—Lo siento tanto.
En los ojos de Grishk se logra ver la culpa.
¿de qué?. Se preguntaba ella.
—No lo sientas, yo no, lo trato de olvidar, de ponerlo en el más oscuro rincón de mi mente, deseo por primera vez estar muerta duro o no. Lo superare, porque me han enseñado a ser valiente.
Sus palabras cargadas de dolor, lo hace estremecer.
Amos conectan miradas, ambos necesitaban un respiro.
A uno se le ocurrió una excelente idea.
—¿sabes bailar?—pregunta con una sonrisa dulce observando cómo se extraña.
Narra Grishk:
Su pregunta me tomo de sorpresa
Estaba en algo delicado y ella me pregunta ¿si se bailar?... claro que lo sé.
—Algo — es mi única respuesta y ella sonríe de una forma lenta. Me quedo embobado, su sonrisa es preciosa.
—Quieres bailar.conmigo — responde ella levantándose y poniéndose frente a mí.
—Ok — me levanto frente a ella, es pequeña, su frente a penas me llega en el pecho. — ¿Qué canción? — pregunto y ella sonríe tímida antes de morderse la mejilla derecha.
—Quiero una, donde espantemos demonios una que meme haga olvidar lo malo una que aleje esa tensión de ti, una con la que podamos descargar todo en un simple baile.
Su respuesta me deja atontado, le paso el celular y ella busca uno de repente suena.
Sam Smith- Too Good at Goodbyes.
—Esta.
Ambos nos tomamos de la mano, veo como cierra los ojos. Se acerca a mí y yo la tomo de la cintura, la letra me deja tonto es preciosa, es sencilla, fuerte. Es ella.
Empezamos a balancearnos lenta mente, la hecho, la atraigo, se aleja, se separa. Le doy la vuelta y ambos.
Somos:
Dos desconocidos.
Dos acechados
Dos personas pidiendo ser salvadas.
Es increíble, el momento me hace concentrarme en ella, en la manera en la que entre abre la boca y cierra los ojos mientras se mueve de una forma lenta. Transmite todo en ese baile.
Yo me quedo allí hipnotizado por ella, deseando salvarla, deseando ayudarla.
Por primera vez me siento tranquilo, en una operación.
No siento irritación, esa impaciencia, lo contrario, siento que debo hacer todo por comprenderla.
Un día hablando con ella, una semana viéndola en silencio y siento todo lo que no sentí en años.
Cuando terminamos ella se encuentra con la cabeza apoyada en mi hombro, mis manos entrelazadas en su espalda, las de ella entrelazadas en mí nunca. Siento como da una profunda respiración, y luego inhala despacio y mirarme.
—Sabes, algunos gritan, otros lloramos, nos hundimos, flotamos. Pero cada quien tiene su manera de sobrevivir al dolor, yo aprendí a hacerlo bailando. Moviendo mi cuerpo y concentrándome en mis momentos felices y tú, ¿Cómo lo haces?
—Cuando vives gran parte de tu vida en cuarteles y guerras, tu mejor aliado es luchar, yo lo hago descargándome en un saco de boxeo, moviendo mi cuerpo, sintiendo que aún tengo el control.
—No duele.
—No es reconfortante
—Es liberador — culminamos juntos.
Sus ojos, chocan los míos, acaricio su mejilla liberando unas de mis manos de su espalda, ella me observa callada mirando cada uno de mis movimientos. Como lo lleva haciendo desde que me vio. Estudiándome.
Yo la imito, veo sus ojos oscuros, podría jurar que son negros pero al mirarlo detenidamente te das cuenta que son marrones, unos hermosos ojos marrones, sus labios siempre están entre abiertos nunca las cierra por completo, siempre mantiene ese milímetro abierto. Su nariz, su piel tostada contrasta perfectamente con el cabello rebelde y voluminoso de color castaño, confuso. No se si es un color chocolate, rojizo y unos rayos cobrizos.
Ella imita mi acción, me acaricia la mejilla y veo como una pequeña sonrisa sale de sus labios cuando toca mi barba de tres días, emocionada, con esos brillosos ojos vuelve a tocar allí, luce como una niña pequeña descubriendo algo. Allí lo pillo, le gusta, luego mira mis labios y se hace más difícil no besarla, luego mira mis ojos.
Ella me dice todo, me grita todo, y allí lo entiendo. Allí recuerdo las palabras del general. El que hizo mejor de ¿l papel de padre que mi propio padre.
La persona correcta, puede ponerte extraño, acelerar tu corazón y te haga que eres lo importante como el más miserable. La que te bese en una gripe, la que te apoye en los peores, y te ame sin dudas. Será la en un día te descifrará como ni u lo has hecho en años.
Cuánta razón tenía.
Me sentía raro, extraño, pero me agradaba esa sensación.
—Grishk. — volviendo en si por su voz la miro para que siga, sus ojos demuestran miedo, la miro intentando decirle con ello que no pasara nada. veo como baja la cabeza para soltar — ¿estas seguro de que pueda salir de allí?
—Claro, pero para obtener el premio debes jugar el juego — digo y ella me mira raro — significa que debemos luchar hasta que ganemos la guerra hasta que alguien pierda. Lena como un soldado, mentir es malo, así que quiero decirte. Hare todo lo posible para ganar la guerra, pero necesito ayuda, no puedo solo, necesito tu voz y tu silencio, necesito que confíes pero también que desconfíes. Recuerda cariño que a los malos no le importa si antes lo has ayudado.
—Lo sé.
La noche continuo ella detallando todo, de lo que sabía el evaluándola con la mirada, ella contando como sufrían y quienes la hacían sufrir.
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hola, para quienes esten del otro lado de la pantalla, agradezco que lean mi libro y también quiero ofrecer disculpa por las tardanzas
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La historia de Lena Méndez
De Todola historia en la cual cuenta cada parte de Lena la parte en donde comenzó su calvario y donde busco la forma de salir de el. donde el dolor se apodero de su mundo, donde cuenta como perdió la esperanza de vivir, y cuantas veces deseaba morir. El...