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Los juegos online, la realidad virtual, las proyecciones de hologramas, todos creados y mejorados para una mejor experiencia de juego. Una generación dominada por la tecnología, tanto que conocer personas cibernéticamente se volvió común. Tan común que ya no era interesante.

Los arcades tuvieron que renovarse para adaptarse a los nuevos tiempos. Los dispositivos aumentar su capacidad de almacenamiento, ya que entre más se mejoraba más acumulaba su peso. Los Gigabytes se volvieron obsoletos, y los Terabytes iban para el mismo camino para ser reemplazados por los Petabytes en los dispositivos de uso diario.

Jeon Jungkook era empleado de uno de los Arcade más conocidos en su barrio, vio la transición que tuvo aquel establecimiento, ya que podría decirse que vivió en el. Jungkook amaba los juegos, así que como un empleo de medio tiempo se le hizo más bien como un pasatiempo que amaba.

Observar a los niños y jóvenes ir a jugar y ser parte de ello, le encantaba. Había encontrado buenas amistades al trabajar ahí, personas que eran apasionadas a los juegos como él.

El pelinegro se encontraba barriendo una de las áreas del local cuando la campanilla del mostrador sonó, indicando que alguien había llegado. Se dirigió rápidamente hasta el lugar, puesto que el estaba encargado de darle un buen trato a los clientes.
Dejo los útiles de limpieza en un almacén atrás del mostrador, para poder dirigirse después al cliente que esperaba.
Un joven más bajito que él, de cabellos rubios lo esperaba mientras jugaba con los folletos.

— Hola, Yoon ¿Cuánto te quedarás esta vez?  — dijo el más joven mientras sacaba las pulseras especiales que tenían para el acceso a los juegos.

— No sé, talvez me quedé hasta el anochecer, ya que mis padres dijeron que debería estar más tiempo fuera del computador. — saco de su chaqueta su billetera para entregarle el precio de entrada a Jungkook— Es agobiante que estén siempre pendientes de que tenga una vida más "sociable".

Los padres de YoonGi se preocupaban por esa obsesión hacia los videojuegos, querían que su hijo fuera más sociable. Aún cuando esté les repetía que hablaba con bastante gente en las partidas online.
Y sumándole sus salidas de juegos a casa de Hoseok.

— Bueno, no hay mucho movimiento en el arcade hasta dentro de tres horas. Podrás ir y jugar a los juegos que quieras. — el más bajo asintió y se propuso a dirigirse a la área VR, pero la voz de Jeon lo detuvo — ¿ Yoon aún sigues con tu vieja cuenta? Ya que no sales en mi clan de nuevo.

— No, tengo otra no te preocupes, cuando vuelva hasta los niveles que estaba, te aseguro vuelvo a tu clan.

Sin más que decir se dirigió a la área VR, dejando a Jeon en el mostrador observando los folletos mal acomodados que había dejado su amigo.

No obstante la puerta principal se abrió de nuevo, dando la entrada a una joven castaña que se dirigió al mostrador apoyándose para tomar aire.

— De nuevo llegando tarde, Jade.

La castaña se inmutó ante el comentario, gotas de sudor caían de su frente. Tal parecía como si hubiese corrido un maratón.

Jade era compañera de trabajo y una buena amiga de Jungkook, se conocieron en un torneo de videojuegos y desde entonces se hicieron grandes amigos, tanto como para querer trabajar juntos.

— Ve a lavarte la cara, no puedes atender a los clientes así. — dijo el pelinegro con una cara fingida de asco, mientras le pasaba una toalla pequeña que se tenía abajo de los aparadores.

— Mira quien lo dice, el chico al que encontré dormido en el almacén.

Tomo la toalla, dirigiéndose a los baños para refrescar su rostro.
Aún cuando se mostraban agresivos entre sí, eran un gran equipo de trabajo y sobre todo buenos amigos.

• VIRTUAL GAME • | YoonMin ⚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora