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Sentí un horrible dolor de cabeza y supongo que era lógico después de haberme desmayado

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Sentí un horrible dolor de cabeza y supongo que era lógico después de haberme desmayado. Cuando desperté había una habitación enorme con unos hermosos ventanales. Todo estaba oscuro.

—¡¿Qué mierda?! ¡Esos tipos me raptaron!
— dije mientras me levantaba de la cama y me alivió saber que aún tenía puesta mi ropa.
—De seguro me enviaron a Alemania o a Rusia.

—¿Estás bien? —Preguntó una dulce voz.

—¿Qué eres cosa fea? —realmente estaba asustado, no sabía donde estaba.

—Gracias, aunque creo que no soy tan feo.

《Reconozco esa voz.》

Encendió la lámpara y pude ver que era él, el mismo chico que había visto en la floristería días antes, pero en ese momento no sentí emoción alguna, el dolor de cabeza era insoportable.

—¿Que hago aquí? —pregunté confundido.

—Te desmayaste por alguna extraña razón en medio de la calle y te salvé, por nada —Hizo una sonrisa coqueta.

—¡¿Debería darte las gracias?! ¡Amigo me secuestraste! —dije tocando mi frente.

—¡Si te hubiera secuestrado estarías en otro país! Alemania por ejemplo pero no, sólo quería ayudarte, no quería dejarte en la calle tirado como vagabundo. —Parecía molesto.

—Lo lamento, no suelen pasarme este tipo de cosas muy seguido. —dije muy apenado. —Me duele la cabeza, no tienes idea de como se siente.

—Toma. —Me dio una pastilla —No es droga, es una aspirina. Te golpeaste muy fuerte la cabeza hace rato.

—Gracias. —tomé la pastilla y me dio un vaso con agua.

Pasaron unos segundos y ninguno hablaba, sin embargo no era un silencio incómodo.

—Tu casa es muy bonita —dije para romper el hielo.

—Lo es, pero es muy solitaria, mi padre siempre está de viaje y mi madre lo acompaña todo el tiempo, prácticamente estoy yo sólo. —dijo con una mirada de tristeza.

—No es eres el único —rodé los ojos.

—¿Por qué?

—Bueno, mi madre murió cuando tenía siete años y mi padre tiene otra familia, casi nunca lo veo pero cuando paso tiempo con él es especial. —Sentí ganas de llorar pero me contuve.

—Oh, lo siento mucho Nath, no debí haber preguntado, ha de ser muy duro para ti.
— Tocó mi espada.

—No te preocupes, fue hace mucho y ya lo superé, créeme —Sonreí.

—Quiero saber más de ti, Cuéntame todo.
—Sonrió —desde que te vi hace unos días en la floristería, por alguna razón no dejo de pensar en ti.

El chico de las flores [ADRINATH]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora