Eveline
Desde que recibí aquella invitación al evento patrocinado por Moore Enterprise el día viernes, no he dejado de pensar en qué es lo que me pondré.
La idea de no asistir me ha dado vueltas en la cabeza, ese tipo de eventos no son mis favoritos. Pero, llevo apenas un solo día trabajando en la empresa y sería de muy mal gusto declinar la invitación. ¿Quién sabe? Tal vez la paso bien y me termino perdiendo de un buen evento por perezosa.
Lily me ha dicho que debería ir, que será divertido.
—Anda, irás de compras, escogerás un vestido y te pondrás muy bonita —me insta—. Puedes pedirle a Carla que te dé una mano.
—Tal vez...
—¡Anda!
Debería darle una oportunidad.
—Bien.
Luego de hablar con Lily, emprendo viaje hacia el trabajo. Es mi segundo día.
Repito la misma rutina; aparco el coche, entro a la recepción, tomo el ascensor hacia la última planta hasta llegar a mi oficina. Hallo a Félix sobre su asiento y lo saludo casualmente.
—Hola, Félix.
—Hola, Eveline. —Una leve sonrisa curva sus labios—. ¿Qué tal? Te traje un café.
Observo el humeante café que yace sobre mi escritorio.
—Gracias.
Me dedica otra sonrisa y tomo asiento. Hasta ahora me parece un buen compañero de oficina. Me guió a la sala de juntas el primer día y puedo decir que he tenido buena suerte.
—¿Cómo fue tu primer día de trabajo?
—Bastante bien.
Le doy un sorbo a mi taza de café.
La jornada laboral se me pasa volando, converso con Félix y más tarde, me encuentro con Carla en el centro comercial. Le comenté del evento del viernes y, al igual que Lily, insiste con ir de compras.
—¿Cómo estás? —me pregunta mientras caminamos.
—Bien.
Nos adentramos en el centro comercial de Manhattan, repleto de personas y de tiendas de todo tipo.
—Carla.
—¿Si?
—Yo... Quería de igual manera ofrecerte otra disculpa por lo que sucedió cuando me fui. Reconozco que no estuve bien, ha sido mi error y quiero remediarlo. Sé que me equivoqué.
La miro, en busca de una respuesta.
—Eveline, está bien. Admito que estaba enfadada. Lo que hiciste no estuvo bien, sí, pero también entiendo que tuviste tus motivos, al fin y al cabo, somos humanos y cometer errores es parte de nuestra naturaleza.
Carla siempre ha tenido el don de la comprensión. No me sorprende que sea comprensiva conmigo, pero ahora que pienso las cosas con claridad, sin nublarme por la angustia, entiendo que estuve mal y abandoné a la única persona que siempre estuvo de mi lado.
Niego con la cabeza.
—Carla...
—¡Mira esa tienda! —me interrumpe, tomándome por el brazo y llevándome al otro extremo del mall—. Ya, olvídalo. Te prometo que está bien y vas a remediarlo.
Me quedo mirando la vidriera que muestra a los vestidos. Me muerdo el labio al ver los precios, no son demasiado caros, pero tampoco baratos. Aun así, traje una tarjeta de crédito que estoy dispuesta a utilizar.
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Todo Por Ti
RomanceDUOLOGÍA TORMENTO - LIBRO II Dos años después del trágico acontecimiento que marcó la vida de Eveline Morrison para siempre, una irresistible propuesta de trabajo en Nueva York la obliga a dejar Londres para regresar a Manhattan. El pasado es como u...