Antes de romperme el corazón. (R)

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11 de Septiembre de 2013

Era el primer día de clase después de todo el verano. Raoul se peinaba muy cuidadosamente su perfecto tupé rubio. Había un mechón que no dejaba de caerle. Frustrado, cogió el bote de laca y la echó en su pelo.

Después de estar media hora en el baño, fue a su habitación. Escogió unos pantalones blancos cortos y un polo amarillo de Ralph Lauren. Dejó un botón sin abrochar y se puso sus Nike blancas.

Iba a empezar 4º de secundaria, y tenía que mantener su imagen más que nunca. Bajó con la mochila en su hombro izquierdo y la maleta en su otro brazo, y se despidió de su madre.

Al fin llegó el último año de secundaria. Había aguantado mucha presión esos tres años para conseguir la media que llevaba, no podía despistarse. Quería tener buena media y buena reputación, sus hijos estudiarían en el mismo colegio que él, lo tenía clarísimo. A pesar de ser un internado religioso, tenía muy buen nivel, todos los que estudiaban allí terminaban teniendo un futuro brillante. Al principio se sentía mal, al no tener a penas relación con sus padres, pero al fallecer su padre, decidió que quería aislarse de su familia. Y terminó creando otra en aquel internado mixto.

Tenía a su mejor amigo Roi, que a pesar de no ser el mejor ejemplo a seguir en cuanto a estudios, siempre lo hacía sentir mejor. Era una suerte tener a Roi e su vida.
Otro de sus amigos era Alfred, con un carácter muy parecido a Roi, aunque un poco más tranquilo, pero con el mismo humor y las mismas bromas. Las juergas que se montaban en la habitación eran dignas de hacerlas virales, hasta que llegaba la monja a echarles la bronca.

Después de unos diez minutos, por fin pasó el autobús con destinación a su parada. Se subió y sorprendentemente iban todos los asientos llenos.
Todos, excepto uno.

Al fondo del bus había un asiento libre, al lado de un chico. El trayecto era largo, así que se acercó y descargó sus cosas después de sentarse. Estuvo moviéndose un buen rato, mientras sacaba sus auriculares y los conectaba a su móvil.

4 - Beyoncé (Love On Top)

Sonrió y empezó a cantar mentalmente la canción que acababa de poner en su spotify. Movía ligeramente el tupé al ritmo de la música, hasta que escuchó a alguien cantar la misma canción. Disimuladamente, el rubio bajó volumen para escuchar mejor.

- ...I can feel the sun whenever you're near, every time you touch me I just melt away... - Raoul sonrió. El chico cantaba bien.

- Now everybody ask me why I'm smiling out from ear to ear - El rubio se atrevió a seguirle el ritmo al chico que tenía al lado, cantó el verso un poco más alto que cómo lo hizo él, aún sin atreverse a mirarle. - But I know. - Hizo un grave un tanto cómico que provocó la risa de aquel chico que tenía sentado a su derecha. Raoul sonrió y chasqueó los dedos marcando el tempo de la canción.

- Nothing's perfect but it's worth it, after fighting through my tears... - Siguió el chico. - ...and finally you put me first...

Fue entonces cuando Raoul se atrevió a girar ligeramente la cabeza para mirar a la persona que acababa de hacer el agudo más perfecto que había escuchado en su vida.

- Lo siento, no he podido resistirme. - El chico se sonrojó levemente, cosa que produjo mucha ternura a Raoul.

- ¿Quién puede resistirse a Beyoncé? - El chico rió. - Me llamo Raoul. - Decidió presentarse el rubio.

- Yo soy Agoney, encantado Raoul. - Le sonrió amablemente al rubio y empezaron una conversación de música bastante interesante.

A Agoney le gustaba Beyoncé, no tanto como a Raoul, pero podía hablar de su carrera musical perfectamente sin quedar como inculto. Al moreno le gustaba más Queen. Era muy fan de Freddie Mercury, también de Rihanna. Estuvieron hablando de esos cantantes hasta que se quedaron sin tema de conversación.

Mundos Paralelos. (Ifridge//Amiriam//Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora