V. Te amo

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2014: Final de la Copa Mundial de Quidditch entre Inglaterra y Luxemburgo con sede en Australia, vencedora del último Mundial de 2010.

En el palco Presidencial, compartiendo la primera fila con los otros dos Ministros y sus familias, el Ministro de Magia de Gran Bretaña, Tom Riddle, aguardaba pacientemente con su pequeño hijo de siete años en su regazo a que su embarazado esposo volviera del lavabo.

Su hijo era una copia fiel de su persona.

El pequeño había sacado el pelo rizado y enmarañado de su esposo y su piel ligeramente tostada y suave como la fina seda. Pero de él, en cambio, sacó todo lo demás: el tono castaño de sus cabellos, el color de sus ojos y los rasgos faciales; pero amaba que su pequeño hubiera heredado la actitud y la simpatía de su papi Harry.

—¿Amor? Ayúdame a sentarme, por favor. —La voz de Harry lo sacó de sus pensamientos y —con su hijo cargado— ayudó a su esposo a sentarse en el amplio y cómodo asiento.

Con sus seis meses de embarazo no era normal aquella barriga tan grande que tenía pero, en el caso de su esposo, los gemelos necesitaban espacio en donde poder estar cómodos.

Gemelos, tan sólo pensarlo hacía que su corazón se llenara más de amor. ¿Acaso eso era posible?

—¿Qué me he perdido? —Preguntó Harry sonriendo como un adolescente.

A sus treinta y tres años, el de revoltosos cabellos azabaches conservaba en el rostro aquel rastro de inocencia que lo enamoró completamente.

Su esposo no había cambiado en nada, parecía aquel mismo joven que conoció en el palco VIW aquel otoño de mil novecientos noventa y cuatro.

—¡Mira, papi! ¡Los tíos Gred y Feorge son los mejores Golpeadores del mundo! —Sonrió el pequeño Vic; y su sonrisa, Tom recordó que aquella sonrisa que tenía su hijo había sido heredada también de su papi Harry.

Ludovic Salazar Riddle, o Vic como lo llamaban muy cariñosamente, creció amando el Quidditch más que nada en este mundo.

Su padrino, el ya fallecido Ludovic Bagman, lo introdujo de lleno en este deporte, y su pequeño ambicionaba ser un Golpeador como él y sus tíos postizos Fred y George Weasley.

No le gustaba mucho cuando su hijo decía eso..., ¿pero qué podía hacer él en contra de los sueños de su pequeño? Nada. Al contrario, lo apoyaría siempre. Al fin y al cabo, a él le decían que no iba a llegar muy lejos en la política porque era muy joven y, a pesar de todos los malos comentarios, terminó siendo el Ministro de Magia más joven de todos los tiempos.

—¡Claro que sí pequeño, pero tú serás mejores que ellos! —Lo animó Riddle.

El niño amplió su sonrisa y un precioso color rosado llenó sus mejillas. Asintió muy animado, se levantó y fue corriendo a acercarse más a la barandilla para poder ver mejor; no le pasaría nada, el palco Presidencial tenía el mejor hechizo protector de todo el estadio.

—Eres el mejor padre del mundo, ¿lo sabías? —Le susurró Harry al oído con una sonrisita cómplice.

El Ministro lo miró alzando una ceja, digna expresión de él.

—¿Acaso lo dudabas? —Preguntó arrogante, pero sonriendo de lado.

Harry negó con la cabeza.

—Nunca lo haría. —Contestó coquetamente.

Tom Riddle lo miró a los ojos por largos e intensos segundos, aquellos ojos esmeralda que también los enamoraron. Y sonrió. Sonrió ampliamente por la familia que tenia, a la cual amaba más que a nada en este mundo.

Te amo... —Expresó él mientras se acercaba lentamente.

A Harry se le llenaron los ojos de lágrimas.

Y yo también te amo a ti —dijo, y se acercó los pocos centímetros que lo separaban de sus labios para besarlo finalmente, pero un borrón se los impidió.

—¡Papis! —Los interrumpió el pequeño Vic, sobresaltado y contento—. ¡Mirad, salís en las pantallas!

El matrimonio se giró y vio como, en efecto, salían en las pantallas de la Kiss Magic Cam, nuevamente.

Sonrieron los dos y tomaron a su pequeño Vic en sus regazos, para después —cada uno de un lado—, darles un beso en la mejilla que hizo que los mofletes del niño se volvieran a llenar de color.

Escucharon los vítores de la gente y sonrieron antes de darse un pasional beso como los que tantas veces aquel público había visto pero, esta vez, bajo la mirada divertida de su pequeño Vic, que los observaba a los dos riendo infantilmente mientras se tapaba la boquita con sus pequeñitas manos.

—¡NEIL HARPER ATRAPÓ LA SNITCH! —Se alzó la voz del comentarista y los gritos de júbilo no se hicieron esperar—. ¡INGLATERRA GANA EL PARTIDO!

—¡Tío Gred! ¡Tío Feorge! —Gritó el pequeño cuando los vio acercarse al palco en sus escobas Turbo 2015.

—¡Pequeñajo! —Saludaron los dos al mismo tiempo—. ¡Mira lo que te hemos traído! —Acto seguido, los dos mostraron las Bludgers con las que habían jugado el partido.

—¡Están firmadas por todo el equipo inglés! —El niño rió y saltó lleno de felicidad.

—¿Te vienes a dar una vuelta por el campo, pequeño? —Preguntó Fred.

—Ni lo sueñes, Weasley. —Interrumpió el Ministro.

Los tres le pusieron ojitos de cordero degollado y el hombre terminó desviando la mirada hasta donde estaba su esposo..., riendo como si la cosa no fuera con él.

—Vamos, papá... ¿Me dejas?

El hombre suspiró y terminó cediendo ante los tres, asintiendo con la cabeza.

—¡Siiii! —Chilló el niño y, acto seguido, se montó con su tío George mientras Fred agitaba su bate en victoria.

—Si a mi hijo le pasa algo por su culpa..., no volverán a jugar Quidditch en lo que les queda de vida —terminó Tom muy seriamente.

—Calla, tonto. —Rió Harry y lo atrajo hacia sí, dándole el mejor beso que le hubiera dado jamás.




Super saludos especiales a: angelthedemon1903, roxipurple1 y @karenlimaar
¡Muchas gracias por vuestros comentarios, me hacéis muy feliz!

Todo comenzó en los Mundiales de Quidditch [Tomarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora