Ya bajamos de la parada y nos dispersamos. Estaba Adam esperándonos. Presenté a Katheryne y ésta cogió confianza rápidamente y ya no actuaba con timidez.Estabamos donde las taquillas, mi prima se había ido a hablar sobre algunos últimos detalles con el director y nos quedamos Aleksi, Adam y yo hablando sobre nuestra infancia. Adam estaba contando de que un día se cayó de un avión por romper sin querer la puerta. Decía que mejor que no sepan como rompió la puerta porque tendría que dar muchas explicaciones. Y Aleksi contaba que con ocho años tenía una banda de música con sus amigas -que tenían un año mayor que ella.- y ganaron una enorme tarta en un concurso del colegio. Y otras anéctodas entre otras.
Luego Adam me miró y comentó:
- Veo que ya tienes el uniforme. Y los demás también lo han notado. - Dijo señalando con la cabeza a unos tipos que ayer me miraban mal y que hoy me miran asustados y arrepentidos. Empecé a reirme con Aleksi, seguramente ella sabía porque me reía a si que me acompañó.
Sonó el timbre y nos fuimos a clase. Tocaba práctica sobrenatural con una profesora repelente. Es una mujer bajita y super delgada que suele oler a salsas, por ejemplo, hoy huele a ketchup. Y encima su peinado es un tupé verde y no es agradable de ver. ¿Desde cuándo una mujer decide cortarse el pelo, teñirselo de verde botella y peinarselo como si fuera un tupé? Por lo menos no yo.
Teníamos que romper piedras, ladrillos...
Estaba sentada y apoyada en la pared, con las piernas extendidas y mi cabeza mirando hacia arriba. Me aburría, la profesora de voz chillona, llamaba Dacatha ya me puso un diez en la práctica ya que conseguí romper todo en los primeros diez minutos de la clase. -Estabamos en otro pabellón, creo que es de gimnasia.-
Empecé a notar calor en mi zona, PODEIS PENSAR MAL PORQUE ES JUSTO LO QUE PENSAIS.
Me sorprendí porque nunca siento calor, y menos ahí, por supuesto. Miré al rededor y a mi derecha, a unos cuantos metros, estaba Brian. Riéndose mientras estaba sentado de la misma manera que yo. Le miré enfadada e intenté congelarle la cabeza. Se levantó como pudo e intente bloquearle para que no se acercara, -todo esto sentada, claro.- y se sentó a mi lado y se acercó para susurrarme en la oreja:
- Somos iguales, y no podemos destruirnos, todo lo que intentes o yo intente hacer contra ti, no servirá para nada. - Sentí su aliento cálido en mi oreja, más su olor a quemado y de una colonia. Me estaba poniendo nerviosa, otra vez. Y me limité a gruñir y alejar su cabeza de mi.
Nos quedamos callados y a veces él me miraba y cuando coincidiamos de miradas, abríamos los ojos como platos y rápidamente girábamos la cabeza hacia otro lado. Podía oir su corazón latir, latía rápidamente, como el mío.
-Narración Bryan.-
Me encanta molestar a esta chica. Me sorprende de que lleve el uniforme azul, seguramente es tan torpe que se confundió de uniforme. Ahora me da algo de pena lo que le hice en el comedor.
Ahora estoy aquí, a su lado, en silencio. A veces, me mira y yo la miro. Y rápidamente miramos hacia otro lado cuando coincidimos miradas. Su corazón late deprisa, aunque no es una cosa solo de ella.
Huele a un olor dulce, un dulce perfume. Huele como a una mezcla de tartas y flores. Siempre está fría. Y a veces tiembla. Cuando se enfada encoge la nariz y con sus cejas crea la expresión conocida de enfado. Es algo adorable. Ojalá las chicas del infierno sean así; ahí todas son super morenas, y si no consiguen serlo se ponen autobronceador. Que aunque no lo comprendan, les queda mal. Parecen nuggets. Ella es tan blanquita como yo. En algo nos parecemos.
Tengo la tentacón de que sienta calor en las mejillas, seguramente no puede sonrojarse, a si que quiero verla. Aunque no sea de verdad. Ella se sorprende y me mira enfadada.
- Para, molestas.
- Pensé que estarías más mona, lo siento. - Paré y sus mejillas volvieron a su color original, ella se quedó mirandome fijamente con los ojos de verde lima abiertos como platos. No comprendía porque me miraba así, hasta que comprendí que se puso nerviosa por lo que le dije.
Que mona es... ¡EH, EH, EH...! ¿Desde cuando digo que algo es mono? Por favor, soy un hombre.
Cambié mi mirada de ''te comería ahora mismo'' y me puse serio y me levante. Localicé a Mike y me fui con él.
- Y bien, ¿cómo te ha ido? - Se lo conté todo, ya que con él, -ya que es mi mejor amigo, casi como un hermano.- soy un libro abierto. Me miró como si fuera un pervertido y empezó a reirse, DE MI, EN MI CARA, y se cayó al suelo. Me volteé para mirar a Anabelle, estaba levantandose y se colocó bien el jersey y la falda. Luego el pelo y empezó a mirar por el gimnasio. Dos chicas y un chico se acercaron a ella y ella sonreía y se reía.
Nunca la vi así, al menos así no es conmigo. Me puse algo celoso al ver que Adam, -uno de los viejos estudiantes de esta escuela.- la cogió en brazos y la puso a caballito, y Annabelle fruncía el ceño divertida mientras intentaba soltarse de él. No pude evitar y le tiré una vola de fuego a Adam, él se cayó con Anna y toda la clase corrió a una esquina asustados y callados mientras me miraban igual que Dacatha, la profesora. Mike, me miraba con los ojos abiertos ras parar de reirse en el suelo y de lejos vi como las amigas de Adam, -incluída Anna.- me miraban enfadadas.
Volví a mirar a Mike y luego a Adam, estaba en una camilla y los demás intentaban ayudar en todo lo que podían, mientras que otros lloraban, -las chicas, por supuesto.- Anna de repente apareción delante mía.
Mierda, mierda, mierda. Solo se hacer que me odie. La he cagado, pero de verdad.
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Sad Angel in Winter.
FantasyUna historia sobrenatural sobre una chica con un pasado difícil y solitario cuando fue humana. Pero hay humanos que por genética a cierta edad nacen sus poderes y todo cambia a peor o a mejor. Ella pasará por muchos cambios y aventuras.