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Los inicios de semana se conocen por ser los más odiados, por el simple echo de dar un reinicio de rutina.

Pero en nuestro mundo no existe nada como el inicio de semana, el tiempo es abstracto, ya que en ciertos mundos están diseñados para la ambientación nocturna así como nunca anochecer.

El ahora pelinegro al entrar a un mundo de ambiente tradicional asiático descubrió una nueva configuración, ciertos mundos estaban configurados con la posibilidad de cambiar al avatar dependiendo al mundo al que este ingresará.

Era un ambiente tranquilo, perfecto para intentar relajarse y pasar el rato. Los estanques tenían propiedades curativas a sí como capaces de aumentar la EXP de ciertos objetos del inventario.

Pero un estanque en particular llamó la atención del pelinegro, en el fondo del agua cristalina provenía un brillo, los peces hacían que fuera un poco difícil enfocar el objeto brillante así que opto por entrar, sus ropas de tela de lino, y sus zapatos sumergidos en el agua. Se movió cuidadosamente entre los peces que vivían en el estanque hasta llegar al objeto brillante.

Al tomarlo parecía nada más que una simple daga, o eso es lo que parecía realmente, su inventario no lo registraba con ningún nombre en específico y el manual de objetos no lo tenía registrado. El pelinegro la tomó bien entre sus manos haciendo el ademán de atacar, el objeto tras ese movimiento cambio repentinamente, una hermosa espada de plata, con un mango cubierto de un listón rojo y con un bordado especial en la punta del liston que sobre salía de la parte inferior del mango.

El pelinegro estaba anonadado por lo que ahora sostenía en sus manos. Tanto que no había notado la ahora presencia de su amigo.

— ¡Ey, Chim!

el castaño saludo eufórico mientras se acercaba a su amigo, el cuál tras salir de su pequeño trance mediante el pequeño susto repentino que sufrió, guardo el objeto rápidamente.

— Me asustaste tonto, — dijo mientras posaba su mano en su pecho ya que este su corazón se había acelerado un poco por el pequeño susto que recibió — no crees que es muy extremista llegar casi gritando aún lugar así.

— No se de qué rayos hablas, pero creo que no. Además, venía para conseguir un ingrediente para una posición. — el castaño saco un frasco de su inventario, cristalino y pequeño, como si del tamaño de un pulgar se tratase. — Estuve leyendo sobre una posición en específica que te ayuda a congelar a los demás. Me gustaría hacer bromas con eso.

— Yo creo que eso no es posible, adem...—el castaño silencio a más bajo, poniendo su mano el la boca de este para que dejará de trasmitir cualquier sonido.

— Lo dice el que estuvo apunto de salirse del margen de señal del juego. Y yo creo que sí es posible — soltó a su amigo para poder dedicarse a llenar el frasco de las aguas del estanque — por qué Wikipedia no miente.

— ¿Wikipedia? ¿De qué rayos hablas?

— Que tu asistente personal te ayude, ella está enlazada con toda la red.

La base de datos de Ayoki eran tan inmensos ya que su servidor estaba enlazado con la red de internet. Esto servía para poder entrar a las búsquedas sin salir de la partida, tanto como poder enlazar imágenes para crear nuevos vestuarios o inventario único para los avatares.

Pero el pelinegro no le tomo importancia a el sitio que su amigo le había dicho, más bien en sus pensamientos pasaba qué tal vez pudiera buscar más sobre el objeto que había encontrado.

Pero tenía que esperar, ya que su función automática había pasado a desconectarse para dar paso al modo manual.

Jimin observaba desde su silla la pantalla de su computador, el mundo donde se encontraba su personaje, el nuevo inventario y sobre todo la experiencia y nivel, los cuales habían subido demasiado en solo unas semanas.

El rubio había llegado del colegio, lanzado su mochila a alguna parte del dormitorio y se recostó unos momentos en su cama hasta que vio su computador. Hace bastante que no miraba su progreso ¿Que tal si ya había encontrado a su futura pareja y el ignorando el juego?
Pero vaya decepción la que encontró.

En todos los días que pasaban no había un cambio por esa parte. Tal vez el era un exagerado que pensó que a los tres días era capaz de encontrar a su futura pareja. Era más que obvio que no sucedería. Tal vez su futura pareja no jugaba estos juegos o siquiera existía.

Suspiró pesadamente, e intento aunque sea jugar un poco para distraerse de su pésimo día. La escuela no era tan mala. Pero cierto compañero lo sacaba de quicio, ya que este nunca dejaba de molestarle con tonterías, que si sabía tal cosa, que si le pasaba la pregunta 6 del exámen.

Ni siquiera conocía bien al chico en cuestión, pero que esté fuera tan "sociable" le llegaba a molestar a JiMin, que buscaba su espacio personal y sobre todo alejarse un poco de la gente para dedicarse solo a sus propios estudios. Y ahora que lo pensaba, ciertamente parecía que era por eso que seguía soltero. Vaya miserable vida.

Cerró la sesión, apagó su computador y observo la ventana, tal vez un poco del aire fresco de las brisas en la noche era lo que necesitaba.

Salió de su casa, y siguió el sendero bajo la luz de la luna y los árboles a su alrededor. Vivía en una zona muy verde, por lo cual sus vecinos más cercanos quedaban a una distancia bastante considerable.

Siguió caminando hasta que llegó a la casa de los Kim, pensó que ya había caminado demasiado, ya que ni noto cuando había llegado hasta el sitio. Por qué su casa era demasiado lejana a la de los Kim. Pero antes de darse la vuelta para dirigirse a su casa de nuevo vio al señor Kim bajar de su auto con varias bolsas.
Jimin se dirigió a ayudar al hombre mayor, ya que este parecía ya demasiado cansado y sin fuerzas.

— Señor Kim déjeme ayudarle con eso.— tomo unas cuantas bolsas del supermercado que tenía en sus manos el señor Kim.

— Oh pequeño gracias , ¿qué haces hasta acá a estas horas?

El hombre mayor bajo las bolsas de su auto para cerrarlo y adentrase a su casa. Jimin lo siguió explicándole que solo estaba de pasada ya que estuvo caminando para relajar su mente.

— Eres un buen chico JiMin, ¿Este año también se irán de viaje tú y tu familia?

— No señor, estas vacaciones mis padres estarán fuera por negocios y yo me quedaré por qué estaré en un taller de danza este verano.

— Eso suena genial. Mi nieto vendrá a quedarse con nosotros este verano, tal vez se lleven bien. Le vendría bien alguien se su edad para pasar el rato.

Jimin estaba emocionado de que vendría alguien más de su edad al vecindario. El echo de que las viviendas estuvieran tan separadas y que casi no hubiera más jóvenes de su edad lo hacían sentir un poco aislado en las vacaciones.

— ¿Y cuál es el nombre se su nieto, señor?

— Su nombre es YoonGi.

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