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- ¡No te imaginarías lo qué ha pasado hoy en la práctica! ¡Seguramente esto nunca ha pasado en Thipafox! ¿A qué si Adam?

- ¡Haha, sí, dios Annie, estás loca! 

- Ay, dejénme. - que molesto. No hice nada malo. ¿Recuerdan la escena en el gimnasio?

   Por si acaso no, os lo contaré con cada detalle si hace falta:

   Estaba hablando con Aleksi sobre una excursón en la que tendremos que estar como tres o cuatro días en no se que sitio para no se que hacer. En fin. La cosa es, que mientras hablaba con ella vino Adam corriendo y derribandome cual animal en celo. Venía con una chica un poco más bajita que nosotros, ojos grandes y azules y amarillos, piel tostada y pelo castaño claro con mechas dsimuladas en rubio.  

    Ella era Phoebe, una amiga de la infancia de Adam y al parecer conocida de Aleksi. Según ésta, se conocían desde hace ya tiempo por verse en la biblioteca, pero nunca tuvieron ocasión de hablar. Ya que... en la biblioteca no se puede hablar y menos reirse. Eso es obvio. Sí, soy muy civilizada.

 Volviendo al tema; mientras hablábamos mi querido amigo Adam, -que la verdad es que se le coge cariño bastante rápido.- Phoebe quería que la demostrara lo que podía hacer, pero claro, no paraba de negarme, es decir, pasaba de hacerlo. Haberme observado mientras terminaba las prácticas. 

   Todo ocurrió de repente. De repente Adam se alejó de mi dando un paso torpe hacia atrás con una expresión de dolor en su rostro bastante preocupante. Mi reflejo fue sujetarlo para que no se cayera, lo peor sería que se rompiera algo. Entonces lo ví. Su camiseta estaba ardiendo por detrás, la piel de mi amigo estaba irritada y roja, veía sangre. Todos se acercaron, y los que no llamaron a quien pudieron. Al fin y al cabo, a pesar de las diferencias y las burlas y la mirada de indiferencia que te clavan, se preocupan. Aunque eso no me dejó de preocuparme, solo me preguntaba el cómo y el por qué. 

   Levanté mi mirada hacia delante, veía a Bryan con la mirada asombrada y la mano alzada. No me lo pensé dos veces y fui mágicamente corriendo hacia él. Empecé a cantar, más bien tatarear una canción.

   Las luces parpadeaban, hacia frío y lo sabía porque la gente se iba, con los médicos y gente de la ambulancia que titiritaban. El amigo de Bryan se fue corriendo asustado con los demás, Bryan ni se podía mover al ser electrocutado y congelado. 

   Pero todo acabó. Minutos después me encontraba en la oficina del director con mi mayordomo Joksfire. La verdad es que, estoy asustada. Muy asustada. Esto no debería ser normal ni anormal. he destruido un pabellón de gimnasia y como castigo me han expulsado dos meses. ¡Dos meses! Uy, si, ¡vacaciones!, pero dos meses son demasiados días que voy a perder, aunque tenga todo al día no quiero ir molestando ahora a la gente pidiendo los apuntes después de lo que han visto hoy. Seguramente ni me darán los buenos días.

   Soy un monstruo.

  Quizá sería bueno desaparecer del colegio ese tiempo. Estaría en casa difícilmente tranquila. 

  Soy un monstruo de los más monstruosos si Bryan muere.

   Esta es la primera vez en mi vida de que me raye la cabeza con algo así, ''¿le habré matado?''. A ver, según él, es decir, lo que me dijo él antes de todo lo que pasó en el gimnasio, era que no nos podiamos destruir o algo así. Por lo tanto, de alguna forma está bien y sano, como si no le hubiera pasado nada. ¿NO? Vale, mente positiva. Annabelle McFly, no eres una asesina, ¿vale?

+ + + 

Al llegar a casa después del incómodo y corto viaje en coche desde el colegio Thipafox hasta mi casa, entré, no había nadie salvo mi tía, que al verme escupió el café que estaba bebiendose.

- ¿Cómo es que has llegado tan pronto a casa? ¿Ha pasado algo? 

- Es una larga historia Srta. McFly. - Joksfire se me adelantó, no se porque lo habrá hecho, seguramente para no preocuparla, mi tía podía llegar a ser una persona muy dramática y de un grano de arena hacia una montaña, bueno, ya me entendeis.

Asentí y subí a mi cuarto. Me sorprendí porque estaba ordenada, miré con nerviosismo por mi habitación en busca del libro. Pensaba leerlo si tenía tanto tiempo libre ahora. 

Lo encontré de una vez, estaba en una estantería con mas libros, entre un manga y otro de la historia del Arca.

Empecé a ojear el libro, sentada en un puff y de fondo música de una radio que encontré por casualidad. 

El libro lo escribió definitivamente una familiar mía de hace muchos, muchos, muchos años. Trataba de la verdadera historia de El Arca.

Supuestamente este mundo esta dividido entre los ángeles, los corrientes y los demonios. Hace mucho un demonio mató a una familia ángel por furia y acabó desterrado y muerto como castigo. Esto produjo un gran odio entre los angeles y demonios por lo que dura hasta la actualidad. Aunque ahora ese odio ya no es tan fuerte como en ese momento, pero eso no significa que siga habiendo rivalidad entre ellos.

Mierda.

¿Yo soy un ángel, no? Y Brian...

¿Y si esto vuelve a producir odio entre los dos mundos y se convierte en una guerra? Realmente, soy un monstruo.

De repente oí voces y risas abajo, por lo que me asusté ya que estaba super concentrada en el libro. No reconocía todas las voces, una me sonaba pero había otras que no. Eran masculinas. ¿Qué pasaba? Se me da mal socializar.

Me quité el uniforme y me metí brevemente en la ducha. Me puse ropa normal, es decir, no voy a presentarme con pijama. me peiné un poco y me puse perfume, ya que se me había quitado el olor ya. Me vestí con unos pantalones color negros desteñidos altos, un jersey blanco con los codos rojos y creepers blancos. Bajé lentamente por las escaleras, me pasé la mano por el pelo hacia atrás y miré quiénes eran. 

- No me lo puedo creer... - dijimos él y yo a la vez. 

CONTINUARÁ...

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⏰ Última actualización: Nov 28, 2014 ⏰

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