Michael se encontraba jugando con algunos niños a la entrada de Neverland; era fácil deducir que esperaba la llegada de Maxine. Quería presentarle a un niño en particular, el cual ahora le tomaba la mano para conducirlo al portón que creyó oír abrirse. El chiquillo en cuestión era un lindo niño de tez morena, ojos castaños y carita expresiva e inocente.
- Creo que la señorita Maxine ya llegó- dijo con ansiedad.
- Ten un poco de paciencia, Jordie- dijo Michael con una sonrisa.
El chico anhelaba conocer a la joven reportera, pues la imagen de heroína y salvadora de niños que se habían encargado de construirle los medios contra su voluntad llamaba la atención del público en general, sobre todo de los más chicos, que admiraban a un héroe de la vida real tanto como al de un cómic. Realmente, Maxine sí había llegado. Vestida con una falda de satén fucsia, una chaqueta de chándal rojo sobre su sencilla blusa rosada sin mangas, rojos tacones bajos y sin más accesorios que una trenza china, se dirigió hacia Michael y su pequeño acompañante con una sonrisa reluciente en el rostro. Al niño le pareció una hermosa princesa al verla andar con esos pasos elegantes, como si flotara en el aire.
- Hola, Michael- saludó cariñosamente y se volvió hacia el chiquillo- ¿Quién es este precioso niño?- preguntó con voz muy dulce, conquistándolo al punto.
- Es un placer conocerla, señorita Maxine- dijo el chico educadamente- Mi nombre es Jordan Chandler, pero puede llamarme Jordie.
- No me trates de "usted", me siento tan vieja- bromeó Maxine, acariciándole de forma maternal el cabello- Siéntete libre de tratarme como a una amiga, Jordie.
- ¿Ves que es tan dulce y simpática como te conté, Jordie?- dijo Michael con un tinte de orgullo en su voz- Maxine, Jordie y yo somos mejores amigos.
- ¡Vaya! Me parece bien- aprobó Maxine.
- ¿Jugarás con nosotros, Maxine?- preguntó Jordie con un brillo de ilusión en la mirada.
- ¡Bah!, es una aburrida. No le gusta mojarse- dijo Michael, fingiendo disgusto.
- Yo puedo ganarte a ti a la guerra de los globos de agua- aseguró Maxine, desafiante.
- Pues, en esas fachas dudo que puedas correr siquiera- se mofó Michael, enojado como un niño por esa posibilidad- Tendrás que usar pantalones.
- Lo haré, si me prestas la chaqueta de Beat it- aceptó Maxine para asombro de Michael.
- Hecho- repuso este.
Jordie reía ante las infantilidades de aquel par de adultos, pero no cabía duda de que le gustaba ese mundo; más, porque se sintió atraído por Michael y Maxine desde el primer momento.
Esa tarde fue, probablemente, la primera vez que Maxine usó pantalones en su vida. Se le veía incómoda con ellos, ¡eran de Michael! Pero corrió, mojó, se mojó y pasó una tarde divertida y memorable con Michael, Jordie y todos los niños que estaban de visita en Neverland.
[*********]
Otra tarde cualquiera, un par de meses después, Maxine se encontraba sirviendo la merienda al aire libre para los niños, quienes jugaban a las luchas con Michael bajo un árbol, situado justo frente a la mesa donde servía los alimentos. Por un momento, sus ojos se posaron sobre Jordie, e inevitablemente le recordó a alguien. De repente, Maxine palideció y se dejó caer sobre una silla cercana. Michael, que la había visto, corrió de inmediato a socorrerla.
- ¿Qué pasa, corazón? ¿Te sientes mal?- inquirió preocupado.
- No... Es que... Tengo un mal presentimiento sobre esto, Michael- respondió ella con voz compungida, llevándose una mano al pecho.
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Price of fame [Michael Jackson- Fanfic]
FanfictionMichael Jackson, el artista más exitoso del mundo, también ha tenido que pagar el precio más alto de todos por una fama y riqueza que nunca fueron imprescindibles para él, puesto que lo único que han traído a su vida ha sido soledad y dolor. Pero, ¿...