Capítulo 19: Tacones De Cristal

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[Dimensión 15: Cenicienta]

Sus ojos se abrieron, sentía un fuerte dolor de cabeza.

Paredes lujosas, una cama amplia y cómoda ¿Donde estaba?. Levanta su cuerpo recostado su peso en el espaldar de la cama.

Observa otra vez la amplia habitación dando por echo de que tal vez sea una dimensión donde alguno sea rico.

Las puertas de abren de golpe.

-¡Mi Príncipe!- La chica abre los ojos con sorpresa ¿Príncipe?

-¡¿Príncipe?!-grito dándose cuenta de que su voz era ronca.

Asustada se levanto de la cama buscando un espejo mientras su sirviente observaba con el Príncipe estaba totalmente alterado. Emma se miro al espejo llevándose la gran sorpresa de que efectivamente era un hombre, se giró hacia su sirviente.

-¿Se encuentra bien Príncipe Emmanuel?- le pregunto, ella se rió nerviosa.

-S-Si-

-Que alegría, solo quería decirle que su padre ya ha enviado a enviado al Duque Lucas a buscar a la señorita que bailó con usted anoche tal y como usted lo pidió- explicó con alegría la fémina.

-Q-Que- intento tranquilizarse-Que bien, ya puedes retirarte-La fémina hace una reverencia para luego retirarse y cerrar las puertas.

Ya en su soledad Emma colapsó, miles de preguntas cruzaban por su cabeza entre ellas la más concurrida ¿Como se va a bañar?. Estaba tan nerviosa sobre su aspecto actual que nisiquiera podía pensar en que lugar estaba.

Aunque esto era bastante claro si atas los cabos correctamente.

-¿Príncipe Emmanuel?- el chico o mejor dicho chica se dio la vuelta.

-¿Que sucede?- pregunto aún con sus manos temblorosas.

-Su padre nos ha enviado para darle su baño, asi que vamos a entrar su majestad-

El rostro del pelirrojo era casi indescriptible pero de que parecía un tomate con patas, lo parecía.

[...]

-¡Hijo mío!- exclama aquel hombre, la nostalgia la invade pues delante de ella o el se encontraba Yuugo vistiendo aquellas ropas características de un Rey.

-Hola- Se digna a decir con una amplia sonrisa.

-Siéntate a mi lado, Ya nos están preparando el desayuno- Ella asiente, era raro pero apesar de todo ella cree que está ha sido en la que más fe tiene de que sea agradable.

Sentado en la mesa a lado de "su padre" analizo la situación cautelosamente, aun estaba avergonzada por dejar que unas sirvientas la bañaran y vieran sus nuevas partes íntimas.

Dejando eso de lado de encontraba dentro del ciento de la Cenicienta y para bendecir su dicha ella era el Príncipe del cuento ¿Sorpresivo? Tal vez, tenía suerte de haberle leído ese cuento a Jemima, Alice e Ivett una vez.

Pero nunca pensó que se encontraría ocupando la vida del Príncipe.

-Hijo, Estoy tan feliz de que hayas elegido casarte- expresó el hombre, Emma sonríe.

-No tuve elección-Si ya estaba aquí debía fingir perfectamente.

-Aún así estoy orgulloso de ti, creí que no ibas a aceptar... que seas Rey es muy importante para mi, mi pequeño antenita- ella sintió como su corazón se derretia más su conciencia no la dejaba mentir.-¿Que tienes? ¿Te duele algo?- ella nego.

-Lo siento... pero no soy El Príncipe- Guardo silencio tras su confección pero por más que espero que aquel hombre se enojara, no lo hizo en cambio de río de aquello ruidosamente.

-Ya lo sabía, Tus sirvientas me informaron de tus inusuales comportamientos porque que te veas tu parte íntima y llores del susto no es normal- se burló y ella se sonrojo avergonzada.

-E-Es que en mi dimensión soy una chica- el hombre asiente.

-Era obvio, ¿Como te llamas?- su vergüenza pasa un poco.

-Emma y estoy con mis dos mejores amigos en esto pero ni siquiera los he visto... deben estar preocupados- el hombre asiente comprensivo.

-No se de que me hablas pero aún asi, te ayudaré- Emma lo mira a los ojos y sonríe.

Emma le contó todo lo que había pasado detalle a detalle, claro que desde su punto de vista. Yuugo intentaba entenderle lo suficiente para poder darle una solución lógica al asunto.

-¡Mi Rey, Mi Príncipe! ¡La chica está aqui!- ambos se miran entre si.

Bien, era momento de conocer a Cenicienta.

La sala del trono estaba con todos los sirvientes, Emma y su "padre" entraron llevándose la gran sorpresa de ver a la chica.

¿Han escuchado esto de: "Tu mente no recuerda pero si tu cuerpo"? Pues ahora emma se encontraba abrazando a Gillian la cual era la Cenicienta de esa dimensión.

-¡Nos casaremos mañana!- esas palabras salieron por si solas de sus labios, vio la sonrisa de Gillian.

Yuugo miraba orgulloso como ella sobrellevaba lo de estar en el cuerpo de su hijo a la perfección.

Tal como en el cuento se iban a casar pero Emma aun no salía de esa dimensión alternativa, sin poder dormir dejando a Gillan durmiendo a en la cama a dirigió al cuarto de su padre.

-¿Emma?- ella no dijo nada solo fue hasta la cama y abrazo al hombre.

-No se cuando me iré de aqui, pero quiero decirte que fue lo mejor volver a verte y hablar contigo aunque sea por unas horas... -Confesó la chica.

-Emma ¿Que me sucedió en tu dimensión?- ella no hablo simplemente lo abrazo.

-Muchas gracias señor... usted es el mejor- yuugo acarició el cabello de su hijo.

-Hey, pequeña antena. Se fuerte a todo lo que venga, protege a quienes tengas que proteger y ama a quienes tengas cerca, prometeme aunque no sea el Yuugo de tu dimensión, que te vas a cuidar mucho y saldras de esta- Emma se aleja de el. Entonces una puerta aparece, yuugo suspira y besa la frente de su hijo.- Sin importar que pasó conmigo, estoy orgulloso de ti- le señaló la puerta que acababa de aparecer con un logo de una zapatilla de cristal en ella.

Emma se alejó por completo y como si fuera magia el cuerpo de Emmanuel se dividió saliendo de ahi Emma, yuugo se despidió de ella agitando su mano y viceversa.

La puerta se abrio, ella entro y todo lo que una vez fue claridad a volvió oscuridad.

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Puede tener faltas ortográficas...

Honestamente sentí que debía hacer feliz a esta Emma así que porque no darle la oportunidad de volver a ver a yuugo.

Los quiere Mioyoshida~

Viajando entre dimesiones [REN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora