2015: Primer partido de la Temporada de Quidditch de Reino Unido entre los Chudley Cannons y las Arpías de Holyhead.—¡No me puedo creer que los Cannons estén perdiendo!
—Cariño..., todavía ni ha aparecido la Snitch —rió.
Tom se encontraba junto a Harry en el palco Presidencial del Estadio Highland, ubicado en el bosque de Rothiemurchus en Escocia.
Su pequeño Vic estaba dos filas más abajo con sus tíos Fred y George, éstos agitaban sus bates de plástico haciendo reír al pequeño y desviando gran parte de la atención del público de su alrededor hacia ellos; no por nada los gemelos eran los mejores Golpeadores que había tenido el equipo de Inglaterra, eran muy populares.
—Eso lo dices para tranquilizarme, esposo mío —miró Harry a Tom.
—Claro que sí —aceptó el hombre, alzando su recta nariz y depositando un beso en la cabellera azabache del más bajito.
—Siempre tan considerado, Tom —rió por lo bajo— realmente espero que gan... ¡AY! —Chilló, posando sus manos rápidamente en su abultado vientre y poniendo cara de espanto.
Tom se alarmó en cuestión de un segundo y prácticamente se arrodilló delante de su esposo.
—¡Harry! ¡¿Qué pasa?!
—No es nada, tranquilo..., —hizo una pequeña pausa— tus hijos creen que es divertido patear el estómago de su papi —agitó su mano derecha, restándole importancia.
—Por Merlín, pensé que ya venían... —Suspiró aliviado, volviéndose a sentar a su lado sin abandonar la mano de su esposo.
—¿Recuerdas cuando Vic nos dijo que quería que los gemelos fueran Golpeadores como sus tíos? —Preguntó el pelinegro, trazando círculos suaves en su estómago con su mano derecha; el mayor asintió—. Pues creo que tenemos a una ovejita descarriada que quiere ser Guardián... No veas que patadas me da.
Tom rió fuerte, tomando aire y suspirando al final.
—Entonces van a tener serios problemas con su hermano mayor —rieron los dos.
—¡Papá, papi! —Los llamó Vic mientras se acercaba a ellos corriendo.
—¡Pequeñín! —Agitó Harry su mano.
—¡Papi, no me llames pequeñín! ¡Yo ya soy el hermano mayor! ¡Además mañana cumpliré ocho años! —El niño frunció toda su carita en disgusto y se cruzó de brazos frente a sus padres.
Harry rió suavemente acariciando la cabellera castaña y enmarañada de su hijo, haciendo que éste se volteara y mirara directamente a los ojos verdes de su padre.
—Amor, no serás el hermanito mayor hasta que los bebés nazcan... —Dijo, tomando al niño de la mano y haciendo que se ponga al lado de él—. Y para mí, siempre serás mi pequeñín... —Terminó, abrazándolo y besándolo en la mejilla.
—¡Papi! —Vic hizo una mueca y rió cuando Harry empezó a hacerle cosquillas por todo el cuerpo.
—¡Johnson toma la delantera y anota diez punto más para los Chudley Cannons! ¡El partido está igualado! ¡Setenta a setenta, brujas y magos! —Vociferó el comentarista.
—¡Sí! —Gritaron Harry y Ludovic al mismo tiempo; Tom sólo aplaudió, manteniendo su imparcialidad.
El partido terminó con las Arpías de Holyhead muy encolerizadas, con la ansiada victoria de los Chudley Cannons y con la familia Riddle—Potter muy alegre por el resultado: doscientos noventa puntos para los Cannons y ciento setenta para las Arpías.
Vic saltaba de aquí para allá mientras sus padres se despedían de los funcionarios, jugadores y demás gente importante, cuando un repentino jadeo salió de la boca Harry, que en esos momentos estaba de pie a unos pasos de su esposo.
—¡Tom! —Gritó ahogadamente el pelinegro, buscando desesperadamente un asiento con la vista mientras se agarraba fuertemente el estómago.
—¡Papi! —Chilló Ludovic mientras corría hacia su padre desesperado—. ¡Tu túnica está mojada!
Tom miró con ojos desorbitados la escena y tardó varios segundos en asimilar lo que estaba pasando.
—¡Tom, duele! —Volvió a gritar.
El hombre corrió hasta donde su esposo estaba hiperventilando, sus ojos poniéndose acuosos a medida que pasaban los segundos. Las personas de su alrededor veían la escena con verdadero pánico.
—Ya... —la voz de Tom tembló.
—¡Está de parto! —Gritó alguien entre la pequeña multitud.
—¡Hay que llevarlo al Hospital! —Vociferó otro.
—¡Papá, ya vienen! —Exclamó el pequeño Vic, con lágrimas en los ojos al ver la cara de angustia de su papi Harry; por otro lado, Tom reaccionó repentinamente y agarró la mano de su esposo e hijo, desapareciendo los tres de allí.
Las horas pasaron lentas para Tom y su hijo.
El pequeño Vic se había negado rotundamente a irse a casa de sus tíos cuando los mayores se lo habían propuesto, teniendo un estallido de magia accidental cuando pensó que lo iban a separar de su padre en aquellos momentos; Tom no tuvo más remedio que aceptar que se quedara.
Él, por otro lado, había logrado controlar su nerviosismo, la mala noticia era que ahora estaba más ansioso que nunca. Cuando nació Ludovic tuvo que esperar por más de ocho horas, pero esta vez eran gemelos, él sinceramente suplicaba que no fuera tanto.
Las siete de la noche, las doce, las tres de la madrugada y, finalmente, a las siete de la mañana del día diez de enero del dos mil quince, los gemelos del matrimonio Riddle—Potter habían nacido.
Tom se encaminó con un muy despertado Vic hasta la habitación de Harry; él se veía débil y demacrado, pero tenía una sonrisa de oreja a oreja y dos pequeños bultos entre sus brazos.
—Feliz cumpleaños, mi pequeñín..., papi lamenta no haberte despertado como de costumbre —sonrió Harry—, acercaos...
Los dos se adentraron en la habitación, Tom con una sonrisa y Vic muy serio. El Ministro se apresuró a besar los labios de su esposo mientras se agachaba y admiraba los dos pequeños bultos.
—Papá —llamó Vic en un susurro, elevando los bazos para que su padre lo alzara y lo colocara en la alta cama; Harry rió.
—Mira pequeñín..., éste es tu hermanito Ethan Alexander..., y el nuevo benjamín de la familia, Kenneth Isaac.
Y, sólo entonces, Ludovic Salazar sonrió con mucha felicidad.
Por fin se había convertido en el hermano mayor.
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Todo comenzó en los Mundiales de Quidditch [Tomarry]
FanfictionTom Riddle y Harry Potter se conocieron en un partido de Quidditch y, desde ese momento, han creado una especie de tradición: siempre van juntos a los finales de la Copa Mundial de Quidditch sin importar dónde se celebren. Una cámara especial capta...