantenía encendida esa chispa de regocijo necesario para no irritarse.

—Si Brasil pierde esta competición, será el peor resultado en la historia de su marca personal...

Ludo paró su perorata de comentarios al ver que las dos pantallas se apagaban e iluminaban segundos después para mostrar uno de los momentos más esperados de la noche.

—¡Y ahí está la Kiss Magic Cam, magos y brujas! ¿¡No creen que tardó mucho tiempo en salir!?

Mientras Ludo comentaba y especulaba en dónde se iba a detener la imagen, la mascota de Alemania subía a las gradas con la Ultimate Broomstick —el palo de escoba oficial del Mundial— y tiraba oro leprechaun por todos lados bajo la algarabía general.

—¡Esta vez los atrapaste a la primera, Magic Cam! —Vociferó Ludovic con deleite, viendo a la pareja favorita de los Mundiales anteriores en las dos pantallas.

Las sonrisas de los muchachos no se hicieron de esperar y salieron a flote.

Los cambios físicos en sus rostros eran mínimos e imperceptibles. Seguían igual de atractivos los dos; sólo que nadie —a excepción de Ludo—, se había dado cuenta de un pequeñísimo detalle: ya no estaban en el palco VIW, sino en el Presidencial, junto a gente importante y de gran influencia.

Antes de que nadie comentara nada al respecto, el más mayor hizo que el otro se levantara del lujoso asiento y, susurrándole unas palabras al oído, se dispuso a alejarlo un tanto de él; Ludo exclamó indignado.

—¡No puede ser! ¿¡No pretenderá cortar la relación ahora mismo, verdad!?

El público prácticamente enloqueció y el Ministro de Magia mexicano tuvo que pedir la palabra, amplificando su voz con el hechizo sonorus.

—Calma, calma... —Pidió el Ministro conciliador—. Dejémonos de conjeturas y esperemos a ver lo que tiene que decir mi gran amigo Tom Riddle a su pareja Harry Potter. —Terminando de decir esto, la Magic Cam enfocó más cerca a los dos hombres que estaban al lado del Ministro.

Todo el estadio supuso que el más alto era el tal Tom Riddle y estaban en lo cierto. Éste empezó a hablar pero sólo los que estaban más cerca de ellos podían oírlo.

El público iba a gritar en disconformidad porque no escuchaban nada cuando, de repente, el de cabellos castaños se puso de rodillas y, con su varita, hizo aparecer en su mano izquierda una Snitch dorada que, al posarse en su mano, se empezó a abrir y de ella salió una hermosa alianza.

—¡NO PUEDO CREER LO QUE ESTÁ PASANDO! ¡ESTE MOMENTO SERÁ MEMORABLE! —Gritó Ludo.

El público enloqueció en silbidos y aplausos; por las dos pantallas se pudo ver el momento justo en el que Tom Riddle decía: "¿Te enlazarías conmigo?".

Y Harry Potter, en medio de un mar de lágrimas pero con una sonrisa que opacaba al mismo sol, asintió con ganas.

El hombre le colocó el anillo y el ojiverde atrajo a su pareja, haciendo que este se pusiera de pie y se inclinase, dándole el tan ansiado beso esperado por todos, aunque ellos dos lo esperaban más que ningún otro.

—¡SE VA HABLAR DE ESTO DURANTE AÑOS! —Bramó Ludo contento y animado.

A partir de ese momento, el Quidditch pasó a segundo plano.