Estaban frente a lo que era un altar improvisado, siendo sus invitados maniquís, algunos incompletos y otros con manchas de lo que parecía sangre. Ray miraba feliz y emocionado a Emma, aunque esta, se veía triste y rendida.
Algo que a Ray no le gustó.
- ¿Qué pasa Emma? ¿No estás feliz?
Ella no respondió, ni siquiera lo miró cuando le habló. Ella sólo miraba al suelo, de vez en cuando sus todavía atadas muñecas y quienes eran los supuestos invitados; estaba entristecida por todo.
Su situación, los sentimientos que Ray supuestamente le profesaba... ¿Dónde estaban su Ray y Norman? ¿Estarían ellos bien?
Ray tomó con ambas manos su rostro, acariciando sus mejillas con sus pulgares. Lágrimas salieron de los ojos de ella, entristeciéndolo de paso.
- No eres feliz, ¿verdad? – preguntó, con resignación en su voz. Emma cerró los ojos, dejando que las lágrimas fluyeran libres por sus mejillas. Ray las limpió, mientras una sonrisa tristeza se pintaba en sus labios.
- Lo siento, pero yo no...
- Lo entiendo... Después de todo, por mí culpa tu enloqueciste... - ella abrió los ojos, mirándolo con sorpresa. Él sonrió con dolor. – No puedo obligarte a amarme, menos si me manche las manos de sangre inocente. – cerró los ojos un momento, sonriendo débilmente. – No merezco nada de ti.
Desató sus manos, soltando un suspiro triste. Y antes de que él pudiese reaccionar, Emma le dio una bofetada para después sostener su rostro entre sus manos. Ray la miraba impresionado, mientras ella se miraba molesta y dolida.
- ¡No vuelvas a decir eso, terco hijo de un ladrillo! – las lágrimas no paraban de caer de su rostro. - ¡Es cierto que no habrás hecho las cosas bien, pero...! ¡Incluso así, no te dejaré!
Él se sonrojó.
- ... ¿Lo dices en serio? Después de todo... - Emma lo calló, estampando sus labios con los de él, ruborizándolo a más no poder. Y hubiera correspondido, de no ser por el sonido de la puerta abriéndose de golpe, causando que ambos se separaran. Quien estaba en la puerta no era nada más y nada menos que, Ray.
El original.
Tanto su versión alterna como Emma miraron estupefactos al susodicho. Y para colmo, el Ray original había presenciado parte de ese beso, enfureciéndolo.
- Ray...
Él mencionado ni se inmutó ante el llamado de Emma, sólo fue hasta su versión alterna, asestándole un buen golpe en la cara; Emma se alarmó.
- ¡Ray!
- Maldito, ¿Cómo te atreves a ponerle las manos encima!
Su versión alterna se sobó la mejilla derecha, mirando colérico al original. Se levantó rápidamente, tirándolo al suelo con él, golpeándose, mordiéndose y jalándose el cabello, infantil la pelea, a decir verdad; al final, Emma los separó a ambos, mirándolos de manera amenazante, como pocas veces solía hacerlo, logrando calmarlos.
- ¡Cálmense los dos o juro que yo misma me encargaré de que no caminen!
- ¡Él empezó! – apuntó el azabache a su yo original, ganándose una mirada asesina de este. Emma suspiró, sobándose el puente de la nariz.
- Ray, ¿Dónde estabas? ¿Y dónde está Norman?
- Primero que nada, el Norman de esta dimensión trató de diseccionarme vivo. Y segunda, no lo sé, apenas te encontré a ti.
- ... Creo que ya sé dónde está su amigo. – habló el Ray alterno, levantándose del suelo, limpiándose la ropa con semblante serio. Su versión original y Emma lo miraron con intriga. – Si yo estaba con Emma, y tú con Norman... Lo más seguro es que su amigo, este con la Emma de esta dimensión... Lo cual, es peligroso.
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Viajando entre dimesiones [REN]
أدب الهواة[Crossovers] Emma, Ray y Norman terminan viajando entre dimesiones, en las cuales conocerán a sus versiones alternas, hasta futuros que nunca llegaron a imaginar. Y todo, por el capricho de un ser superior. ¡Gracias por la portada _sugartoon!