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Me la he pasado mal toda la noche.

No sé cómo podré verle la cara a JongDae después de lo de ayer.

¡Cuánto te odio, Kim TaeYeon!

— ¡Buenos días! —Me dijo YangMi con una gran sonrisa.

— Buenos días, YangMi —Sonreí de igual manera.

— ¿Cómo estás hoy? —La miré y suspiré.

— No muy bien, por que no sé como le veré la cara a JongDae...

— Cariño, con los ojos. ¿Con qué más?

Reí sarcástica.

— No, me refiero a que no sé como le haré para no llorar. ¿Sabes? Me dolió mucho eso.

— Ya verás, podrás superarlo. Kim JongDae no es el único hombre en este mundo.

— ¡Lo sé! Pero a mí me gusta Kim JongDae, ¿lo entiendes?

Suspiró y me abrazó.

— Eres un caso perdido. JongDae ya tiene novia; deberías ir a conocer chicos y enamorarte.

— ¡No, no, no!

— ¡DIABLOS! No me grites, estamos a la par.

En eso, JongDae entró.

Ah, calmate.

Y se fue directamente a saludar a TaeYeon con un beso en la mejilla.

YangMi me sacudió para que dejara de ver esa escena.

— Deja de verlos, ¿sí? —Asentí casi sin ganas.

Intenté pensar en algo más pero realmente me es imposible.

¿Por qué me tiene que pasar esto? 

— ¡Buenos días, alumnos! ¡Vamos al centro de informática! —El Señor Min, profesor de informática, siempre llega de buen humor a clase.

Oh, espera...

Mi computadora está al lado de la de JongDae.

¡Oh, no!

— Bien, querida, debes ir a afrontar tu destino —Dijo YangMi mirándome con preocupación.

— Estaré bien, haré como si nada —Saqué mi libro de informática y mi estuche por cualquier cosa.

— ¿Nos vamos?

— Vamos.

Cuando llegamos, abracé a YangMi y fui a mi asiento.

JongDae y TaeYeon no están en sus lugares, qué raro.

(...)

— Hola —Llegó JongDae a su lugar, treina minutos después.

— Qué tanto hacías, ¿eh? —Dije picarona.

— Nada, simplemente conversaba con TaeYeon. Quiere que haga algunas cosas qué, ah, no sé si debería.

— ¿Cómo qué?

Se acercó a mi oreja.

— No quiere que me junte contigo y no entiendo el por qué, ella sabe que somos mejores amigos y que no podría hacer eso nunca —Susurró.

¡Esa infeliz!

¡No le basta tenerlo como novio sino que también lo quiere lejos de mí! ¡Un día de estos le arranco esas greñas, le arranco las pestañas postizas y le borro las cejas!

— ¿Y lo harás? 

— ¡¿Qué?! ¿Cómo lo haría? Te aprecio demasiado como para hacerlo. No voy a dejar a mi mejor amiga solo por ella —Lo vi a los ojos y le sonreí aliviada.

Artificial Love | Chen y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora