La historia de Lena Méndez

capitulo 9

— Entonces, me estás diciendo ¿que depende de mí que mi grupo salga? — dice Lena mirando a Grishk, dejo el plato lleno de comida para centrarse en la conversación, es que aquel plato con la comida rara pero exquisita era una tentación.

—No, te estoy diciendo que si quieres ayudarnos puedes hacerlo, necesitamos más información, pero no es recomendable, estas muy lastimada, no quiero

—Yo si quiero — interrumpe Lena decidida — me han lastimado, pero no voy a permitir que lastimen a más personas, ¿no lo entendés, estoy hablando contigo, arriesgando mi vida porque puede que esto es una prueba de ellos y puede que no, me la estoy jugando, ¿enserio piensas que me importa lo que me pase?, ¡ me han marcado!, ¡me han utilizado y maltratado como un animal!, estoy segura que ni un animal habría sufrido tanto como yo — dice mirándolo a los ojos, su tono de voz era fuerte y decisivo pero traía dolor con él, traía asco y decepción— no interesa ayudare así sea lo último que haga y me vale, soy así, soy una mujer que no se rinde aunque sus demonios este sobre ella, aunque este golpeada.

—Eres fuerte Lena — dice el con admiración, para él era raro el caso donde la víctima se arriesgaba a salvarse, las mayorías solo esperaban como damiselas en apuro. Observo como Lena encorvo las esquinas de los labios en una diminuta sonrisa que no llegaba a los ojos.

—No lo soy, soy solo una adolescente intentando que no le pase nada a su familia, solo soy alguien fingiendo ser fuerte, por dentro quiero morir, quiero arrancar mi piel —sin poder aguantar las lágrimas se caen de ella, Grishk niega con una sonrisa y sin previo aviso la abraza Lena tensa su cuerpo, esperando que el recuerdo de aquella horrible noche la golpee, pero aquel aroma a menta llega a sus fosas nasales, el perfume de Grishk la relaja y sin evitarlo también devuelve el abrazo.

—Llora, grita, golpea, no te detendré, no me enfadare, lo necesitas y te prometo estar aquí para que me tomes de la mano y levantarte, golpea, no me dolerá más de lo que te duele a ti esto, llora, prometo secarte las lágrimas en cuanto acabes; liberate explota, no dejes que explote dentro tuyo, solo te dañara aún más—aquellas palabras fueron como un botón de inicio en Lena, grito y lloro apretó la espalda de Grishk encajando sus uñas, su cuerpo se sacudía en un violento temblor, Grishk solo la abrazo acariciando aquel castaño cabello enredado. Él no entendía como una desconocida le causaba aquel inmenso dolor por tan solo verla llorar, quería convencerse de que solo era porque le recordaba su pasado, pero sabía que no era eso.

—¿Que hice para merecer esto? — repetía Lena con rabia en medio de llantos.

—Nada cariño, solo que a veces los mejores guerreros deben demostrar de que están hechos, si aguantaran la batalla o renunciaran a la victoria —dice el ella lo mira, Grishk seca sus lágrimas, ella aun confundida respira hondo varias veces tratando de recomponerse, ella intenta separarse ignorando aquel delicioso aroma que desprendía Grishk, él se aparta no muy feliz pero no lo demuestra, la observa, sus ojos rojos, su rostro rojo no sabría determinar si por el llanto o por otro motivo, su cabello desparramado y desordenado algunos caen sobre su rostro otros muy enredados caen por los costados y espalda, la liga de cabello perdida en el suelo pues esta salio a causa de las sacudidas de lena ylas carcias de Grishk.

— ¿ por que? — dice lena, ella no logra entender el por que,el la había comprado pero aun asi nunca la toco con otra intención mas que de consuelo,no entendia el por que de sus palabras si ambs era la primer vez que hablaban, no se conocin además no sabían si podrían confiar. Pero allí esta él ilusionándola con la salida de aquel infierno, corriendo el riesgo.

—Porque no hay el por qué — murmura con burla, el sabia aque se referia y si respondía de otra manera estaría mintiendo, por que esa era la respuesta, no hay ni entiende el por que. Lena miraba aquel hombre de uno noventa y pico, ojos marrones oscuros, cabello rebelde y de color castaño mas oscuro que el suyo.