—¡Eres un desgraciado! —grito, y lo tomo del cabello. No solo parece no importarle lo que hizo, sino que, se burla de ello. Lo odio tanto...
Pero más me odio, porque, al quedar tan cerca de él, y contemplarme en sus ojos, encuentro por primera vez la forma de mi ser tras estos años; aquella que tenía vida solamente al mirarse en sus pupilas.
Estoy tan furioso, que, aprieto mis dientes tan fuerte que me duelen, y mi mano derecha estruja tan fuerte su cabello, que podría arrancárselo. Mi puño izquierdo lo aprieto tan fuerte que, pese a los guantes, siento que me he sangrado la palma de la mano con mis uñas.
Dazai solo me mira, callado como siempre. Mi respiración, agitada, es contraria a la suya, tan calmada. Si no sintiera tanta rabia, me rompería en cualquier momento, y lloraría, como en las noches donde las luces de la ciudad llenaban la ciudad.
—Cada día de estos años me pregunté cuál sería en el que me intentarías matar —responde, de pronto, moviendo ligeramente sus manos en las esposas que lo detienen a la pared, con un tono severo—, así que si este es el día, te diré que hoy no tengo tiempo que perder contigo.
—Ya sé que lo único que te importa ahora es tu grupo de detectives, y que estás por ese hombre tigre antes que nosotros lo vendamos, pero, te diré algo: si tanto te importa, tendrás que matarme antes de que te deje ir a por él.
—El problema es entre los dos —responde, molesto.
—Vaya, vaya, ahora al gran Dazai le importan las personas, ¡que hermoso! Permíteme felicitarte, traidor —digo, sarcástico y soltándolo del cabello. Debería matarlo ahora, pero, mejor me alejo unos pasos, dándole la espalda para tratar de calmar el cúmulo de sentimientos que me invaden y que me cortan el alma en fragmentos.
—Lo que te duele es que nunca me preocupé así por ti, ¿no, Chuuya? — cuestiona, en un tono tan hiriente y burlón, que me hace hervir la sangre—. O, espera, ¡ya sé!, ¿es que acaso tanto te dolió que me fuera de la Port Mafia, que por eso te comportas así? Como un chiquillo despechado y celoso...
No lo evito, y por instinto, me volteo y lanzo una patada que destroza la pared y lo libera, aunque más bien parecía que él ya se había liberado antes y solo jugaba conmigo... Como siempre lo ha hecho.
—Te das demasiada importancia. A mí no me importa que quieras salvar o no a tus nuevos amigos, me importa lo que le hiciste a los que se supone que eran en ese entonces tus amigos. ¿O ya lo olvidaste? Que te marchaste como un cobarde.
—¿Eso es lo que te molesta, Chuuya? —contesta, retador, tocándose las muñecas antes sujetas.
—Lo que me molesta es tener que haberte encontrado aquí. Pero, para que eso no vuelva a suceder, acabaré contigo —digo, aventando mi capa a un lado. Siento tanta ira que, no sé ni lo que hago.
¿En serio podría matarlo?
Yo...
—Si lo que quieres es que peleemos, está bien. Pero, que sepas algo antes de eso —me dice, serio y molesto—: no me arrepiento de haber dejado la Port Mafia, ni de nada de lo que he dicho y hecho.
—¿Para qué me dices esto?
—Para que comprendas que, aunque para ti sea un cobarde y un traidor, para alguien más pueda no serlo.
—Y para ti, ¿qué eres?
—Un imbécil que nunca se va a perdonar de muchas cosas de su pasado, bien, pero que no tendrá remordimientos de lo que hace en el presente. Y si, tener que pelear contigo ahora, significa poder salvar a Atsushi-kun, entonces, lo haré.
—¡ENTONCES, COMIENZA! —grito, porque ya no puedo aguantarlo más. Si este es el final que debimos tener desde un inicio, entonces, no hay nada más que hacer— ¡PORQUE SI NO TE HAS ARREPENTIDO AÚN DEL DAÑO QUE HICISTE, HARÉ QUE AQUÍ Y AHORA LO HAGAS!
No sé lo que hago, pero, esta vez parece ganarle el orgullo a mi corazón: esta vez, será lo que tenga que ser...
Le doy un golpe al estómago, con toda mi fuerza, y entonces comienza la pelea... Otro golpe, un desvío, movimientos rápidos y un enfrentamiento que no debía ser pero que tampoco podría detenerse.
Por unos momentos, me sentí como cuando tenía quince años y lo conocí, cuando peleábamos juntos y podía confiar en él, en que sin importar si me descontrolaba, podría salvarme de morir. ¿Acaso era capaz de confiarle mi vida a estas alturas?
Porque ahora estoy peleando ¿a muerte? con el hombre que he amado siempre...
Porque, mi respuesta es que "Sí"... Siempre...
—¿Estás jugando? —le pregunto, cuando veo él parece disfrutar de la pelea.
—No, simplemente te esquivo; no podría decir que fui tu compañero de equipo si no supiera todas tus técnicas, movimientos y conociera tu forma de pelear —responde, confiado.
—¡TÚ NUNCA FUISTE MI COMPAÑERO! —exclamo y, le doy un golpe en el rostro que lo saca volando a pegar hasta la pared donde estaba atado—. Porque un compañero, nunca abandona a su otro compañero— agrego, tan dolido por oírle decir una mentira así.
—Por eso mismo no pienso abandonar a Atsushi-kun ahora... —confiere, limpiándose la boca del hilo de sangre que comenzaba a salirle.
—Las personas cambian tanto, Dazai... Cuando estabas en la Port Mafia, nunca mostraste este lado que hoy quieres que me conmueva... Solo te fuiste sin decir nada y ahora, eres nuestro enemigo. Parece que se te olvidó todo lo que hizo Mori-san por ti, y tus compañeros.
—No lo olvidé, Chuuya —expone, poniéndose de pie, mirándome fijamente. Es ahí cuando noto que el sol se ha casi ocultado, y, el lugar comienza a quedare en penumbras—, pero hice una promesa y voy a cumplirla. Y no puedo por eso dejar que me mates ahora.
—¿Y a quién le hiciste la promesa? —pregunto, acercándome hasta quedar frente afrente con él, teniendo el corazón agitado porque, probablemente, estoy ante larespuesta que he esperado desde hace cuatro años, la noche en que se fue.
—No tiene caso ya, solo, detén esto hoy y lo arreglaremos después —me pide, extendiendo su mano derecha, llevándome a recordar la primera vez que se la tomé, cuando peleamos juntos en esa bodega y...
—Dime, dime por qué te fuiste de la Port Mafia, y te dejaré ir —digo, con una voz tan baja porque del pecho no me sale ya más.
—Chuuya, no...
—¡QUE ME LO DIGAS!
—Fue porque, se lo prometí a Odasaku...
Continuará...
Odasaku T______T
(es todo lo que diré... pero creo que a todas y todos nos dolió cuando murió) Gracias por leer.
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For the tainted sorrrow... Soukoku Bungou Stray Dogs FINALIZADO
FanfictionAquél día que Dazai dejó la Port Mafia, fue cuando Chuuya descubrió en su interior cuanto podía odiarlo, pero también, todo lo que lo amaba... Soukoku +18 DazaiXChuuya [COMPLETO]